Toxocara canis es una especie de gusano redondoEjemplares adultos de Toxocara canis (nematodos) parásito gastrointestinal específico de los perros y otros cánidos (zorros, coyotes, lobos, etc.). Se da en todo el mundo y es muy frecuente en perros.

Toxocara canis no infecta a gatos, bovinos, ovinos, caprinos, porcinos, caballos o aves domésticas.

Toxocara cati, otra especie del mismo género infecta a los gatos (enlace); Toxocara vitulorum a los bovinos (enlace).

La enfermedad causada por las infecciones con este nematodo gastrointestinal se conoce como toxocariasis.

Perros infectados con Toxocara canis ¿son contagiosos para los seres humanos?

  • . Los huevos y las larvas de Toxocara canis en el medio ambiente son muy resistentes y pueden permanecer infectivos durante meses y años. Por ello hay que contar con que la mayoría de los parques y lugares donde juegan o pasean los perros estarán contaminados con tales huevos. Hay que considerar que los seres humanos, en especial los niños, pueden infectarse con huevos y larvas de T. canis. En los seres humanos, si bien las larvas no completan el desarrollo a adultos, se comportan en parte de modo similar a como lo hacen en los perros (ver más adelante) y pueden dañar numerosos órganos (hígado, riñones, pumones, corazón, ojos, etc.).

Localización de Toxocara canis

El órgano predilecto de Toxocara canis es el intestino delgado, pero las larvas migratorias pueden hallarse en la cavidad intestinal y en numerosos órganos (pulmones, ojos, corazón, hígado, etc.)


Descripción de Toxocara canis

Toxocara canis tiene la típica forma de gusano redondo y puede alcanzar de 7 a 18 cm de longitud y 0,3 cm de espesor.

Es de un color blanquecino a cremoso. Los adultos disponen de unas típicas aletas cervicales.

Los huevos son esféricos u ovales, miden unas 75 x 90 micras, contienen una sola célula y la membrana es gruesa.


Biología y ciclo vital de Toxocara canis

Huevo de Toxocara canis. Imagen tomada de Wikipedia Commons

Toxocara canis tiene un ciclo de vida directo, pero notablemente complejo. Tras la excreción de los huevos en las heces, las larvas se desarrollan en su interior hasta el estadio L-II en 10 a 15 días. Los perros pero también muy a menudo roedores (ratones, ratas, etc.) ingieren las larvas. Los roedores sirven de hospedador secundario, pero las larvas no continúan el desarrollo a adultos en ellos.

Tras ser ingeridas por el perro, directamente o a través de roedores, las larvas L-II eclosionan en el intestino, atraviesan la pared intestinal y emigran hasta los pulmones a través de la vena porta y el hígado. En los pulmones mudan a L-III y de ahí, pasan de ordinario a la tráquea y, por tos o estornudos, son expulsadas al exterior o llegan a la boca y son ingeridas. Esta migración dura unos 10 días. Una vez ingerida, la larva L-III llega hasta el intestino y muda a L-IV y al estado adulto, en total 25 a 30 días tras la infección. Al poco empieza a producir huevos que se expulsarán por las heces.

Este ciclo suele tener lugar en perros de hasta 3 meses de edad. Los adultos no chupan sangre, sino que se alimentan de los nutrientes del hospedador, con el que compiten.

En perros de más de 3 meses este ciclo se hace cada vez menos fecuente, y por encima de los 6 meses ya no se da. En su lugar, las larvas L-II inician una migración somática que puede llevarles a numerosos órganos: hígado, pulmones, corazón, cerebro, músculo esquelético, y a la pared del tracto gastrointestinal. En estos órganos acaban encapsulándose, inician una etapa de dormancia y pueden permanecer infectivas durante años.

En esta migración somática las larvas pueden llegar también a las glándulas mamarias de las hembras y a través de la leche infectar a los cachorros, sobre todo durante las tres primeras semanas de lactancia. Por esta vía, las larvas no harán una migración somática dentro del cachorro, sino que se instalarán directamente en el intestino donde completan el ciclo y empiezan a poner huevos. La madre puede reinfectarse con estos huevos al lamer al cachorro.

También puede darse a veces la infección intrauterina: en las perras gestantes, unos tres meses antes del parto, las larvas L-II atraviesen la placenta y se instalen en los pulmones del feto donde mudan a L-III, justo antes del parto. De allí y a través de la traquea alcanzan el intestino del cachorro donde completan el desarrollo a adultos. Basta una sola infección de la madre, para que ésta infecte a todos los cachorros en los subsecuentes embarazos.

Si no está familiarizado con la biología general de los helmintos y de los nematodos parásitos pulse aquí para consultar los artículos correspondientes en este sitio.


Daño, síntomas y diagnóstico de Toxocara canis

La infección con unos pocos gusanos no produce de ordinario síntomas en los perros adultos. Pero en caso de infecciones masivas (varios centenares) en el intestino puede darse apatía, inapetencia, pelo desgreñado o erizado, debilidad y susceptibilidad a otras enfermedades, oclusiones intestinales e incluso obstrucción de las vías biliares.

Las consecuencias son diarrea o extreñimiento, vómitos, sangre en las heces, anemia, etc. Las larvas migratorios pueden dañar a los órganos más afectados como riñones, hígado, pulmones (tos y neumonía son posibles síntomas), o los ojos.

Todos estos daños pueden darse también en los cachorros, que a menudo muestran un característico vientre hinchado, y en los que estos trastornos afectan negativamente al desarrollo y al crecimiento. Debido a su gran talla, los adultos pueden obturar y perforar el intestino del cachorro. Si no se tratan a tiempo las infecciones de los cachorros con Toxocara canis pueden ser mortales.

Los seres humanos pueden infectarse al ingerir huevos infectivos por contacto directo o indirecto con heces contaminadas de los perros, pero ocasionalmente también por huevos en el pelaje de los perros. Los seres humanos actúan de hospedadores intermediarios, es decir, las larvas no completan su desarrollo a gusanos adultos en el intestino humano.

Pero emigran (por ello se las denomina larva migrans) atravesando la pared intestinal hacia avarios órganos, causando varios tipos de síndromes: larva migrans visceral, si afecta a diversos órganos internos (mayormente el hígado, los pulmones y la pared intestinal, a veces también el sistema nervioso, incluido el cerebro), y larva migrans ocular, si afecta a los ojos. Los niños corren un riesgo especial de infectarse, pues es más probable que ingieran huevos en entornos contaminados (jardines, parques, etc.).

Las infecciones humanas con unos pocos gusanos son de ordinario benignas y se curan espontáneamente en unas pocas semanas. Pero infecciones oculares no tratadas pueden causar ceguera, e infecciones viscerales pueden ser incluso fatales en casos extremos.

El diagnóstico preciso en perros precisa del examen de materia fecal al microscopio para identificar los huevos. En caso de infecciones masivas gusanos enteros o larvas pueden encontrarse en el vómito e incluso en las heces de cachorros. El diagnóstico de infecciones de órganos internos puede hacerse con precisión con tests específicos (p.ej. ELISA, PCR) u otras pruebas serológicas, pero no están disponibles en todos los países.

Para el dueño del perro no es posible determinar un diagnóstico preciso sobre qué gusanos específicos afectan a su mascota, y por tanto qué medicamento debe emplear. Es ineludible consultar a un médico veterinario.


Prevención y control de infecciones de Toxocara canis

Es muy conveniente evitar que las mascotas ingieran tierra u otra materia contaminada con huevos, pero muy a menudo esto es muy difícil de lograr. En criaderos y pensiones de perros es esencial cuidar la higiene y desinfección regular de las jaulas y locales donde están los animales, eliminar diariamente los excrementos, etc.

A las crías conviene tratarlas de modo preventivo con un antihelmíntico a partir de las 3 semanas, cada 2 a 3 semanas hasta los tres meses. Es muy recomendable tratar al mismo tiempo a las madres.

También es muy recomendable tratar a los perros adultos, aunque no haya crías, según la recomendación del veterinario en base a la situación epidemiológica local y a las condiciones particulares en las que vive la mascota (apartamento, casa con jardín, entorno rural, etc.). Si es posible y económicamente viable conviene hacer un examen de materia fecal para diagnosticar la presencia o no de éste u otros helmintos parásitos, antes de proceder a tratamientos preventivos o curativos.

Si se han adquirido un nuevo animal es muy recomendable tratarlo inmediatamente, y si posible obtener del propietario anterior el historial médico al respecto.

Todo esto es especialmente recomendable e importante en hogares donde hay niños que juegan con los perros y cachorros y podrían fácilmente infectarse con huevos o larvas. Pues los niños están especialmente expuestos a las infecciones con las larvas migratorias (larva migrans): de 1 a 4 años sobre todo por las larvas migratorias viscerales, y de 7 a 8 años por las larvas migratorias oculares que pueden causar ceguera.

Para evitarlo hay que educar a los niños a lavarse las manos antes de comer, a evitar el contacto con los excrementos de las mascotas, etc. También es muy recomendable que las mascotas se acostumbren a no defecar donde juegan los niños.

Por ahora no hay vacunas que protejan a los animales domésticos haciéndolos inmunes a este parásito. Por ahora no hay tampoco métodos de control biológico de este parásito mediante sus enemigos naturales.

Antiparasitarios químicos

Como antiparasitarios contra Toxocara y otros nematodos se usan sobre todo antihelmínticos de amplio espectro como los benzimidazoles (p.ej. albendazol, febantel, fenbendazol), el levamisol y los endectocidas (p.ej. ivermectina, milbemicina oxima, moxidectina, selamectina) y la emodepsida.

Las tetrahidropirimidinas (pirantel, morantel) y los derivados de la piperazina tienen un espectro menor pero también son eficaces contra los ascáridos.

La mayoría se están disponibles en forma de formulaciones

  • orales sólidas (enlace): tabletas, comprimidos, etc.
  • orales líquidas (enlace): suspensiones, soluciones, etc.
  • inyectables (enlace): sobre todo ivermectina y levamisol
  • pipetas o spot ons (enlace): sobre todo la selamectina y la moxidectina

Algunos de estos compuestos no son eficaces contra las larvas migratorias. Por elllo a menudo se recomienda repetir el tratamiento a las 2 a 4 semanas, pues se supone que en ese tiempo la mayoría de las larvas en dormancia se habrán reactivado y vuelto susceptibles al antihelmíntico.

Puede interesarle el artículo en este sitio sobre plantas y remedios vegetales antihelmínticos (enlace).

Consulte a un médico veterinario para obtener informaciones y recomendaciones más precisas adaptadas a las condiciones climáticas y epidemiológicas regionales.


Resistencia de Toxocara canis a los antiparasitarios

Por ahora no hay reportes de resistencia de Toxocara canis a los antihelmínticos de uso habitual.

Esto significa que si un producto no procura la eficacia esperada contra estos parásitos, lo más probable es que no se debe a un problema de resistencia, sino a uso incorrecto o a que el antiparasitario empleado no es adecuado para dicho control. El uso incorrecto es la causa más frecuente del fracaso de productos antiparasitarios.

Aprenda más sobre qué es la resistencia y cómo manejarla.