¿Qué son repelentes?

Los repelentes son sustancias químicas, sintéticas o naturales, que ahuyentan o evitan que un insecto o ácaro (moscas, garrapatas, pulgas, mosquitos, zancudos, piojos, etc.) u otro bicho indeseado se acerque al hospedador (perros, gatos, bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, aves, etc.) que naturalmente le atrae porque allí encuentra su alimento o el lugar donde depositar sus huevos (el caso de las moscas causantes de miasis y gusaneras).

Para ser repelente, una sustancia debe alcanzar al parásito que se aproxima antes de que éste tome contacto con la "víctima". Esto exige inevitablemente que debe ser volátil, es decir, aplicada sobre el hospedador, debe evaporarse lo suficiente del cuerpo del hospedador (o de un collar, orejera, etc. puesto sobre el hospedador) como para formar una nube alrededor del mismo que, percibida por el parásito, hace que éste no se acerque al hospedador.

Mosquito (zancudo). Fotografía de M. Campos Pereira

La necesidad de ser volátil implica inevitablemente que con el tiempo desaparezca del cuerpo del hospedador (o de la matriz portadora en un collar, etc.) es decir, se evapore completamente, y deje de proteger al hospedador. Esto significa que por naturaleza, un producto líquido tendrá un efecto residual corto, o sea, el periodo de protección no será muy largo, de hecho rara vez supera las 24 horas, a lo más unos pocos días, pues el repelente se evapora del todo.

Pero si el repelente está incluido en una matriz que lo libera lentamente (p.ej, en un collar para mascotas, una orejera para el ganado), el efecto repelente puede prolongarse durante días, semanas o meses, según el caso. Para el uso por parte de seres humanos esta residualidad de los repelentes líquidos puede ser más que suficiente, y de hecho hay numerosos productos repelentes para uso por seres humanos en el mercado. 

La búsqueda más intensa de repelentes se ha hecho para seres humanos y contra los mosquitos (zancudos), por su importancia como transmisores de numerosas enfermedades humanas (p.ej. la malaria). Especial interés en los repelentes suelen mostrar las fuerzas armadas de muchos países, para reducir el riesgo de infección de los soldados con enfermedades transmitidas por numerosos insectos.

La investigación en repelentes contra parásitos típicos del ganado o de las mascotas (moscas, garrapatas, tábanos, pulgas, etc.) es mucho más floja y hasta ahora apenas ha procurado productos comerciales realmente eficaces.


Empleo de repelentes en ganado y en mascotas

Con respecto al uso de repelentes en animales, la escasa residualidad de los repelentes puede bastar para proteger un animal individual durante unas horas, p.ej. si se lleva un perro o un caballo a pasear al campo, al bosque, etc. Pero el uso de repelentes casi nunca resulta una solución económica en la ganadería: habría que tratar el ganado cada dos o tres días durante los meses de alta incidencia del parásito, con el trabajo y costo que eso implica.

Ocurre además que la exposición al sol o al viento aceleran la evaporación del repelente, la exposición al agua (lluvia, ríos o lagunas) puede disolverlo, la vegetación abundante puede eliminarlo por abrasión, la suciedad (polvo, barro, excrementos, etc.) puede reducir la evaporación, el frío puede dismunir la evaporación y por tanto el efecto repelente.

En la ganadería, los repelentes tienen además el inconveniente de que en nada reducen la población de los parásitos en el campo, al contrario de numerosos antiparasitarios.

Por estas y otras razones apenas hay repelentes comerciales para la ganadería. Hay algunos más para perros, gatos y caballos, pero no siempre de una eficacia satisfactoria.

No hay repelentes para la inmensa mayoría de gusanos parásitos internos del ganado y de las mascotas, pues infectan al hospedador a través del alimento contaminado. Sólo en algunas pocas especies de helmintos transmitidas por insectos voladores el uso de repelentes contra tales insectos podría teóricamente contribuir a reducir las infecciones.

No hay tampoco repelentes contras piojos ni ácaros de la sarna, pues son parásitos que de ordinario no abandonan al hospedador (y por ello tampoco se ponen a buscarlo) y que se transmiten fundamentalmente por contacto entre los animales.


Repelentes sintéticos

Estructura molecular del DEET

DEET (N,N-dietil-meta toluamida). Es el repelente sintético más antiguo y conocido, usado abundantemente sobre todo para repeler mosquitos (zancudos) en seres humanos, sea aplicado directamente sobre la piel, o sobre la ropa. Fue desarrollado por el ejercito estadounidense tras la experiencia de la lucha en la jungla durante la Segunda Guerra Mundial. Se introdujo para el ejército de los EE.UU. en 1946 y para usos civiles en 1957.

Uno de los mecanismos de acción conocidos consiste en bloquear los receptores olfativos del insecto frente a una sustancia contenida en el aliento y el sudor humanos que atrae a los insectos. Esto hace que el insecto no reconozca al hospedadior potencial como presa atractiva. Otro mecanismo de acción parece ser que afecta a ciertos receptores olfativos de las antenas de los mosquitos que hace que éstos perciban el olor como desagradable y lo eviten.

En seres humanos suele usarse en forma de loción, spray, cremas, etc. Para una loción al 100% se obtuvo un máximo de protección contra mosquitos de 12 horas. Por diversas razones de seguridad, en algunos países está prohibida la venta de productos para humanos que tengan más del 30% de DEET. DEET es también un buen disolvente orgánico y puede disolver, es decir deteriorar, plásticos (incluidos tejidos sintéticos), cuero, o barnices (incluida la laca para uñas). El DEET se emplea en algunos repelentes veterinarios para mascotas y equinos.

ICARIDIN (= picaridín) es un repelente de insectos descubierto y comercializado por la multinacional BAYER (enlace) que se emplea para seres humanos bajo marcas como BAYREPEL y SALTIDIN. Parece ser tan buen o mejor repelente que el DEET y no disuelve los plásticos. Pero hasta ahora sólo se emplea en seres humanos. Se introdujo comercialmente en Europa en 2001. Los tiempos de protección no son mayores que los del DEET, es decir, unas horas.

Los PIRETROIDES (enlace), una importante clase química de insecticidas-acaricidas, ofrecen un efecto más o menos repelente, sobre todo sobre insectos voladores: moscas (picadoras, chupadoras y causantes de miasis y gusaneras), mosquitos, tábanos, etc. Pero de ordinario el efecto no es tan grande como para evitar que muchos ejemplares de dichos parásitos alcancen al hospedador, donde les mata el efecto insecticida (si no han desarrollado resistencia...). El efecto repelente de los piretroides varía según la sustancia activa, la especie del parásito y el hospedador, el clima, etc. El efecto repelente es un efecto secundario bienvenido, pero rara vez suficiente en si como para proteger al animal.

Las AMIDINAS (enlace), sobre todo el amitraz (enlace), otra importante clase química de insecticidas, también tienen un efecto repelente sobre las garrapatas (no sobre moscas, pulgas, mosquitos u otros insectos). Es decir, cuando están al acecho en el pasto o en la vegetación esperando a que se acerque un hospedador potencial, si el hospedador está tratado con amitraz, muchas garrapatas preferirán dejarlo pasar. Y si se trata un aminal infestado ya de garrapatas con amitraz, algunas se desprenden enseguida y se alejan del hospedador.

Hay muchas moléculas sintéticas para las que se ha descrito un efecto repelente de insectos más o menos significativo, pero ninguna de ellas ha avanzado de modo significativo hacia la comercialización.


Repelentes y remedios naturales

Nepeta cataria. Imagen tomada de www.xn--kruterey-1za.com

Las PIRETRINAS (enlace) son una mezcla de productos naturales (piretrina I y piretrina II) que se extraen industrialmente de las flores y plantas de los crisantemos (Chrysanthemum cinerariaefolium) y que también se dan en otras especies de plantas (p.ej. Tagetes spp.). Son adulticidas de contacto de amplio espectro y acción rápida, pero breve, es decir, con poco poder residual, porque expuestos al sol se descomponen, ya que no son resistentes a la luz ultravioleta.

Tienen el mismo mecanismo de acción que los piretroides sintéticos, es decir actúan sobre los canales de sodio de la membrana de las células nerviosas. A dosis subletales tienen efecto repelente, y a dosis mayores son letales, aunque, si el producto no va acompañado de un sinergista, es común que los insectos que parecían muertos se recuperen.

La NEPETALACTONA es un compuesto orgánico que se extrae de la planta Nepeta cataria (menta de gato, menta gatuna, albahaca de gatos, gatera, gataria, nébeda) y que es conocida porque atrae a los gatos, pero que también es repelente de mosquitos y cucarachas. No se emplea en repelentes para el ganado o las mascotas.

El MENTOGLICOL, también conocido como PMD (para-mentano-3,8-diol) es una molécula natural que se encuentra en el aceite esencial de hojas de Eucalyptus citriodora, un arbol del grupo de los eucaliptos original de Australia. El aceite esencial refinado se comercializa en algunos países como repelente de insectos, sobre todo mosquitos.

El aceite de CITRONELA es uno de los aceites esenciales que se obtienen de varias especies del género de plantas Cymbopogon (pasto de limón, limoncillo, pasto citronella, zacate de limón, hierbalimón, yerbalimón, malojillo, limonaria, etc.). Se emplea mucho en perfumería y cosmética, y también es un conocido repelente de insectos, con cierto efecto biocida. Se emplea en algunos productos para mascotas con este fin, pero apenas para el ganado.

El aceite de NEEM (nim) es el extracto de hojas y semillas del árbol del neem (Azadiracta indica). Aparte de las propiedades insecticidas y antihelmínticas también tiene un cierto efecto repelente sobre mosquitos, moscas, chinches y cucarachas.

El aceite esencial de Myrica gale (arrayán de Brabante, arrayán de los pantanos, mirto bastardo, mirto de Bonal, mirto de Brabante, mirto real) también se usa en algunos países del Norte de Europa como repelente de insectos para humanos.


Consejo del autor

Hay muchas recetas y remedios regionales y caseros que, sin duda, pueden tener un efecto repelente aceptable. Pero el éxito de muchas de estas recetas regionales depende a menudo de condiciones locales específicas (clima, suelos, vegetación, epidemiología, variedades de plantas y parásitos, etc.) que no se repiten en otros lugares.

Pruébelos usted mismo, pues el riesgo de complicaciones para el ganado y las mascotas de ordinario no es muy grande y los costos tampoco... Pero no espere milagros, es decir una protección mayor de unas horas, ni de los repelentes comerciales ni de los caseros, sobre todo si hay muchos "bichos" al acecho...


No tienen ningún efecto repelente...

Hasta ahora ningún aparato de ondas ultrasónicas o de cualquier otro método físico (mecánico, eléctrico, etc.) ha demostrado ser eficaz como repelente contra los mosquitos, pulgas, garrapatas, tábanos u otros parásitos molestos.

Tampoco hay ninguna prueba científica de que la vitamina B1, el ajo o el incienso protejan contra los mosquitos u otros insectos, es decir, actúen como repelentes.


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