Los ácaros de la sarna sonPsoroptes equi. Imagen tomada de www.ufr.br parásitos minúsculos (<1 mm) que viven en la piel de caballos, asnos y muchos otros mamíferos y vertebrados en todo el mundo. Los ácaros no son insectos, sino que pertenecen al grupo de los Acáridos, junto con las garrapatas.

Son parásitos obligados, es decir, no pueden sobrevivir ni completar su ciclo vital sin parasitar a sus hospedadores.

Las especies más importante para los caballos y otros equinos son:

  • Chorioptes equi, causante de la sarna corióptica. Afecta a caballos, asnos, mulas en todo el mundo.
  • Demodex equi, causante de ka sarna demodécica. Afecta a caballos en todo el mundo.
  • Psoroptes equi, causante de la sarna psoróptica. Afecta a caballos y mulas en todo el mundo. 
  • Sarcoptes scabiei var. equi, causante de la sarna sarcóptica. Afecta a caballos, asnos y mulas en todo el mundo.

Los caballos infestados con ácaros de la sarna, ¿son contagiosos para el hombre

  • En principio NO, porque la mayoría de las especies de ácaros (Psoroptes, Demodex, Chorioptes) y los que infectan a los caballos no infectan a los seres humanos. Pero: no se puede excluir que personas en contacto intenso y repetido con caballos infectados con algunos ácaros (p.ej. Sarcoptes scabiei) se contagien de modo transitorio. No obstante, la infección será más benigna que en los caballos y debería curarse espontáneamente al poco tiempo.

Las infestaciones con ácaros de la sarna se denominan técnicamente acariasis, acarosis, o acariosis.

Los ácaros de la sarna no son vectores de otros gérmenes patógenos, es decir, no transmiten enfermedades microbianas como hacen muchos otros parásitos. 

En este sitio puede obtener más información sobre la biología general de los ácaros de la sarna.


Biología y ciclo vital de los ácaros de la sarna de caballos

Psoroptes equi

Los adultos de Psoroptes equi tienen una forma oval, no miden ms de 0,5 a 0.6 mm de largo y de ordinario sólo se reconocen bajo el microscopio. Como todos los ácaros de la sarna, el desarrollo para por varios estadios de larvas y ninfas. Una hembra adulta pone unos pocos huevos al día, un total de 50 a 100 durante toda su vida, que no dura más de 30 a 40 días, El ciclo vital se completa muy rápidamente, en sólo unos 8 días.

Como todos los ácaros de la sarna, Psoroptes equi pasa toda la vida sobre el mismo hospedador. La transmisión de un animal a otro es por contacto físico. Estos ácaros no saltan o brincan de un hospedador a otro, sino que pasan de uno a otro de modo pasivo cuando los animales están muy juntos. No obstante, ácaros del genero Psoroptes pueden sobrevivir de 2 a 3 semanas fuera de un hospedador bajo condiciones favorables, es decir, los caballos pueden agarrar ácaros del entorno, o éstos pueden pasar de un animal a otro a través de los arreos, o de utensilios empleados en los establos (peines, cepillos, etc.). Pero al contrario de lo que ocurre con otros parásitos, no hay vectores externos (insectos, gusanos, ratas, aves, etc.) que transmitan estos ácaros.

Psoroptes equi produce las típicas costras en la piel de los animados afectados. Esta especie no excava túneles en la piel del hospedador. Antiguamente se creía que perforaban la piel del hospedador para alimentarse. Hoy en día se piensa que no lo hacen, sino que las heces de los ácaros causan reacciones alérgicas en la piel del hospedador que reacciona produciendo exudados y engrosando y endureciendo la piel (liquenificación) con formación de pápulas, escamas y costras (excoriaciones), a menudo con pérdida de pelo (alopecia). Los ácaros consumen los exudados y secreciones que produce la afectada.

En regiones de clima templado e invierno frío (Canadá, Europa, sur de Argentina y Chile, etc.) etc.), la sarna psoróptica es una plaga típicamente invernal, favorecida por el hacinamiento de los animales en los establos durante la temporada fría.

La sarna psoróptica es poco frecuente en caballos. Afecta sobre todo a zonas del cuerpo de pelaje grueso (cuello, crin, base de la cola, etc.) pero puede surgir en todo el cuerpo. La sarna psoróptica no es tan dañina para caballos como lo es para ovinos. No obstante, los animales afectados sufren de intenso picor (prurito) y reaccionan rascándose vigorosamente o restregando el cuerpo contra objetos circundantes, lo que pueden causar heridas que pueden infectarse con bacterias secundarias o atraer a otros parásitos (p.ej. gusanos barrenadores). Todo ello causa caída de pelo, pérdidas de peso y debilidad general que hace a los animales más propensos a sufrir otras enfermedades. Infestaciones masivas pueden causar un debilitamiento grave.

El diagnóstico se confirma examinando un raspado de piel bajo el microscopio para visualizar los ácaros. 

Psoroptes equi no infecta a seres humanos, a mascotas o al ganado.

Psoroptes cuniculi, una especie que afecta a los conejos puede muy ocasionalmente infectar a caballos y extenderse sobre todo por las orejas.

La clasificación de las diferentes especies del género Psoroptes (Psoroptes ovis, Psoroptes bovis, Psoroptes cuniculi, etc.) es materia en discusión entre especialistas. Numerosos autores piensan que son sólo variedades de una sola especie.

Sarcoptes scabiei var. equi

Caballo afectado de sarna sarcóptica. Imagen tomada de www.cavallo.de

La sarna sarcóptica de los equinos se debe a una raza de Sarcoptes scabiei, específica de los equinos. Otras razas de Sarcoptes scabiei infectan a ovinos, bovinos, porcinos, otro ganado y también a seres humanos. Esto significa que, en principio, pueden contagiarse a los seres humanos. 

Estos  ácaros son diminutos (0,3 a 0,5 mm) y sólo se ven al microscopio. Como todos los ácaros de la sarna, Sarcoptes scabiei pasa toda la vida sobre el mismo hospedador. Ni saltan ni corretean de un hospedador a otro sino que pasan de uno a otro de modo pasivo cuando los animales están muy juntos. Pero los caballos pueden atrapar ácaros del entorno dentro de los establos, y la transmisión puede darse también a través de   los arreos, o de utensilios empleados en los establos (peines, cepillos, etc.). Pero al contrario de lo que ocurre con otros parásitos, no hay vectores externos (insectos, gusanos, ratas, aves, etc.) que transmitan estos ácaros.

Sarcoptes scabiei excava túneles bajo la piel. Su saliva contiene potentes enzimas digestivas que disuelven los tejidos cutáneos. Los ácaros se alimentan de los líquidos resultantes. No chupan sangre. Las hembras depositan huevos en los túneles que eclosionan en unos 3 a 5 días. El desarrollo completo a través de varios estadios larvarios y ninfales puede completarse en menos de 2 semanas. La vida de los adultos no supera las 2 a 3 semanas. Fuera del hospedador los ácaros sobreviven sólo unos pocos días pues no toleran la sequedad.

Sarcoptes scabiei no es muy frecuente en caballos, pero cuando se da, es uno de los ácaros más dañinos. Es más común en manadas grandes que en caballos mantenidos individualmente. El daño a los caballos puede ser sustancial. La actividad excavadora de los ácaros irrita la piel, y la situación la empeoran las reacciones alérgicas a la saliva que se manifiestan unas pocas semanas tras la infestación. La piel afectada produce granos, pústulas y costras, con caída de pelo masiva, engrosamiento y endurecimiento progresivos y aparición de amplios pliegues en la piel. La infección comienza a menudo en la cabeza, se prolonga por el cuello y los hombros y pueden cubrir todo el cuerpo en pocas semanas.

Los animales afectados sufren de intenso picor (prurito) y reaccionan rascándose vigorosamente o restregando el cuerpo contra objetos circundantes, lo que pueden causar heridas que pueden infectarse con bacterias secundarias o atraer a otros parásitos (p.ej. gusanos barrenadores). Todo ello causa pérdidas de peso y debilidad general que hace a los animales más propensos a sufrir otras enfermedades. El deterioro de la piel puede afectar negativamente a la regulación de la temperatura corporal. Infestaciones graves pueden causar emaciación (debilitamiento extremo). Si no se trata puede ser fatal.

En regiones de clima templado e invierno frío (Canadá, Europa, sur de Argentina y Chile, etc.) etc.), la sarna psoróptica es una plaga típicamente invernal, favorecida por el hacinamiento de los animales en los establos durante la temporada fría. Los brotes tienen su máximo al final del invierno e inicio de la primavera.

El diagnóstico se confirma examinando un raspado de piel bajo el microscopio para visualizar los ácaros. 

Los ácaros de la sarna sarcóptica de la mayoría de los animales domésticos pueden ser contagiosos para los seres humanos y causar la así llamada seudo escabiosis que produce intenso picor. Pero los ácaros no logran completar su ciclo vital en la piel humana y la infestación desaparece espontáneamente.

Chorioptes equi

La sarna corióptica es menos dañina que la sarcóptica o la psoróptica. Tampoco se transmite a los seres humanos.

Estos ácaros son también minúsculos (0,4 to 0,6 mm de largo) y sólo son visibles al microscopio. Tienen piezas bucales masticadoras y, ni chupan sangre, ni excavan túneles en la piel, sino que muerden las capas superiores de la epidermis y se alimentan de detritos cutáneos, grasa, linfa y exudados. El ciclo vital a través de varios estadios larvarios y ninfales puede completarse en unas 2 semanas. Fuera del hospedador los ácaros sólo sobreviven unos pocos días.

La sarna corióptica también es una plaga típicamente invernal en regiones de clima templado e invierno frío (Canadá, Europa, sur de Argentina y Chile, etc.) etc.), favorecida por el hacinamiento de los animales en los establos durante la temporada fría. Una vez que los animales vuelven a los pastos en primavera la sarna corióptica suele desaparecer.

La sarna corióptica afecta sobre todo los cascos y la parte inferior de las patas, sobre todo en los cuartos traseros. Afecta especialmente a caballos de pelo largo en los espolones. Al inicio, la enfermedad se manifiesta en un eczema más o menos extendido, Si no se trata, se forman costras, e incluso callosidades y verrugas. La sarna sarcóptica también provoca picor, pero de ordinario no tan intenso como la psoróptica o la sarcóptica, y las reacciones del animal (morderse, lamerse, rascarse, frotarse, etc.) son menos vigorosas. Infecciones bacterianas secundarias son raras. El daño no suele ser grave, pero las infestaciones son difíciles de curar, se hacen fácilmente crónicas y pueden persistir durante años.

El diagnóstico se confirma examinando un raspado de piel bajo el microscopio para visualizar los ácaros. 

Demodex equi

Los ácaros de la sarna demodécica tienen forma alargada y son incluso más pequeños que los de otros ácaros equinos (~0,25 mm de largo). Se instalan en los folículos pilosos (la raiz de los pelos) y en las glándulas sebáceas de la piel y forman pequeños nódulos y pápulas que pueden infectarse con bacterias secundarias. El ciclo vital dura unas 2 semanas pero se conoce mal. Estos ácaros pueden sobrevivir hasta 4 meses fuera del hospedador.

Las lesiones de la piel del animal afectado se manifiestan sobre todo por pápulas y nódulos que suelen aparecer primero en la frente y alrededor de los ojos, y luego en los hombros. Pueden llegar a cubrir todo el cuerpo. La piel afectada acaba a menudo cubierta de escamas. Al contrario de los otros tipos de sarna, la sarna demodécica no causa picor y los animales afectados sufren poco a causa de la infestación, que por ello de ordinario es benigna, a menudo sin síntomas clínicos. Si los caballos están debilitados por otras causas, la sarna demodécica puede resultar más dañina y causar lesiones cutáneas más graves.

La sarna demodécica puede surgir en cualquier época del año, so sólo en la temporada fría, pero es bastante inusual en caballos. Es más frecuente en manadas grandes que en caballos mantenidos individualmente.

El diagnóstico se confirma examinando al microscopio pruebas tomadas de los folículos pilosos o de las glándulas sebáceas.


Prevención y control de los ácaros equinos

Prevención y control no químicos

En regiones de clima templado a frío (e.g. Europa, Sur de Argentina y Chile, etc.), la mayoría de los brotes de sarna son un problema invernal. El hacinamiento durante el período de estabulación implica un contacto físico más estrecho entre los animales, lo que facilita la transmisión de ácaros. También conlleva una mayor humedad en la piel, que favorece igualmente el desarrollo de los ácaros. Además, la alimentación de los caballos suele ser peor en invierno, y el confinamiento significa más estrés para los animales. Todo ello hace a los animales menos resistentes a la enfermedad, especialmente a la sarna sarcóptica y psoróptica.

Por ello, mantener a los animales bien alimentados y en condiciones buenas de salud e higiene es crucial para reducir el riesgo de brotes invernales de sarna, o al menos para reducir el daño que tales brotes pueden causar.

En cuanto los animales vuelven a los pastos naturales en primavera los síntomas se reducen rápidamente. La exposición al sol reduce la humedad en el pelaje, lo que frena el desarrollo de los ácaros. Y sin hacinamiento la transmisión apenas tiene lugar.

Por razones desconocidas, algunos ácaros suelen sobrevivir las condiciones desfavorables durante el estío en algunos animales de una manada, sin que dichos animales muestren síntomas clínicos. Cuando la manada regresa a los establos para invernar, tales animales transmiten los ácaros al resto de la manada si no se toman medidas preventivas.

Por ello, en regiones donde se sabe que la sarna es un problema, está muy recomendado tratar preventivamente al final del otoño a los animales mantenidos en manada. Y hay  que tratar a todos los animales, pues en ese momento no se sabe qué animales son portadores de ácaros.

Si una manada está libre de ácaros, la contaminación solo puede venir de animales introducidos de fuera. Para evitarlo, hay que tratar preventivamente contra los ácaros a todos los animales que se introducen de fuera, especialmente durante los meses de invierno.

Por ahora no hay vacunas que protejan a los caballos haciéndoles inmunes a los ácaros de la sarna.

Y no hay trampas para atrapar ácaros, por la simple razón de que se transmiten directamente por contacto entre animales, es decir, no hay ácaros "volando o corriendo por ahí" susceptibles de ser atrapados en una trampa. Por la misma razón no hay repelentes que alejen los ácaros de los caballos.

Por ahora no hay métodos de control biológico de estos ácaros mediante sus enemigos naturales.

Pulse aquí si está interesado en plantas medicinales para controlar los parásitos externos del ganado, caballos y mascotas.

Prevención y control químicos

En la mayoría de los países hay multitud de antiparasitarios tópicos acaricidas para controlar la sarna del ganado, pero a menudo sólo unos pocos están también autorizados para uso en caballos y otros equinos. La razón es que el mercado equino es menor que el ganadero y, por ello, para los laboratorios veterinarios no suele ser lo suficientemente atractivo como para invertir en el desarrollo de indicaciones para equinos.

Algunos concentrados clásicos para baños de inmersiónaspersión con acaricidas tradicionales como organofosforados (clorpirifós, cumafós, diazinón, etc.) y piretroides (cipermetrina, deltametrina, permetrina, etc.) pueden controlar los ácaros en caballos. Algunos de estos productos contienen mezclas, típicamente de organofosforados + piretroides.

En la mayoría de los países también hay pour-ons listos para el uso que controlan ácaros, piojos y otros parásitos externos de los caballos. La mayoría contienen piretroides (cipermetrina, deltametrina, permetrina, etc.).

Los acaricidas tópicos tienen un efecto residual relativamente corto, es decir su protección contra la reinfestación con ácaros no suele durar más de una semana, en todo caso. Y a menudo no controlan los ácaros escondidos profundamente bajo las gruesas costras que puede producir la sarna. Por ello se recomienda vivamente repetir el tratamiento una o dos veces a intervalos de 2 a 3 semanas. Esto es también importante porque algunas especies de ácaros pueden sobrevivir durante varias semanas fuera del hospedador, y porque los acaricidas no matan los huevos, que eclosionarán y mantendrán la infestación. Si hay costras gruesas, hay que aplicar el producto con un cepillo, raspando vigorosamente tales costras para que el producto penetre a su interior y alcance a todos los ácaros bajo ella.

Los preparados a base de endectocidas (lactonas macrocíclicas) como la ivermectina o la moxidectina administradas por vía oral (pastas, geles, suspensiones) ofrecen cierta eficacia contra Psoroptes y/o Sarcoptes. Pero muchos de estos productos no suelen incluir esta indicación. Y, desde luego, no controlarán los ácaros Chorioptes o Demodex.

Si le interesa, puede visitar el artículo en este sitio sobre las propiedades generales de los antiparasitarios externos y sus clases químicas.

ATENCIÓN. NUNCA USE productos con AMITRAZ en CABALLOS, porque es TÓXICO para los EQUINOS y los GATOS. Hay muchos productos con amitraz para el ganado (bovino, ovino, etc.) y para perros.  No deben usarse nunca en caballos ni en gatos.

Consulte a un médico veterinario para obtener informaciones y recomendaciones más precisas adaptadas a las condiciones climáticas y epidemiológicas regionales.


Resistencia de los ácaros equinos a los antiparasitarios

Por ahora no hay reportes de resistencia de los ácaros equinos a los antiparasitarios.

Esto significa que si un producto concreto no procura el control esperado, lo más probable es que se deba a su uso incorrecto, o a que el producto es inadecuado para tal control, no a problemas de resistencia. El uso incorrecto es la razón más frecuente del fracaso de productos. 

Aprenda más sobre qué es la resistencia y cómo manejarla.