Cochliomyia hominivorax, vista frontal. Fotografía de M. Campos Pereira

Los gusanos barrenadores (popularmente bicheras, gusaneras) son miasis cutáneas (es decir infestaciones de larvas) especialmente dañinas para el ganado. Afectan sobre todo a bovinos y ovinos, aunque pueden afectar a cualquier mamífero, incluidos caballos, perros y gatos.

Se dan fundamentalmente en América, y en las zonas tropicales y subtropicales de África y Asia. Antes de las campañas de erradicación en Norteamérica, el gusano barenador era muy abundante en los EE.UU, México y toda América Central.


Especies, biología y ciclo vital de los gusanos barrenadores

Se distingue entre los gusanos barrenadores primarios y los secundarios.

Los gusanos barrenadores primarios son larvas de moscas que se alimentan de los tejidos del hospedador. Producen miasis obligatorias, es decir, las larvas se desarrollan sólo en los tejidos del hospedador y son incapaces de desarrollarse en substratos alternativos como carroña o estiércol. Las moscas adultas de estas especies no dañan la piel del hospedador pero son atraídas por las más mínimas heridas causadas por otros parásitos picadores, por rasguños o por heridas debidas a operaciones de manejo del ganado (partos, descuerne, castración, esquila, etc.).

Las especies principales son Cochliomyia hominivorax en América y Chrysomya bezziana en el viejo mundo.

Los gusanos barrenadores secundarios son similares a los primarios pero las hembras son atraídas por las llagas y heridas producidas por los gusanos barrenadores primarios. Empeoran las heridas y aumentan el daño. Las especies principales son Chrysomya megacephala en Asia -introducida en América a finales del siglo XX-, que sigue a menudo las infestaciones de Chrysomya bezziana; y Cochliomyia macellaria en toda América, que suele acudir tras Cochliomyia hominivorax.

Chrysomya megacephala, vista lateral. Fotografía de M.Campos PereiraLos adultos de C. hominivorax, el gusano barrenador del nuevo mundo, son moscas de colores verdosos metálicos de cerca de 1 cm. Su ciclo vital dura unas 3 semanas. Las hembras ponen entre 200 y 400 huevos en una herida, y un total de hasta 3000 huevos en toda su vida. Las larvas, que pueden alcanzar una talla de hasta 2,5 cm, invaden los tejidos del hospedador ampliando la herida. Si se disturba la herida, las larvas se meten más profundamente en el tejido, por lo que se les llama “barrenadores”.

Tras invadir los tejidos, las larvas producen toxinas que impiden la cicatrización. La herida, se infecta con bacterias, produce pus y sangre, y esto atrae a otras moscas. Cerca de una semana tras la eclosión, las larvas se dejan caer al suelo donde se transforman en pupas. Los adultos eclosionarán entre 1 y 8 semanas después, dependiendo del clima.

Se pueden suceder de 8 a 10 generaciones de C. hominivorax durante una temporada. Los adultos son excelentes voladores, capaces de recorres distancias de cerca de 250 km en dos semanas.

Chrysomya bezziana, el gusano barrenador del viejo mundo, alcanza una talla de 6 a 12 mm. Ataca al ganado bovino y ovino, a otros mamíferos, incluidas las mascotas, caballos y al hombre. El ciclo vital se completa en menos de 2 semanas. Las hembras adultas ponen de 100 a 150 huevos al borde de una herida. En sólo 2 días las larvas del estadio III han invadido y licuado los tejidos alrededor de la herida. Tras 3 o 4 días las larvas maduran y caen al suelo donde se forman la pupas.

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Daño e importancia económica de los gusanos barrenadores

Si no se curan adecuadamente, los animales infestados de gusanos barrenadores pueden sucumbir en menos de 2 semanas.

C. hominivorax era la plaga más dañina del ganado vacuno y ovino en el sur de los EE.UU. antes de su erradicación. Hoy en día sigue siendo una plaga temible en parte de América Central y en América del Sur. Gracias al programa de erradicación ha desaparecido prácticamente de México y de parte de América Central, y la campaña de erradicación continúa para hacia el istmo de Panamá.

C. bezziana nunca ha dejado de ser una amenaza en el viejo mundo. Su incidencia depende mucho de las condiciones climáticas, y en años favorables puede constituir una plaga tremenda para el ganado bovino y lanar.


Prevención y control de los gusanos barrenadores

Huevos de Cochliomyia hominivorax sobre una herida. Fotografía de M. Campos PereiraLa erradicación de C. hominivorax de los EE.UU. es el mayor éxito de control "biológico" logrado hasta la fecha, gracias a la técnica de liberación de machos estériles. Esta técnica consiste en producir millones de moscas macho en verdaderas factorías, esterilizarlos y liberarlos en el campo. Estos machos estériles entran en competición con los machos salvajes, los desplazan en gran manera, y las hembras por ellos “fecundadas” no tienen descendencia. Manteniendo incansablemente está competición año tras año se ha logrado erradicar esta plaga también de buena parte de México y parte de América Central, y la campaña continúa hacia el sur.

Esta técnica se utilizó también con éxito a finales del siglo pasado para controlar un brote accidental de C. hominivorax en Libia que amenazaba invadir el continente africano. A pesar de todo, C. hominivorax sigue siendo una plaga importante en toda América del Sur. No ha habido intentos serios de erradicar C. bezziana en el Viejo Mundo.

Allí donde esta mosca abunda, la medida de control más extendida es prevenir las infestaciones llevando a cabo las operaciones de manejo que causan heridas y por lo tanto atraen a las moscas (descuerne, castrado, esquila, etc.) fuera de la temporada del gusano barrenador.

Existen también endectocidas (p.ej. ivermectina) muy eficaces para prevenir las infestaciones con gusanos barrenadores y cuyo uso es ya una rutina en algunas explotaciones tras las operaciones a riesgo.

Las infestaciones con gusanos barrenadores se pueden prevenir también aplicando medidas de control eficaz de moscas picadoras y de garrapatas, pues sus picaduras atraen a menudo al gusano barrenador.

También se han usado trampas dotadas de un insecticida y que atraen a las moscas y las matan, combinando estas trampas con liberación de machos estériles.

Para curar gusaneras ya establecidas existen productos popularmente conocidos como curabicheras o matabicheras (enlace), que matan a los gusanos y aceleran la cicatrización. Suelen ser polvos, pomadas, sprays, etc., que contienen larvicidas (p.ej. coumafós, diazinón, diclorvos, cipermetrina, etc.) y algún desinfectante o cicatrizante. Los curabicheras también suelen estar indicados para perros y gatos.

Los métodos empleados para el control de las miasis secundarias causadas por otras especies (p.ej. C. macellaria, C. megacephala) son similares a los descritos para los gusanos barrenadores primarios.

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Resistencia de los gusanos barrenadores a los parasiticidas

No hay reportes de casos de resistencia de los gusanos barrenadores a los antiparasitarios larvicidas o endectocidas más utilizados.

Esto significa, que si un producto para el control de estas gusaneras fracasa, no se deberá a un problema de resistencia sino a uso incorrecto o a que el producto empleado no es adecuado para el control de estos parásitos. El uso incorrecto es la causa más frecuente del fracaso de productos antiparasitarios

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