Los antiparasitarios genéricos: oportunidad y amenaza

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Se denominan genéricos a todos los productos que ya no están protegidos por una patente y que cualquiera puede fabricar y comercializar.

Los genéricos constituyen una oportunidad y una amenaza al mismo tiempo.

La oportunidad viene del hecho de que por permitir la competencia, hacen descender los precios, lo que lleva a que compuestos de gran eficacia estén disponibles también para los más necesitados, y que todos puedan reducir sus costo, lo que mejora la productividad.

La amenaza viene por dos lados: por el de la calidad y por el de la resistencia. Por el lado de la calidad porque, como ya se ha explicado (ver artículo sobre fabricación), hoy en día «cualquiera» puede fabricar una formulación, p.ej. de ivermectina, de cipermetrina, de levamisol, etc. Lamentablemente, entre los fabricantes también hay «ovejas negras» lo que hace que no sea raro encontrar productos en el mercado de dudosa calidad y seguridad.

La amenaza por el lado de la resistencia, se debe a que, al generalizarse el uso de una sustancia activa –que antes, por su alto costo, se empleaba de modo reducido– aumenta la presión de selección sobre los parásitos capaces de desarrollar resistencia a ella, de lo que no se puede esperar nada más que el aumento y la extensión de dicha resistencia (para ver artículos sobre resistencia en este sitio pulse aquí ).

Pero es un hecho que el mercado de antiparasitarios es en la actuaidad fundamentalmente un mercado de genéricos en todo el mundo. Hoy en día, entre las más de cien sustancias activas antiparasitarias disponibles, las únicas protegidas aún por patentes son las isoxazolinas (por ahora empleadas solamente en mascotas y una de ellas en aves), así como el monepantel y el derquantel, dos antihemínticos para ovinos.

Esto significa que todos los productos -ecto y endoparasiticidas- para bovinos, porcinos y equinos son a base de sustancias activas genéricas, y para ovinos sólo hay dos entre cientos de productos que están aún protegidos por patentes. Y todos los antihelmínticos para mascotas y la inmensa mayoría de los ectoparasiticidas son así mismo a base de sustancias activas genéricas.

Al final de la década de 1990 había sólo un inyectable de ivermectina al 1%, el mítico Ivomec de Merial. Hoy hay más de 150 sólo en América Latina y España, sin contar los de alta concentración o las mezclas. Es un caso extremo, pero algo parecido ocurre con muchas otras sustancias activas como la doramectina, el fipronil, el imidacloprid, el fenbendazol, el albendazol, el triclabendazol, el fluazurón, etc., de las que hace 20 años no había disponibles mas que una o dos formulaciones del laboratorio que las había introducido, y hoy en día hay docenas. Del amitraz, el levamisol y de la cipermetrina hay asímismo centenares de formulaciones, pero ya habían empezado a proliferar hace 20 años, pues fueron descubiertas hacia los años 1970.

¿Qué ha ocurrido? Que, con pocas excepciones, los laboratorios multinacionales que tradicionalmente invertían en el descubrimiento de nuevas sustancias activas para el ganado, dejaron de hacerlo o redujeron sus inversiones masivamente para concentrarse en el mercado de mascotas (perros y gatos), ya en la década de 1980.

El resultado es que desde el año 1997 sólo se han introducido dos nuevos compuestos para ovinos (monepantel y derquantel) y ninguno para el resto del ganado, mientras que se han introducido, con mayor o menor éxito, casi una docena de compuestos para perros y gatos (las 4 isoxazolinas afoxolaner, fluralaner, lotilaner y sarolaner; dinotefuran, emodepsida, indoxacarb, piriprol, selamectina, spinosad y spinetoram).

También hay que decir, que se ha hecho cada vez más difícil y costoso (reglamentaciones cada vez más exigentes) descubrir e introducir nuevos compuestos, y como el mercado de antiparasitarios ganaderos apenas crece y es cada vez más competitivo, la inversión necesaria para introducir nuevos productos apenas es rentable, al menos en comparación con las inversioes en productos para mascotas, que cuestan menos y son más rentables.


Calidad de los antiparasitarios genéricos

Es falso afirmar que los genéricos son de menor calidad que los productos originales. Depende de cada caso concreto. La realidad es que hay genéricos peores y genéricos mejores que el producto original.


Sustancias activas genéricas antiparasitarias

Conviene saber, que lo primero que ocurre al expirar la patente de una sustancia activa original es que surgen uno o más fabricantes de dicha sustancia activa que entran en competición con el fabricante original. A menudo, estos fabricantes de sustancias activas genéricas no producen ellos mismos las formulaciones: sólo venden la sustancia activa a otros laboratorios que son los que fabrican las formulaciones. Estos fabricantes de sustancias activas genéricas son numerosos, en los países industrializados de Europa y Norteamérica, pero cada vez más también en países como China, India y Brasil.

Pero de ordinario, los grandes laboratorios (p.ej. Pfizer, Elanco, etc.) que fabrican productos originales –que son los mismos que invierten grandes sumas de dinero en investigación y desarrollo para descubrir nuevas sustancias activas– no son los que, cuando expira la patente de la sustancia activa de un competidor, proceden a fabricar esa sustancia activa del competidor ellos mismos. De esto se ocupan otros laboratorios especializados en la fabricación de genéricos, hace años sobre todo en Europa del Este, Irlanda e Israel, hoy en día también y sobre todo en China, India y Brasil. Lo que sí hacen a menudo los grandes laboratorios es utilizar ese nuevo genérico para fabricar sus propias formulaciones. Todos los grandes laboratorios multinacionales actuales (Merck AH, Zoetis, Elanco, etc.) tienen hoy en día formulaciones antiparasitarios propias que contienen sustancias activas genéricas de otros fabricantes.

También ocurre muy a menudo que, al expirar la patente de una sustancia activa, no son sólo los fabricantes de genéricos los que la fabrican y ponen a la venta para quién quiera comprarla, sino que el mismo fabricante original la ofrece ahora a todo comprador, de ordinario a un precio algo más elevado que los nuevos fabricantes, pero notablemente inferior al que la habría ofrecido si no hubiera competencia tras vencer la patente. Suele argumentar que su calidad es mejor... que la del fabricante genérico, lo que a veces no es incorrecto.

Un factor importante en la calidad de un producto terminado es la pureza de la sustancia activa empleada en la formulación. Las autoridades de Europa, Norteamérica, Japón y otros países industrializados exigen que las sustancias activas para la mayoría de los productos veterinarios tengan una pureza de al menos 98%, mientras que en otros países se toleran purezas del 96% e inferiores. Ya se ha indicado en otro artículo (enlace) la exigencia de los países industrializados de fabricar las sustancias activas siguiendo las normas BPF, que garantizan un estándar de calidad constante y controlable. Los fabricantes de genéricos, en la medida en que deseen vender sus productos en estos países también tienen que atenerse a esta normativa. Pero pueden ofrecer a distintos precios opciones de menor pureza y calidad para países con legislaciones más laxas, y es el fabricante de las formulaciones el que decide qué calidad de la sustancia activa quiere emplear en sus productos.


Formulaciones genéricas de los antiparasitarios

Ya se ha indicado en los artículos sobre formulación (enlace) y sobre fabricación (enlace) que, por un lado, la composición de una formulación es muy importante para la calidad y eficacia, de un producto, y que determinar la composición óptima exige bastante tecnología y saber hacer; y por otro lado, que una vez la composición fijada o conocida, fabricarla es, a menudo, algo en sí muy sencillo.

La composición de una formulación es de ordinario confidencial: el fabricante debe declararla a las autoridades, pero éstas no la dan a conocer al público, salvo el porcentaje de sustancia activa que contienen. Un fabricante de formulaciones genéricas debe pues desarrollar su propia formulación. Con la tecnología adecuada y la consiguiente inversión, se puede “descifrar” hasta cierto punto la composición de la formulación original y sacar al mercado un producto genérico muy similar al original, e incluso mejor (p.ej. más estable, con menos «stripping», menos irritante, de más larga duración, etc.). Pero otro laboratorio puede darse por satisfecho con una formulación menos sofisticada y de calidad inferior a la del producto original.

Las posibles diferencias de formulación y calidad se manifiestan a menudo en que los productos genéricos no son bioequivalentes con el original o entre sí, es decir, aunque contienen la misma cantidad de sustancia activa y se administran a la misma dosis, la eficacia, o los residuos u otras propiedades no son las mismas. Un ejemplo muy significativo: los resultados de una prueba para determinar el efecto residual contra garrapatas Boophilus microplus que exigen las autoridades argentinas. Para los numerosos inyectables de ivermectina al 1% autorizados, el efecto residual determinado varía entre 7 y 12 días, y entre los inyectable de ivermectina al 3,15% entre 20 y 32 días. Asumiendo que la prueba se lleva a cabo bajo las mismas condiciones para todos los productos, los diferentes efectos residuales sólo se explican porque los niveles en sangre son diferentes, es decir, los productos no son bioequivalentes. Las razones suelen ser sobre todo que la formulación (es decir los ingredientes no activos que afectan la farmacocinética de la sustancia activa) es diferente que la original, o que la calidad de la sustancia activa es peor (pureza inferior, cantidad y tipo de impurezas, etc.). Lo mismo se aplica a otros tipos de productos (pour-ons, suspemsiones orales, etc.).

Concluyendo, no se puede afirmar indiscriminadamente que las formulación genéricas de garrapaticidas, pulguicidas, mosquicidas, sarnicidas, antihelmínticos, etc. sean peores que el producto original. Depende de cada producto concreto y de quién lo fabrica. Es sabido que hay laboratorios locales e internacionales con una gran experiencia en el desarrollo de formulaciones y que fabrican productos genéricos de alta calidad, y que hay otros en los que se cumple todo lo contrario.