Definición del Manejo Integrado

Escarabajo Carcinops pumilio, un predador natural de larvas de moscas. Fotografía tomada de www.zin.ru

El manejo integrado de plagas o MIP (en inglés IPM = Integrated Pest Management) consiste en aplicar simultáneamente todas las medidas disponibles para combatir una población de parásitos, en vez de conformarse con acudir sólo a los antiparasitarios químicos sintéticos. La definicíon oficial de la FAO es:

«la cuidadosa consideración de todas las técnicas disponibles para combatir las plagas y la posterior integración de medidas apropiadas que disminuyen el desarrollo de poblaciones de plagas y mantienen el empleo de plaguicidas y otras intervenciones a niveles económicamente justificados y que reducen al mínimo los riesgos para la salud humana y el ambiente».

En general, independientemente de la resistencia, el MIP permite disminuir la cantidad de productos químicos a emplear, lo que revierte en una menor carga contaminante para el medio ambiente, en una reducción de la exposición de los trabajadores y del ganado a los parasiticidas, y en una reducción de los gastos en parasiticidas y equipos.

Pero además de dichas ventajas, nunca se insistirá lo suficiente en la necesidad y urgencia de aplicar el MIP para evitar o retrasar la aparición de resistencia, sobre todo para el control de los parásitos problemáticos mencionados en otros artículos de este sitio. La urgencia viene del hecho de que, para los laboratorios, es cada vez es más difícil descubrir y más costoso desarrollar productos realmente nuevos, es decir, con un mecanismo de acción diferente a los ya existentes. Esto obliga a usar los actualmente disponibles del modo que menos favorezca el desarrollo de resistencia.

Para ello, si conviene y es factible, además de aplicar la rotación de productos, los tratamientos en mosaico o el uso de mezclas como métodos de retrasar la aparición de resistencia, se impone emplear cualquier otro instrumento disponible que, aunque él solo no controle mucho las poblaciones de parásitos, combinados unos con otros y con los productos químicos, sí que mejoran el control, hacen posible reducir la cantidad de parasiticidas empleados y con ello se disminuye el daño al medio ambiente y a los insectos beneficiosos. Y sobre todo, disminuyen el riesgo de desarrollo de resistencia: porque los métodos no químicos no ejercen presión de selección o porque atacan al parásito de modo totalmente diferente que los productos químicos.

En el MIP aplicado a la ganadería se deben incluir medidas estructurales o de manejo y gestión de la propiedad junto con los instrumentos de control biológico, mecánico o químico disponibles, estos últimos en forma de tratamientos estratégicos o en función del umbral de daño y no de modo indiscriminado o rutinario.

A continuación se resumen aquí las medidas estructurales y de manejo y los métodos de control sin antiparasitarios sintéticos más comunes. Para más detalles consultar los artículos sobre cada parásito concreto.


Medidas de manejo y gestión de la propiedad

Medidas constructivas. Construir las instalaciones (gallineros, porquerizas, salas de ordeñe, etc.) de modo que, a poder ser, los parásitos típicos de estas instalaciones (el ácaro rojo, las larvas de moscas, las pulgas, etc.) no encuentren escondrijos de difícil acceso para su limpieza (tubos, postes, muros o estructuras huecas, techos o suelos dobles, desagües inaccesibles, etc.), que estén bien aireadas (la humedad favorece a muchos parásitos), etc.

Gestión del ganado. Aquí se incluye el uso de razas de ganado seleccionadas por su resistencia a un parásito concreto (p.ej. razas vacunas cebuínas resistentes a las garrapatas, razas ovinas resistentes a los nematodos gastrointestinales, etc.), a una enfermedad, etc., o por su especial adaptación al clima y ecología reinante. Una raza muy productiva en su entorno ecológico ideal (p.ej. vacas lecheras Holstein o Pardo suizo en el clima europeo) puesta en un entorno desfavorable (como es para ellas el de los trópicos), estará en una situación permanente de estrés que la debilita y hace más susceptible de sufrir daño por los parásitos u otras enfermedades.

Res cebuína, más resistente a las garrapatas y a los hemoparásitos que las reses europeas

Salud del ganado. Hay que asegurarque el ganado esté en buenas condiciones de salud, no debilitado y bien alimentado, para activar sus propias defensas naturales contra los parásitos. Esto es especialmente importante en las épocas duras para el ganado, sean las de sequía, sean las de frío, y en las épocas en las que las poblaciones de parásitos pueden dispararse. Incluso aunque lleve parásitos, un animal sano puede soportar más parásitos sin debilitamiento ni merma productiva si está en buenas condiciones de salud.

Gestión de los pastos. La rotación de pasturas, el arado, drenaje o quema de los pastos, etc. contribuyen a reducir las poblaciones de garrapatas, y en cierta medida también de moscas de los cuernos y de los helmintos. No eliminarán las poblaciones, pero pueden disminuir el número de individuos resistentes en ella.

Higiene ambiental. Todas las medidas de limpieza que apunten a la eliminación de desechos orgánicos (cadáveres, restos de piensos, leche, huevos, basura, desperdicios caseros, etc.), la gestión del estiércol, y la supresión de puntos de agua inútiles (charcas y aguas estancadas; bidones, latas y neumáticos con restos de agua, etc., fugas en tuberías y canalones, etc.) son esenciales para disminuir los hábitats de desarrollo de numerosas especies de moscas y zancudos y de helmintos.

Mantener los pastos lo más secos posible mejorando el drenaje o evitando inundaciones disminuye la supervivencia de los estadios libres de los namatodos gastrointestinales o de los huéspedes intermediarios de muchos helmintos parásitos internos del ganado. Para otras medidas de prevención de las infecciones con gusanos helmintos del ganado pulsar aquí.


Prevención y/o control biológico, mecánico y químico de los parásitos

Fomento de los enemigos naturales. Evitar lo que pueda dañar a los enemigos naturales de los parásitos. Esto es especialmente importante en la gestión del estiércol para que se desarrollen en él los predadores de las larvas de moscas. No eliminarán las poblaciones de parásitos pero pueden disminuir el número de individuos resistentes.

Spalangia spp depositando un huevo en la pupa de una víctima. Imagen tomada de www.controlbiologico.cl

Medidas de control biológico. En la medida en que estén disponibles, utilizar también regularmente productos de control biológico: insectos beneficiosos, hongos o nemátodos entomófagos o entomopatogénicos, etc. Se trata de enemigos naturales que se dejan reproducir en laboratorio para luego liberarlos en el campo: no eliminarán las poblaciones de parásitos pero pueden disminuir el número de los resistentes. Consulte la sección sobre control biologico en este sitio (enlace).

Uso de vacunas. La vacuna contra las garrapatas Boophilus puede incluirse en programas de rotación, considerándola como si fuera una clase química más. Puede ser especialmente interesante en explotaciones lecheras, porque no deja residuos. También pueden ser útiles algunas vacunas antihelmínticas. Consulte el artículo en este sitio sobre las vacunas contra parásitos externos e internos del ganado (enlace).

Control mecánico. Se trata de usar trampas mecánicas, eléctricas, luminosas, etc., sobre todo contra las moscas domésticas. Según el tipo de explotación, también pueden diseñarse sistemas para atrapar mecánicamente moscas de los cuernos: haciendo pasar al ganado por una manga con una simple cortina o utro dispositivo que ahuyente momentáneamente las moscas e inmediatamente encima de la cortina un fuerte aspirador o una rejilla fina electrificada que atrapen o maten a las moscas. En algunas propiedades podría ser factible destruir sistemáticamente las boñigas, p.ej. una vez a la semana, pasando por los pastos con un tractor equipado adecuadamente.

Productos químicos inorgánicos. Como complemento al uso de parasiticidas sintéticos, el uso de productos minerales como bórax o sílice, contra ciertos parásitos externos, o cobre contra ciertos parásitos internos es muy recomendable donde tenga sentido, p.ej. la sílice contra el ácaro rojo de las gallinas o contra el piojo masticador de los ovinos; o el bórax en trampas para moscas domésticas, el cobre contra algunos nematodos intestinales.


Tratamientos estratégicos

Ya se ha explicado en el artículo sobre las garrapatas Boophilus qué se entiende por régimen estratégico o de umbral de daño (pulsar aquí para consultar dicho artículo). Resumiendo, el régimen estratégico consiste en la práctica en aplicar el producto más intensamente al inicio y al final de la temporada del parásito: al inicio, cuando aún no es muy numeroso, para no permitir que se multiplique; y al final de la temporada, para disminuir el número de los parásitos que sobrevivirán hasta la temporada siguiente. El régimen de umbral de daño consiste en aplicar el producto sólo cuando el nivel de parásitos supere el umbral de daño económico.

Debidamente adaptados, estos regímenes pueden aplicarse igualmente a las moscas de los cuernos, a las moscas domésticas y a los nematodos gastrointestinales. El régimen estratégico sólo se puede aplicar a los ácaros rojos de las gallinas si se da claramente una estacionalidad de las infestaciones, lo que no suele ser lo habitual.

Ambos regímenes tienden a no desperdiciar producto, usándolo sólo cuando más golpea a la población de parásitos. Desde el punto de vista de la resistencia, disminuyendo los tratamientos se disminuye la presión de selección, y esto es lo que cuenta.

Como el régimen estratégico y el de umbral de daño suponen temporadas en que no se aplica el parasiticida o se aplica menos, en estas temporadas pueden emplearse las medidas de control no químico o de control biológico complementarias antes mencionadas.

En el caso de los antihelmínticos hay numerosas opciones de tratamientos estratégicos. Unas opciones se basan en reducir el número de tratamientos del ganado menos proclive a sufrir daño por los helmintos, y en concentrar los tratamientos sobre el ganado más susceptible a las infecciones, a menudo el ganado joven.

Otras opciones se basan en el uso secuencial o selectivo de unos pastos por tipos o grupos diferentes de ganado en la misma propiedad. Según los sistemas de explotación y el tipo de ganado hay numerosas recomendaciones regionales: consulte a un veterinario o técnico agropecuario de su región para más información al respecto. Consulte también el artículo en este sitio sobre el uso estratégico de antihelmínticos (enlace).


Enlaces a otros artículos sobre la resistencia en este sitio: