Las orejeras (aretes, caravanas, crótalos) son piezas de plástico de diversas formas y tamaños impregnadas con un antiparasitario insecticida (de ordinario sobre todo mosquicida) que se fijan en las orejas del ganado bovino. Se le ponen al animal con un aplicador especial que perfora el pabellón de la oreja. Contienen casi siempre piretroides u organofosforados o mezclas.

Reses con orejeras insecticidas. Fotografía tomada de www.uky.edu

Las orejeras mosquicidas apuntan sobre todo al control de la mosca de los cuernos (Haematobia irritans).

La característica principal de las orejeras es que el insecticida se va liberando poco a poco y se va extendiendo sobre la superficie del animal. Si no hay resistencia de las moscas a los mosquicidas, una orejera puede proteger el ganado contra las moscas por periodos de hasta tres meses, y a veces algo más.

Hay algunas orejeras insecticidas para porcinos y ovinos, pero su uso es mucho menos frecuente que en bovinos.

No hay orejeras para perros ni para gatos. Para ellos hay collares (enlace) con el mismo concepto de la liberación paulatina del insecticida o acaricida.

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Uso, ventajas e inconvenientes de las orejeras

Es importante fijar y colocar bien las orejeras pues, si se colocan mal, se enganchan en vallas o arbustos, desgarran las orejas del animal y se pierden. Para que la sustancia activa que se libera paulatinamente se transfiera al resto del cuerpo, las orejeras deben colocarse de modo que al menos una parte de la misma sobrepase el pabellón de la oreja; pero no muy cerca del borde porque entonces se puede rasgar el pabellón y la orejera se pierde.

A los 3 o 4 meses hay que quitar las orejeras viejas, pues ya no liberan suficiente sustancia activa para controlar las moscas. Si no se hace, se incurre en subdosificación: las moscas supervivientes quedan expuestas a concentraciones subletales que favorecen el desarrollo de resistencia. Si se trata de vacas lecheras, a menudo hay que ponerles y quitarles las orejeras repetidamente. Esto puede crear el problema de que las orejas acaban siendo perforadas excesivamente. Para evitarlo, en la medida de lo posible conviene colocar la nueva orejera en el mismo orificio en que estuvo la anterior.

Según qué marca de orejeras (de ordinario las que contienen sólo 20% de sustancia activa), es muy importante poner las dos orejeras a todos los animales de un hato. No es  correcto pensar que si en vez de dos orejeras se le pone sólo una a cada animal, el único invonveniente es que el control durará menos que si se le pusieron dos. De hecho con una sola orejera, o no poniéndoselas a todos los animales se incurre en subdosificación, pues la sustancia activa pasa en parte de un animal a otro, por contacto y frotamiento mutuo: si hay animales sin orejeras, “quitarán” producto a las que las llevan y diluirán así su eficacia. Y la subdosificación puede favorecer la aparición de resistencia.

En bovinos de engorde extensivo, las orejeras ofrecen la protección más larga (3 y más meses) contra la mosca de los cuernos (Haematobia irritans), la principal mosca picadora en ganado de engorde. También ofrecen un buen control de moscas de la cara (Musca autumnalis) y de moscas del establo (Stomoxys calcitrans) e incluso de los piojos, pero para estas otras especies la protección no es tan completa. No protegen en absoluto contra las garrapatas ni contra las gusaneras de cualquier tipo.

En ganado vacuno lechero, la mosca más frecuente no suele ser la de los cuernos, sino la mosca del establo. Como esta mosca ataca en todo el cuerpo y en especial en las patas, la protección de las orejeras a menudo no alcanza a las patas. En estos casos, además de aplicar las orejeras, puede bastar un baño de aspersión de las patas cada 2 a 4 semanas con un piretroide o un organofosforado para completar el control.

Además de la larga protección contra la mosca de los cuernos, las orejeras tienen ventajas prácticas similares a los pour-ons e inyectables: están listas para el uso y por tanto hay menos errores de aplicación posibles; no hay gastos de inversión ni de mantenimiento; son relativamente flexibles en cuanto a dónde y cuándo se pueden aplicar. P.ej., se pueden aplicar también cuando llueve, cosa que no debe hacerse con los pour-ons.

Su inconveniente mayor es la engorrosa aplicación, que exige poder inmovilizar a los animales, de ordinario en un cepo, y el tener que quitarlas y eliminarlas transcurrido el periodo de eficacia.

La resistencia de las moscas de los cuernos a piretroides (menos a los organofosforados) está muy extendida y es independiente del método de aplicación: por lo tanto, afecta también a las orejeras que llevan esos productos, no sólo a los baños o pour-ons. Esto significa que si se tuvo problemas de resistencia usando p.ej. un pour-on o un baño con piretroides, las orejeras de piretroides no solucionarán el problema: habría que cambiar a orejeras p.ej. con organofgosforados. O vivecersa.