El pirantel se introdujo como antihelmíntico veterinario en la década de 1960. Desde entonces, algunos nematodos gastrointestinales de caninos, equinos y porcinos han desarrollado resistencia a este compuesto.

Se han reportado también algunos casos en rumiantes, pero sobre todo en forma de resistencia cruzada con otros compuestos en poblaciones multiresistentes.

En conjunto puede decirse que los problemas de resistencia al pirantel son sustancialmente menos frecuentes y preocupantes que los de los benzimidazoles, de las lactonas macrocíclicas o del levamisol.

Las especies resistentes más importantes son:

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Hay reportes de otros parásitos que también han desarrollado resistencia al pirantel, pero por ahora, dichos casos permanecen limitados a algunas regiones y/o no representan aún una amenaza global para el ganado o las mascotas, por lo que no se analizan en detalle en este artículo. Las medidas recomendadas para manejar dichos casos son más o menos las mismas que para los parásitos más problemáticos: rotación a productos de clases químicas con mecanismos de acción diferentes al pirantel que siguen siendo eficaces, y/o implementar el Manejo Integrado de Parásitos (MIP). Se pueden mencionar los siguientes casos:

El pirantel pertenece a la clase química de las tetrahidropirimidinas junto con otros compuestos (p.ej. morantel, oxantel). Son antihelmínticos de espectro reducido, eficaces contra varios nematodos gastrointestinales pero no contra nematodos que afectan a otros órganos. Son ineficaces contra las duelas (trematodos) y las tenias (cestodos).

El pirantel es la tetrahidropirimidina más empleada. Se usa casi siempre en forma de sales (citrato, embonato, pamoato, tartrato, etc.) para la administración oral: sobre todo en forma de tabletas, píldoras y comprimidos para mascotas, y de pastas y geles orales para equinos. Se usa muchísimo en perros, gatos y caballos, a menudo en combinación con compuestos de otras clases químicas. Se usa poco en el ganado, sea en suspensiones orales o en aditivos y premezclas

El morantel se emplea sólo en ganado y equinos pero de modo marginal. El oxantel se usa sólo en mascotas.

Es una regla general que compuestos de la misma clase química muestran resistencia cruzada entre ellos, es decir: si una población de parásitos desarrolla resistencia a uno de ellos, será más o menos resistente a todos los demás compuestos de la misma clase química.


Parásitos con resistencia al pirantel

  • Nematodos gastrointestinales en equinos

    • Ciatostómidos = pequeños estrongílidos, un grupo de unas 50 especies de nematodos gastrointestinales que afectan a los equinos (caballos, mulas, asnos, etc.) en todo el mundo.
    • Parascaris equorum. Un nematodo gastrointestinal que afecta a los equinos en todo el mundo.
    • DÓNDE SE HA REPORTADO. La resistencia de los ciatostómidos al pirantel se ha reportado en Europa y en los EE-UU. En 2018 se han reportado casos de resistencia de P. equorum al pirantel en Suecia. Por ahora el problema es mucho menor que el de los benzimidazoles.
    • PERSPECTIVA. Incierta. Habiendo tardado bastante tiempo en aparecer y habiéndo ocurrido sólo en pocos lugares hasta la fecha, es probable que la extensión y el aumento de la resistencia al pirantel sean lentos.
    • MEDIDAS RECOMENDADAS. La medida más recomendada es implementar el Manejo Integrado de Parásitos (MIP) y/o aplicar medidas para la prevención de infestaciones que reduzcan el uso de productos químicos. Donde antiparasitarios de otras clases químicas siguen siendo eficaces contra estos helmintos, la rotación de productos es muy recomendable, es decir, interrumpir el uso del los pirantel durante varios años y sustituirlo por sustancias activas de otras clases químicas con mecanismos de acción diferentes.
    • PARASITICIDAS ALTERNATIVOS para ROTACIÓN

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Donde las haya, atenerse a recomendaciones regionales o nacionales para prevenir la resistencia o manejarla, si ya está desarrollada.

Para evaluar los problemas de resistencia hay que considerar que la innovación en el campo de los parasiticidas para el ganado y equinos ha disminuido notablemente en las últimas décadas.

  • La última clase química de nematicidas realmente nueva para bovinos y equinos (ivermectina perteneciente a lactonas macrocíclicas) se introdujo en la década de 1980; para ovinos y caprinos en la década del 2000 (monepantel, derquantel)
  • La última clase química de garrapaticidas realmente nueva para bovinos (fluazurón, perteneciente a las benzoilureas) se introdujo en la década de 1990.
  • La última clase química de ectoparasiticidas para ovinos (diciclanil, spinosad) se introdujo en la década de 1990.
  • La última clase química de trematicidas para el ganado (contra las duelas; albendazol, triclabendazol, pertenecientes a los benzimidazoles) se introdujo en la década de 1970.

Esto significa que la probabilidad de que se introduzcan nuevas clases químicas con mecanismos de acción diferentes a los de los productos actuales es muy pequeña. La razón es que desde hace décadas, la inmensa mayoría de los laboratorios de salud animal ha enfocado su investigación y desarrollo en el mercado de mascotas, mucho más rentable que el mercado ganadero. La consecuencia es que, por lo que se refiere a la gestión de la resistencia, casi nada nuevo (es decir, con un mecanismo de acción nuevo) se ha introducido en las últimas décadas. Casi todos los nuevos productos comerciales introducidos han sido nuevas formulaciones o mezclas de viejas sustancias activas entretanto ya genéricas, es decir: más de lo mismo.


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