Para el control biológico de moscas y algunos otros insectos parásitos se cuenta con sus depredadores, sus parasitoides y con los organismos patógenos de los parásitos.

Las gallinas consumen garrapatas e insectos de todo tipo. Imagen tomada de commons.wikipedia.org

Los organismos depredadores de moscas parásitas del ganado más importantes son las aves, los escarabajos y algunos ácaros.

Los parasitoides son insectos cuyas larvas parasitan a otros artrópodos, de ordinario matando al estadio que parasitan.

Entre los organismos patógenos que causan enfermedades a los propios parásitos del ganado o de las mascotas y cuyo empleo en el control biológico de parásitos se ha estudiado con cierta profundidad se cuentan sobre todo bacterias, hongos y nematodos (gusanos helmintos). Con ellos se han obtenido resultados más o menos prometedores. A veces se incluyen los organismos patógenos de los parásitos en el grupo de los biopesticidas o bioparasiticidas, pero este término no está aún claramente delimitado: algunos autores incluyen también entre los biopesticidas a los extractos de plantas con propiedades parasiticidas, a las feromonas, etc. Otros prefieren limitar este término a los microorganismos y a sus derivados (toxinas, esporas, etc.) que se aplican al ganado con métodos comparables a los de los parasiticidas químicos clásicos.


Aves depredadoras de moscas e insectos parásitos del ganado, y de sus larvas

Entre los predadores naturales de los parásitos del ganado se encuentran muchas especies de aves. La gallina domestica (Gallus domesticus) y la gallina de Guinea o pintada común (Numida meleagris) consumen moscas y otros insectos adultos o sus larvas, y también garrapatas. Muchos otros pájaros silvestres son también depredadores de insectos, ácaros y garrapatas.

Pero la mayoría de las aves estudiadas no son depredadoras específicas de garrapatas o de insectos: comen «lo que hay», es decir, difícilmente podrán ser un instrumento selectivo para el control de garrapatas u otros parásitos. Y de hecho, desde el punto de vista práctico, ninguno de los pocos estudios realizados ha logrado alcanzar un controlde garrapatas u otros parásitos en campo a niveles significativos para la ganadería.


Mosca parasitada por Macrocheles. Imagen de M. Campos Pereira

Ácaros depredadores de larvas de moscas parásitas del ganado

Algunos ácaros son fuertes depredadores de las larvas y los huevos de las moscas domésticas y otras moscas no picadoras que se desarrollan en acumulaciones de estiércol o gallinaza.

Macrocheles muscaedomesticae es de color rojo marrón, y mide poco más de un mm. Puede consumir hasta 20 huevos de mosca al día. Predomina en la capa más externa de las pilas de estiércol. No obstante hacen falta poblaciones muy grandes para que reduzcan efectivamente las poblaciones de moscas. Se necesitan unas 4 semanas de acumulación de estiércol para que se establezca una población de Macrocheles en él. Se diseminan de un lugar a otro fijándose sobre las moscas adultas de varias especies.

Fuscuropoda vegetans es otro ácaro que se encuentra más al interior del estiércol. Depreda sólo a las larvas jóvenes de las moscas, pero completa así la tarea de Macrocheles.


Escarabajos depredadores de larvas de moscas parásitas del ganado

Carcinops pumilio es un escarabajo de la familia de los Histéridos de poco más de 2 mm de talla que coloniza montones de estiércol en todo el mundo. Depreda tanto a los huevos como a las larvas jóvenes de moscas. Vive en las capas superficiales del estiércol, que no le atrae cuando está muy húmedo. Por ello tardan de 4 a 6 semanas en colonizar pilas de estiércol fresco, notablemente más que los ácaros. Esto hay que considerarlo cuando se elimina el estiércol y empieza a acumularse de nuevo.

Gnathoncus nanus. Imagen tomada de www.zin.ru

Para recolonizar pilas de estiércol se pueden colectar escarabajos previamente, aprovechando que en primavera, Carcinops pumulio entra en una fase migratoria en la que se siente atraído por la luz negra (una luz ultravioleta especial). En esa época se pueden atrapar grandes cantidades mediante trampas que usan dicha luz para atraerlo, y después liberarlos en otras pilas de estiércol.

En algunos países se pueden adquirir estas trampas en el comercio. Hay que ponerlas a unos 30 a 50 cm por encima del estiércol. Pilas de estiércol de unas 25 semanas suelen tener poblaciones de escarabajos que permiten atrapar números suficientes. Se pueden liberar inmediatamente o guardarlos a una temperatura de 7°C a 10°C durante unas 8 semanas: en este caso hay que evitar el hacinamiento, la humedad alta y temperaturas demasiado frías o calientes que reducirían su supervivencia. Atención: C. pumilio puede transmitir varias enfermedades aviares. Por lo tanto los ejemplares recogidos en una explotación con problemas sanitarios no deben emplearse para recolonizar el estiércol de otras explotaciones.

Gnathoncus nanus es otro escarabajo depredador de larvas de moscas que se encuentra en casi todo el mundo.

Para fomentar la actividad depredadora de ácaros y escarabajos del estiércol hay que facilitar que el estiércol esté lo más seco posible, pues así pueden penetrar más fácilmente en él y encontrar los huevos y larvas de las moscas. Para ello hay que mantenerlo aireado y evitar que donde está el estiércol se acumule el agua de lluvia, de limpiez o de riego.

Todos los larvicidas y mosquicidas químicos (organofosforados, benzoilureas, etc.) que pueden utilizarse para tratar el estiércol u otros substratos de desarrollo de las larvas de mosca tienen un amplio espectro de acción y son también tóxicos para los depredadores de dichas larvas, a excepción de la ciromazina (ver también los capítulos sobre las moscas y sobre tratamientos del entorno incluidos en este sitio). Por ello, si se trata el estiércol con dichos productos, conviene hacerlo en momentosque sean menos dañinos para los depredadores, lo que exige un monitoreo cuidadoso, tanto de las poblaciones de moscas como de las de depredadores.


Parasitoides de las moscas parásitas del ganado

Avispa Muscidifurax ovipositando en una pupa de mosca. Imagen tomada de commons.wikipedia.org

Los parasitoides de las moscas son avispas himenópteras de 2 a 3 mm de talla que se dan naturalmente en muchas explotaciones ganaderas pero en números pequeños. Son totalmente inocuas para el hombre y bastante específicas de las moscas. Las hembras depositan un huevo en el interior de las pupas de las moscas. La larva consume la pupa de la mosca y emerge como avispa adulta unas tres semanas después.

Las especies de parasitoides más utilizadas son de los géneros Muscidifurax contra las moscas de las acumulaciones de estiércol (Musca domestica, Muscina stabulans, Fannia canicularis, etc.) y Spalangia contra las moscas que se desarrollan más bien en las boñigas o en el heno (Haematobia irritans o mosca de los cuernos, Stomoxys calcitrans o mosca del establo, Musca autumnalis o mosca de la cara, etc.).

Los niveles de parasitismo natural espontáneos –es decir, sin intervención humana– que alcanzan estos parasitoides son bastante bajos, de modo que para obtener un control suficiente es necesario proceder a liberaciones masivas de parasitoides. Muscidifurax y Spalangia se pueden comprar hoy en día en muchos países y llegan a la propiedad en bolsas o cajitas con pupas que han de liberarse paulatinamente.

Para lograr la mayor eficacia es muy importante elegir bien el momento de la liberación de los parasitoides en relación con la dinámica de población de las moscas a combatir. Esto requiere monitorear la población de moscas, p.ej. con hojas de papel en las que se cuentan las manchitas que dejan las moscas chupadoras, o con trampas, etc. Si se hace demasiado pronto, los parasitoides no tendrán suficiente “comida”. Y si se hace demasiado tarde, el control tardará más en llegar.

En instalaciones confinadas (porquerizas, gallineros, establos lecheros) o de engorde intensivo de vacunos (feedlots) el control biológico de las moscas del estiércol y las moscas del establo –combinado con medidas estructurales e higiénicas– puede ser muy satisfactorio, pues es posible lograr una gran densidad de parasitoides en una superficie relativamente reducida.

También desde el punto económico puede valer la pena, sobre todo teniendo en cuenta que el problema de la resistencia de las moscas domésticas a los mosquicidas es cada vez mayor, y que el control biológico no produce ningún tipo de residuos químicos en carne, leche o huevos.

Hasta la fecha, la eficacia de los ensayos de campo en ganado extensivo –sobre todo para el control de las moscas de los cuernos y de las moscas de la cara– ha sido del todo insuficiente. La razón principal es que, a campo abierto, es materialmente imposible lograr la densidad de parasitoides necesaria para alcanzar un grado suficiente de parasitación de las moscas que resulte en un control útil de las poblaciones. Esto se debe simplemente a las grandes extensiones que habría que tratar y a que los parasitoides, a campo abierto, encuentran más fácilmente pupas de otras moscas en las que ovipositar, diferentes a las que se quiere combatir.

Todos los insecticidas adulticidas (organofosforados, carbamatos, piretroides, piretrinas, etc.), por su amplio espectro de acción, son también tóxicos para los parasitoides (a excepción de las  amidinas), especialmente si se aplican para fumigar las instalaciones. Los que se aplican directamente sobre el ganado (pour-ons, inyectables, orejeras, etc.) probablemente no entran lo suficientemente en contacto con los parasitoides como para perjudicarlos, si bien hay pocas investigaciones sobre este tema.


Bacterias patógenas de moscas y otros insectos parásitos del ganado

Cristales de proteina de Bacillus thuringiensis. Imagen tomada de commons.wikipedia.org

La bacteria patógena de los insectos más conocida y estudiada es Bacillus thuringiensis (Bt). Produce thuringiensina, una proteina que es letal para muchos insectos. Hay preparados comerciales para el control de mosquitos (zancudos) y otros insectos que se desarrollan en el agua (p.ej. simúlidos, culicoides, etc.), y también para el uso agrícola.

Para controlar las moscas, se ha estudiado mucho su efecto contra las larvas de las especies que se desarrollan en el estiércol (Musca domestica, Musca autumnalis, Stomoxys calcitrans, Haematobia irritans, etc.), sobre todo contra las moscas domésticas. Pero no son adecuadas para ello porque son también letales para algunos de los depredadores de las larvas de moscas. Infestar a las moscas adultas con esporas resulta problemático.

A las moscas no picadoras habría que aplicarles las esporas a través de cebos o trampas, pero es muy difícil obtener disminuciones significativas de las poblaciones por esta vía, pues las moscas encuentran fácilmente comida alternativa en cualquier establo. Y a las moscas picadoras resulta prácticamente imposible hacerles ingerir esporas.

Recientemente se ha identificado Brevibacillus laterosporus, otra bacteria con potencial para el control de moscas domésticas, que al parecer no es letal para los depredadores.

También se han obtenido resultados positivos con Bt para el control de piojos masticadores de los bovinos y de los piojos aviares, es este caso tratando directamente las gallinas con suspensiones de thuringiensina, la exotoxina de Bt.


Hongos patógenos de moscas y otros insectos parásitos del ganado

Hongo Entomophtora sobre una mosca. Imagen tomada de wikipedia.commons.org

Entre los hongos entomopatógenos más estudiados para el control biológico de moscas y otros insectos se encuentran Entomophthora muscae, Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae. Han demostrado ser muy eficaces contra muchas moscas de importancia para la ganadería (S. calcitrans, H. irritans, M. autumnalis, M. domestica, etc.) y hay numerosos estudios de laboratorio que ilustran los altos niveles de eficacia contra estas especies que pueden obtenerse en laboratorio y en ensayos de campo a pequeña escala.

Como para las bacterias patógenas, el tratamiento del estiércol con esporas de hongos entomopatógenos no resulta adecuado, pues todas estas especies pueden también afectar a la fauna benéfica y a los depredadores de las moscas mismas. Se han obtenido resultados prometedores contra moscas domésticas usando trampas con esporas de los hongos y feromonas sexuales que atraen a las moscas adultas. En ellas las moscas adultas se infestan con el hongo que después es capaz de matarlas en varios días. Se obtienen mejores resultados en explotaciones confinadas (gallineros, porquerizas, etc.), en las que la el hongo se transmite mejor de unas moscas a otras.

Hay investigaciones sobre el uso de M. anisopliae contra los piojos que han mostrado resultados prometedores.

No obstante, aún son muy escasos los países en los que hay disponibles preparados comerciales con hongos entomopatógenos para el control de moscas y otros insectos parásitos del ganado.


Nematodos patógenos de moscas e insectos parásitos del ganado

Nemátodos entomopatógenos. Imagen tomada de www.ento.csiro.au

Hay numerosos nematodos parásitos de insectos y ácaros que se usan en productos comerciales contra plagas agrícolas. Se trata sobre todo de especies de los género Steinermena y Heterorhabditis. Estos nematodos penetran en el cuerpo del insecto o ácaro, donde liberan bacterias simbióticas que llevan ellos mismos. Estas bacterias colonizan y matan al hospedador.

En ensayos de laboratorio se lograron buenos niveles de mortalidad contra Musca doméstica y otras moscas no picadoras, sea tras tratamiento del estiércol, sea a través de trampas con cebos inoculados con nematodos. Pero hasta la fecha apenas se han llevado a cabo ensayos de campo de cierta magnitud.

Estudios preliminares han mostrado que las cualidades del suelo y del estiércol pueden afectar enormemente los resultados, así como la temperatura del cuerpo de los insectos, de modo similar a lo descrito para los hongos entomopatógenos: los nematodos muestran una eficacia óptima a temperaturas entre 22°C y 26°C, que declina rápidamente por debajo de los 18°C y por encima de los 30°C.

Resumiendo, los conocimientos biológicos sobre el uso de nematodos contra los parásitos del ganado son aún escasos y se requerirán probablemente decenios de investigación antes de alcanzar el punto de poder desarrollar productos comerciales a gran escala.