Las garrapatas son parásitos que se alimentan de sangre (hematófagos) de animales domésticos y salvajes. No son insectos sino que pertenecen al grupo de los Acáridos, junto con los ácaros de la sarna.

Son parásitos obligados, es decir, no pueden sobrevivir ni completar su ciclo vital sin parasitar a sus hospedadores.

Entre los parásitos externos de los caballos y otros equinos (asnos, mulas, etc.) las garrapatas son de los más dañinos pues transmiten numerosas enfermedades microbianas.

Hay garrapatas en todo el mundo pero las especies que predominan en cada región son muy diferentes. Por lo general, las garrapatas on más abundantes en regiones tropicales y subtropicales que en regiones de clima moderado o frío. Y las especies que se encuentran en regiones cálidas son casi todas distintas de las que predominan en regiones frías.

Dermacentor nitens en la oreja de un caballo. Imagen de M. Campos Pereira

En regiones tropicales y subtropicales suele haber más garrapatas en zonas rurales con abundante ganadería que en los bosques, y están activas durante todo el año. En regiones frías hay más garrapatas en zonas de bosques y matorrales que en zona de pastos, y están activas sólo de la primavera al inicio del otoño.

Los caballos y otros equinos son hospedadores importante para las garrapatas, y casi todas las especies que infestan al ganado o las mascotas pueden también infestar a los caballos.

Antes de chupar sangre, las garrapatas son bastante pequeñas. Las larvas menos de 1 mm, las ninfas de 1-2 mm de largo, y las adultas de 3 a 5 mm de largo, según las especies. Pero las garrapatas adultas repletas de sangre pueden alcanzar hasta 2 cm de largo (como un frijolo, o una avellana) y un volumen 50 a 100 veces mayor que antes de haber chupado sangre.

Pulse aquí para más información sobre la biología general de las garrapatas.


Especies de garrapatas importantes para los caballos

La mayoría de las garrapatas duras (Ixodidae) pueden infestar a caballos y otros equinos. Pertenecen a los siguientes géneros (para información más específica pulsar los enlaces correspondientes):

  • Amblyomma: fundamentalmente en América y África, según la especie. Amblyomma americanum  y Amblyomma cajennense in América; Amblyomma hebraeum en África, Amblyomma variegatum en África y algunas islas del Caribe.
  • Boophilus (hoy en día incluidas en el género Rhipicephalus): en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales del mundo.
  • Dermacentor: en todo el mundo, según la especie. Dermacentor nitens (= Anocentor nitens), la garrapata tropical del caballo, es particularmente importante para equinos en zonas tropicales de América.
  • Haemaphysalis: en todo el mundo menos en América, según la especie.
  • Hyalomma: sobre todo en Europa y Asia, según la especie.
  • Ixodes: en todo el mundo, según la especie. 
  • Rhipicephalus: en todo el mundo según la especie. Rhipicephalus sanguineus en todo el mundo. Rhipicephalus appendiculatus y Rhipicephalus evertsi en África.

Entre las garrapatas blandasOtobius megnini, que afecta a menudo a caballos, puede ser un problema regional en América Latina y África.

La importancia de las garrapatas para los caballos es completamente diferente para caballos ganaderos en regiones tropicales o subtropicales que para caballos deportivos o mascota. Mientras que p.ej. en Europa un caballo deportivo o mascota puede atrapar unas pocas garrapatas durante un paseo, caballos ganaderos en zonas tropicales y subtropicales de América, África y partes de Australia pueden agarrar centenares, si no millares de garrapatas durante su jornada de trabajo. Evidentemente no son comparables, ni el daño que pueden sufrir, ni los métodos para protegerlos de las garrapatas.

Para el propietario de un caballo deportivo o mascota que encuentra unas garrapatas sobre su montura no es muy importante saber de qué especie se trata. No obstante, saber la especie es importante para el médico veterinario, pues no todas las especies transmiten todas las enfermedades posibles. Por ello conviene extraer algunas de las garrapatas y llevarlas al veterinario para que determine la especie (ver más abajo). Si un caballo ha atrapado bastantes garrapatas durante un paseo, es muy probable que todas sean de la misma especie.

Con pocas excepciones, todas las especies de garrapatas que afectan a los caballos afectan también al ganado, a las mascotas, y a los seres humanos.


Dónde viven las garrapatas y cómo se infesta un caballo?

Larvas de garrapata subidas a la hierba esperando un hospedador

La inmensa mayoría de las garrapatas viven en el campo, especialmente en lugares visitados por el ganado (bovinos, ovinos, caprinos, etc.) y/o por animales salvajes mayores para pastar (venados, ciervos, corzos, etc.), pero también donde abundan mamíferos menores (roedores, jabalís, zorros, etc.). También las aves son hospedadores importante de numerosas especies, especialmente de los estadio inmaduros (larvas, ninfas).

Las garrapatas pueden abundar también en parques periurbanos, zonas residenciales y recreativas, especialmente si también tienen acceso mamíferos salvajes (ciervos, corzos, zorros, etc.). En las zonas de clima moderado o fría las garrapatas abundan sobre todo en los bosques y sus bordes. Las garrapatas no suelen infectar sembrados agrícolas, pero pueden hallarse en sus bordes.

Por ello es muy improbable que un caballo atrape garrapatas al interior de un establo. Pero, si un caballo atrapa garrapatas, las lleva al establo, y algunas hembras repletas se despenden en el establo o un potrero cercano, dichas hembra producirán miles de huevos. Y de los huevos saldrán miles de larvas que sí pueden infestar a los caballos, a mascotas o a sus propietarios.

Las garrapatas (larvas, ninfas o adultas) no buscan activamente un hospedador, sino que suben instintivamente a la punta de hierbas o arbustos en la vegetación y esperan allí que pase un hospedador adecuado. Cuando éste pasa y toca la hierba o las hojas donde están, se prenden al hospedador. Lo reconocen por su calor corporal y el C=2 (anhídrido carbónico) exhalada, que pueden percibir con el órgano de Haller, un órgano sensorial que tienen en las patas. 

Tras subirse a un hospedador, las garrapatas duras suelen pasar 1 a 2 horas buscando un lugar apropiado para picar, que puede ser específico de una especie, (p.ej. las orejas). Cuando se sienten a gusto se prenden picando con sus piezas bucales y comienzan a chupar sangre. Una comida suele durar varios días y que les hace inflarse progresivamente. Es decir, cada estadio (larva, ninfa, adulto) sólo pica una vez y se queda prendido chupando sangre durante días. Cuando han ingerido la suficiente sangre se dejan caer al suelo para mudar o poner huevos, según el estadio y la especie. Es rarísimo que una garrapata que ha encontrado un hospedador adecuado lo abandone antes de prenderse y chupar sangre.

Cuando caen al suelo, no se desplazan. Las larvas y ninfas mudan al estado siguiente y vuelven a subirse a la vegetación para esperar el paso de un hospedador. Las hembras adultas ponen sus huevos durante varios días y mueren. Las larvas que emergen de los huevos se suben inmediatamente a la vegetación a la espera de un hospedador. Es decir, ni saltan ni corren alrededor buscando un hospedador, ni se dejan caer de los árboles (salvo pocas excepciones), etc.

Como consecuencia de este comportamiento, los lugares más visitados por el ganado (especialmente el bovino), las mascotas o la fauna salvaje son los que más infestados suelen estar de garrapatas (larvas, ninfas, adultas) esperando el paso de un hospedador: alrededor de bebederos, en los lugares preferidos de descanso (p.ej. en lugares sombreados, bajo ciertos árboles), etc. En zonas topicales y subtropicales endémicas para las garrapatas, si un caballo pasa or esos lugares puede atrapar docenas o centenas de garrapatas.

Las garrapatas blandas se comportan de modo diferente. Las picaduras son más cortas y abandonan el hospedador repetidamente, para volver más tarde (al mismo o a otro hospedador). Entre las picaduras vuelven a sus nidos. Estas garrapatas son mucho menos abundantes que las garrapatas duras.


Daño causado por las garrapatas al los caballos

Ixodes ricinus, hembra adulta repleta. Imagen de Jarmo Holopainen

Las picaduras de garrapata no son de ordinario dolorosas para los caballos u otros hospedadores. La razón es que la garrapata introduce analgésicos naturales con su saliva para aumentar la probabilidad de que el hospedador no la note durante los varios días que dura la picadura. No obstante, si a un caballo le pican docenas o centenas de garrapatas, el caballo sí que lo percibirá como una molestia considerable, independientemente de que la garrapata trasmita una enfermedad o no.

La pérdida de sangre causada por unas pocas garrapatas es despreciable para la salud de un caballo: la mayoría de los caballos deportivos o mascota en lugares de clima moderado o templado atraparán sólo unas pocas garrapatas durante un paseo. Pero si a un caballo ganadero le pican centenares de garrapatas, la pérdida de sangre puede ser importante y causar anemia.

En muchas regiones tropicales y subtropicales, las pequeñas heridas que causan las picaduras de garrapata pueden atraer moscas parásitas que depositan huevos en las heridas (p.ej. el gusano barrenador) que pueden causar miasis cutáneas graves. Las larvas que emergen de los huevos se alimentan de los tejidos del caballo y pueden causar heridas graves. Si no se tratan pueden ser fatales en unos pocos días.

Intoxicación es otro daño posible consecuencia de la picadura de garrapatas. Estas no introducen un veneno fuerte como hacen los escorpiones, algunas serpientes, etc.. Pero la saliva de las garrapatas contiene un cóctel complejo de varias sustancias que pueden efectar fuertemente el sistema inmunitario del hospedador. Hay varias especies de garrapatas que pueden provocarlo y causar una envenenamiento generalizado del hospedador que puede producir parálisis, a veces fatal. Es el caso p.ej. de Ixodes holocyclus en Australia que puede causar parálisis en caballos, seres humanos, perros, bovinos y otos animales. Bastan dos picaduras, e incluso una para causar problemas graves. Las muertes de caballos afectados son frecuentes.

Enfermedades transmitidas por las garrapatas

Hembra adulta repleta de Boophilus microplus

Una amenaza seria para los caballos tras la picadura de garrapatas es que éstas pueden transmitir enfermedades microbianas. Casi todas las especies de garrapatas transmiten una o más de estas enfermedades: babesiosis, borreliosis, theileriosis, etc. Pero no todas las especies transmiten todas las enfermedades. Y hay diferencias regionales en las enfermedades que transmite uno u otro tipo de garrapatas. Los médicos veterinarios saben qué enfermedades son propias de cada lugar y cada especie de garrapatas. Algunas de esas enfermedades también pueden afectar a los seres humanos, pero sólo si les pican las garrapatas, no por contagio del caballo al ser humano. Como ya dicho, sería rarísimo que una garrapata que ha mordido a un caballo se desprenda de él para subirse y picar a su jinete y transmitirla la misma enfermedad. 

En regiones endémicas, los caballos ganaderos expuestos regularmente a las picaduras de garrapatas suelen desarrollar inmunidad a estas enfermedades. Los caballos deportivos o mascotas también, pero sólo si están expuestos regularmente a las picaduras.

Los síntomas clínicos de las enfermedades transmitidas por las garrapatas son a menudo no específicos y el diagnóstico puede ser difícil. Desgraciadamente no es raro que se establezca demasiado tarde, cuando el daño está ya causado. Seguidamente se resumen los aspectos más importantes de las enfermedades principales.

  • Theileriosis, (también denominada piroplasmosis) causada por Theileria equi (antiguamente denominada Babesia equi), un organismo unicelular (protozoario) que se desarrolla en la sangre y ataca las células sanguíneas. Es de talla microscópica (unos 2 mcm de longitud). Es común en regiones tropicales de todo el mundo. Causa fiebre alta, anemia y hemoglobinuria (baja hemoglobina) además de depresión, pérdida de apetito, petequias (pequeñas hemorragias) e ictericia (coloración amarilla) de las membranas mucosas oculares. Un brote agudo puede matar un caballo en unos pocos días. Varias especies de garrapatas de los géneros Dermacentor, HyalommaRhipicephalus pueden transmitir esta enfermedad. Desgraciadamente, los síntomas no específicos se parecen a los de otras enfermedades (p.ej. anemia equina infecciosa, tripanosomiasis, etc.). El diagnóstico requiere pruebas microscópicas y/o serológicas específicas. Caballos afectados que sobreviven la infección adquieren una inmunidad que dura cerca de un año.
  • Piroplasmosis (también denominada babesiosis) causada por Babesia caballi, común en Europa, América y Asia. Está emparentada con Theileria equi pero es menos patogénica. Los síntomas clínicos son muy variables. Puede causar anemia e ictericia, pero la hemoglobinuria es inusual. También peden darse falta de coordinación e inquietud. Es frecuente la parálisis debida a daños al sistema nervioso. Varias especies de garrapatas de los géneros Dermacentor, HyalommaRhipicephalus pueden transmitir esta enfermedad. Las fatalidades son posibles. El diagnóstico requiere pruebas microscópicas y/o serológicas específicas. 
  • Borreliosis (también denominada espiroquetosis) causada por Borrelia theileri, una bacteria que afecta también a bovinos, ovinos y caprinos. En África del Este son las garrapatas Boophilus decoloratus y Rhipicephalus appendiculatus las que transmiten esta enfermedad. Puede causar pérdidas de peso, debilidad y anemia. Los ataques febriles son a menudo intermitentes. Por lo general, la borreliosis equina suele ser moderadamente benigna. El diagnóstico requiere pruebas microscópicas y/o serológicas específicas.
  • Enfermedad de Lyme causada sobre todo por Borrelia burgdorferi. Esta enfermedad también afecta a seres humanos, perros y otros mamíferos. La transmiten sobre todo garrapatas del género Ixodes, comunes en todo el mundo, también en regiones de clima moderado o frío de América y Europa. Los síntomas clínicos son variables y pueden incluir fiebre, anemia, hinchazón de las articulaciones, edema, cojera y incluso encefalitis. Al no ser los síntomas específicos , esta enfermedad puede confundirse con otras. El diagnóstico requiere pruebas microscópicas y/o serológicas específicas.
  • Anaplasmosis (también denominada ehrlichiosis y fiebre equina del Potomac) causada por Anaplasma phagocytophilum (antes denominada Ehrlichia phagocytophilum, Ehrlichia equi). Se trata de un microorganismo del grupo de las rickettsias. En Europa la transmite Ixodes ricinus, in América del Norte sobre todo Ixodes scapularis e Ixodes pacificus. Afecta a caballos, seres humanos, perros y otros mamíferos. Puede causar anemia, cojera, letargo, ataxia (movimientos descoordinados), falta de apetito y dolor en las extremidades, si bien estos síntomas tampoco son específicos de la anaplasmosis. El diagnóstico requiere pruebas microscópicas y/o serológicas específicas.

Para todas estas enfermedades hay que extremar la precaución cuando un caballo se desplaza de una zona no infectada a otra infectada, pues carecerá de inmunidad adquirida y correrá un alto riesgo de sufrir una infección aguda grave.

¡Basta una sola garrapata para transmitir la enfermedad! Pero es importante saber que ésto no ocurre siempre. La transmisión de los microorganismos de la garrapata al caballo tiene lugar varias horas después de que la garrapata ha empezado a chupar sangre, dependiendo de la especie de garrapatas y del microorganismo. Cuanto más larga la picadura, tanto mayor el riesgo de transmisión. Por ello es muy recomendable hallar las garrapatas y extraerlas lo antes posible, sobre todo para caballos deportivos y mascota que de ordinario no están expuestos a las garrapatas.

Por ello, cuando un caballo ha estado en una zona de riesgo, conviene inspeccionarlo a conciencia, si posible no más tarde de 12 horas tras el paseo. No se recomienda inspeccionar el caballo inmediatamente tras el paseo porque muchas garrapatas no se habrán prendido aún, son por lo tanta aún bastante pequeñas y más difíciles de ver. Unas 12 horas después han empezado ya llenarse de sangre y es más fácil encontrarlas.

¿Cuál es el riesgo de que un caballo atrape una de estas enfermedades? Para cualquier hospedador, sea un caballo, una mascota o un ser humano, el riesgo de adquirir una de estas enfermedades depende mucho de la región y la época del año. El número de garrapatas activas varía según la temporada (invierno o verano, sequía o lluvias). Y no todas las garrapatas están ellas mismas infectadas con los microbios. La tasa de infección varía notablemente de una región a otra. Una tasa de infección del 10% significa que sólo una de 10 garrapatas está infectada y transmite por lo tanto la enfermedad.

Además, los microbios que la garrapata lleva pueden ser más o menos virulentos en una población o en otra. Si el microbio es poco virulento, muchos hospedadores picados e infectados no se pondrán enfermos porque su sistema inmunitario podrá neutralizarlo. Todo esto puede resultar en una probabilidad de <1% de desarrollar la enfermedad en caso de picadura de garrapata. Pero si el microbio es altamente virulento, la mayoría de los hospedadores picados desarrollarán la enfermedad. Esto puede resultar en probabilidades de >10% de desarrollar la enfermedad. Desgraciadamente, es imposible para e propietario de un caballo estimar estos riesgos por su cuenta. Por ello es muc aconsejable controlar y seguir las advertencias regionales relativas a las garrapatas y las enfermedades que transmiten emitidas por las autoridades sanitarias.

Para el propietario de un caballo deportivo o mascota lo importante es ser consciente del riesgo y estar alerta, especialmente en regiones de alto riesgo. Si se descubren garrapatas en el caballo, es aconsejable sacarlas (ver abajo), conservar unas pocos (p.ej. en alcohol) y llevarlas a un médico veterinario para que determine la especie. saber la especie indica qué enfermedades podría haber transmitido. Después hay que observar cuidadosamente al caballo para detectar cualquier síntoma posible: fiebre, pérdida de apetito, movimientos anormales, etc.

Pero esto, de ordinario no es practicable para caballos ganaderos en regiones tropicales y subtropicales, simplemente porque pueden atrapar docenas o centenares de garrapatas, y esto no sólo ocasionalmente, sino de modo regular durante la temporada de garrapatas. La buena noticia es que la mayoría de estos caballos acaban adquiriendo inmunidad a las enfermedades que transmiten las garrapatas a las que están expuestos.

Es bueno saber que al inspeccionar un caballo (o una mascota), lo que la mayoría de la gente no experta encontrará son garrapatas adultas repletas de sangre, que según la especie miden entre 0,5 y 2 cm de largo, algo entre un grano de arroz y un frijol grande. Garrapatas adultas no repletas miden de 0,2 a 1 cm de largo, según la especie. Las larvas repletas miden de 1 a 2 mm, demasiado pequeñas para ser detectadas por la mayoría de la gente no experta. Ninfas no repletas miden de 2 a 5 mm, lo suficientemente pequeñas para pasar inapercibidas. Pero también las larvas y las ninfas pueden transmitir las enfermedades.

Por ahora no hay vacunas para proteger a los caballos de las enfermedades transmitidas por las garrapatas, y la mejor prevención es evitar territorio de garrapatas durante su temporada, o inspeccionar a conciencia el caballo tras cada visita. Hay antibióticos y otras medicinas para tratar a caballos y otros animales infectados con estas enfermedades. Pero es crucial diagnosticar la enfermedad correctamente lo antes posible tras la infección.


Encontrar garrapatas sobre un caballo y quitarlas

Amblyomma cajennense, hembra adulta repleta. Imagen de M. Campos PereiraComo inspeccionar un caballo para encontrar garrapatas

Cuando una garrapata encuentra un caballo u otro hospedador, no pica y se prende inmediatamente, sino que correrá por el pelaje del animal en busca de un lugar adecuado para picar, p.ej. donde la piel es más suave, o caliente, etc. Pueden corretear durante varias horas antes de prenderse, Muchas especies tienen sitios preferenciales para prenderse: en la cara, entre las piernas, en las orejas, bajo la cola, en pliegues de la piel, etc. Todo esto significa que cuando un caballo que ha dado un paseo regresa al corral, es muy posible que todavía tenga garrapatas no prendidas en su pelaje, mientras que otras ya se habrán prendido y comenzado a chupar sangre.

Es importante recordar que la picadura de las garrapatas no duele ni pica, es decir si el caballo no se rasca o lame, no significa que no tiene garrapatas. Si se rascan intensamente es más probable que tengan piojos, ácaros o pulgas.

Para buscar garrapatas prendidas hay que entreabrir el pelaje hasta que se vea la piel y simplemente observar atentamente, o pasar la mano por el pelaje buscando pequeñas protuberancias o bultitos bajo el mismo, mejor si se hace a contrapelo. Hay que inspeccionar sobre todo las orejas, en la cara y alrededor de los ojos, entre las piernas, bajo la cola, etc. Si se encuentran garrapatas serán las que llevan ya unas horas chupando sangre, pues las que acaban de empezar suelen ser demasiado pequeñas. 

Si encuentra 2 o 3 garrapatas, puede intentar sacarlas a mano. Pero si el caballo lleva docenas de garrapatas, es mejor tratarlo con un garrapaticida, pues cuantas más garrapatas descubra sobre el caballo, tantas más garrapatas pasarán desapercibidas, que también conviene eliminar.

Quitar las garrapatas una a una

Hay opiniones contradictorias sobre le modo más fácil y seguro de quitar las garrapatas de animales (o seres humanos). Algunos recomiendan cubrir la garrapata con una gota de aceite, mantequilla, petróleo, alcohol, laca de uñas u otros productos y esperar a que se desprenda por sí misma. Otros recomiendan acercar un cigarrillo encendido para irritarlas y que se desprendan por símismas. El riesgo de estos métodos es que la garrapata puede permanecer bastante tiempo prendida antes de soltarse, o puede irritarse e inyectar más saliva, o puede morir aún prendida.

Garrapata adulta repleta prendida de un perro. Imagen de losch en Engorged Wikipedia Commons

Otros recomiendan no echarle nada, sino agarrar la garrapata directamente (tal vez con guantes de caucho si es o podría ser alérgico a las garrapatas) lo más cerca posible de las piezas bucales (es decir de la piel del animal). Después tirar firmemente y de modo constante, hasta que la garrapara se desprenda pos símisma, pero no de golpe, porque las piezas bucales están muy fuertemente ancladas en la piel.

Pueden usarse pinzas especiales para este propósito. Un riesgo de este procedimiento es que, al agarrar fuertemente la garrapata, parte del contenido de su intestino se inyecte al hospedador. Para evitarlo, tirar firmemente hacia afuera, pero sin retorcer o aplastar la garrapata. Otro riesgo es que la garrapata se rompa y las piezas bucales queden dentro de la piel, que podría infectarse. En la mayoría de los casos esto no es un problema: esas piezas bucales acabarán siendo expulsadas, como una espina. Tras sacar la garrapata conviene desinfectar el lugar al que estaba prendida.

Las garrapatas extraídas deben llevarse a un médico veterinario para determinar la especie. Para ello se conservan en un disolvente orgánico (p.ej. alcohol), en un tubo o frasco cerrrado. Recuerde que las garrapatas adultas repletas, si no mueren, empezarán a poner miles de huevos unos días más tarde. Si tira esas garrapatas en el jardín o en el establo, de esos huevos surgirán miles de larvas infectivas.

Para la persona que saque las garrapatas no hay ningún riesgo de que la garrapata le pique a ella, le inyecte un veneno, o le transmita una enfermedad. El único riesgo es el de una reacción alérgica a las garrapatas, algo que puede ocurrir a quienes están en contacto repetido con ellas, como médicos veterinarios, enfermeras, etc. en regiones endémicas. Es por ello que se recomienda a estas personas usar guantes.


Prevención y control de las garrapatas en caballos

Prevención y control no químicos

La mejor prevención es mantener a los caballos lejos de territorio de garrapatas durante la temporada de las mismas (final de la primavera a inicio del otoño en zonas de clima moderado). Durante la temporada de garrapatas, lo mejor es restringir los paseos a carreteras, caminos, pistas o senderos libres de vegetación. Las garrapatas esperan a los hospedadores subidas a la hierba o arbustos, no sobre el suelo desnudo de un camino donde morirían muy pronto expuestas al sol. Han de evitarse lugares frecuentados por ganado o animales salvajes que también lleven garrapatas.

Por ahora no hay vacunas que protejan a los caballos de las picaduras de garrapatas.

Y no hay trampas para atrapar garrapatas de los caballos, por la simple razón de que no están "volando o corriendo por ahí" susceptibles de ser atrapadas en una trampa.

Por la misma razón no hay repelentes que mantengan alejadas las garrapatas de los caballos durante poco más de unas horas. La mayoría ofrecen una cierta protección contra mosquitos (zancudos) y algunas especies de moscas, pero su efecto contra garrapatas suele ser bastante flojo y breve. Algunos antiparasitarios que matan las garrapatas también tienen un cierto efecto repelente , sobre todo entre los  piretroides (cipermetrina, deltametrina, permetrina, etc.). Pero de ordinario es insuficiente para proteger del todo a los caballos contra las garrapatas.

Por ahora no hay métodos de control biológico de las garrapatas de los caballos mediante sus enemigos naturales. El único control "biológico" de garrapatas en caballos es quitarlas a mano, siempre se considere a los seres humanos como enemigos naturales de las garrapatas... En algunos lugares se han probado hongos entomopatógenos para el control de garrapatas en parques y zonas recreativas infestadas con garrapatas porque los frecuentan animales salvajes. Pero los resultados han sido muy modestos hasta la fecha.

Remedios caseros o naturales contra las garrapatas

Hay numerosos remedios caseros contra las garrapatas, la mayoría basados en recetas tradicionales a base de hierbas y otros productos naturales. Son el resultado de siglos de esfuerzos para protegerse de las garrapatas cuando no había garrapaticidas modernos eficaces.

La realidad es que no hay remedios caseros tan eficaces y contundentes como los garrapaticidas sintéticos modernos. Pueden aliviar las infestaciones, tal vez por unos días pero no durante semanas e incluso meses. Una de las razones es que suelen fácilmente lavables por la lluvia o chapuzones en el agua, otras es que muchos son volátiles y se evaporan rápidamente, a otros los descompones la luz solar, etc.

Hay numerosos sitios Internet con remedios y recomendaciones caseros, pero casi ninguno apoyado en investigaciones serias. Puede valer la pena probar algunos remedios: normalmente no son costosos ni conllevan grandes riesgos. Muchos contienen recetas caseras (no siempre fáciles de reproducir...) usando plantas o extractos de plantas (p.ej. con nim, lavándula, romero, aceite de citronela, bálsamo de limón, etc.). Pruebe a ver qué pasa. Si funciona, estupendo. Si no funciona, nunca sabrá si fue porque la receta es de por sí ineficaz, o porque cometió algún error. Pero no importa, pruebe otra vez, o pruebe otra receta...

También hay muchos productos comerciales antiparasitarios "naturales" o "biológicos", con eficacia variable y no pocas veces deficiente. Tampoco éstos suelen estar abalados por investigaciones serias. Hay que saber que en la mayoría de los países estos productos "naturales" no están sometidos a la misma exigente legislación que regula el registro de garrapaticidas y antiparasitarios sintéticos. Esto significa que no deben probar en estudios biológicos que son efectivamente eficaces contra los parásitos que dicen controlar. Ni tampoco necesitan estudiar seriamente su seguridad para los animales o los seres humanos, algo absolutamente obligatorio para los antiparasitarios sintéticos. Muchas autoridades dan por supuesto que los productos "naturales" son "seguros", o al menos no dañinos, y que los usuarios descubrirán por ellos mismos si el producto funciona o no. Por todo ello, los costos y el know-how necesarios para desarrollar esos productos son muy inferiores a los de los antiparasitarios sintéticos. Esto explica su proliferación y su imprevisible calidad. No es posible ocuparse de ellos en detalle en este sitio

PERO: al tratar de remedios naturales, especialmente los caseros, es bueno saber que algunas hierbas actúan porque contienen sustancias activas antiparasitarias que son también compuestos químicos, es decir moléculas específicas con un efecto biológico, letal o repelente para los parásitos. En vez de haber sido sintetizadas en fábricas, lo han sido en las plantas. Pero esta diferencia no dice nada sobre la seguridad o toxicidad de tales sustancias. Es erróneo y peligroso cree que algo es seguro e inocuo porque es natural. Los venenos más potentes conocidos son a menudo naturales, es decir producidos por plantas o animales. Además, muchos de los así llamados antiparasitarios "naturales" comercializados también se producen en fábricas, como los sintéticos, no se obtienen de las plantas.

Pulse aquí si está interesado en plantas medicinales para controlar los parásitos externos del ganado, caballos y mascotas.

Prevención y control químicos

Hay dos situaciones completamente diferentes tratando de garrapatas en caballos:

  • Caballos deportivos o mascota que visitan de vez en cuando territorio de garrapatas durante un paseo
  • Caballos ganaderos que trabajan día tras día en ranchos bovinos con garrapatas.

Caballos deportivos o mascota que salen a dar un paseo pueden atrapar algunas garrapatas. Control de garrapatas en estos casos significa prevenir que esto ocurra o bien matar o alejar las pocas garrapatas que ha agarrado el caballo. Algunos productos tópicos tipo mascota (champús, jabones, aerosoles) pueden lograr un control suficiente, pero de ordinario de corta duración. 

Para caballos ganaderos en regiones tropicales y subtropicales que pueden atrapar docenas e incluso centenas de garrapatas, algunos concentrados clásicos para baños del ganado por inmersiónaspersión también están aprobados para caballos. Contienen garrapaticidas tradicionales como organofosforados (clorpirifós, cumafós, diazinón, etc.) y piretroides (cipermetrina, deltametrina, permetrina, etc.), a veces en mezclas. En la mayoría de los países también hay pour-ons listos para el uso que controlan garrapatas y otros parásitos externos de caballos. La mayoría contienen piretroides (cipermetrina, deltametrina, permetrina, etc.). Los productos tipo mascota (champús, aerosoles, etc.) son del todo inútiles en estas situaciones.

Los preparados a base de endectocidas (lactonas macrocíclicas) como la ivermectina o la moxidectina administradas por vía oral (pastas, geles, suspensiones) no ofrecen ninguna eficacia contra las garrapatas. Y los endectocidas inyectables de alto contenido que se usan contra garrapata en bovinos en muchos países de ordinario no están autorizados para caballos. 

Es un hecho que los garrapaticidas más modernos no están disponibles para caballos en la mayoría de los países. La razón es que el mercado equino es menor que el ganadero y, por ello, para los laboratorios veterinarios no suele ser lo suficientemente atractivo como para invertir en el desarrollo de indicaciones para equinos.

Si le interesa, puede visitar el artículo en este sitio sobre las propiedades generales de los antiparasitarios externos y sus clases químicas.

  1. ATENCIÓN. NUNCA USE productos con AMITRAZ en CABALLOS, porque es TÓXICO para los EQUINOS y los GATOS. Hay muchos productos con amitraz para el ganado (bovino, ovino, etc.) y para perros.  No deben usarse nunca en caballos ni en gatos.

Consulte a un médico veterinario para obtener informaciones y recomendaciones más precisas adaptadas a las condiciones climáticas y epidemiológicas regionales.


Resistencia de las garrapatas equinas a los garrapaticidas

Varias especies de garrapatas han desarrollado resistencia a las garrapatas. Los casos más graves son de las garrapatas Boophilus microplus en América Latina y Australia de las qu se hs reportado resistencia a numerosas clases químicas (p.ej. a organofosforados, piretroides, amidinas, endectocidas, etc.). Una situación parecida se da con Boophilus decoloratus  en África del Sur. Estas garrapatas no son las más frecuentes en caballos, pero también pueden infectarlos.

Hay también algunos reportes de resistencia de Rhipicephalus sanguineus a organofosforados y piretroides, y de Amblyomma cajennense a piretroides, pero mucho menos frecuente y elevada que la de las garrapatas Boophilus.

Se puede decir para Europa, que si un producto no controla las garrapatas del caballo es por uso incorrecto o porque no es adecuado para ello, no debido a resistencia. En América Latina sin embargo, en las regiones tropicales y subtropicales, el riesgo es real de que un producto no dé buen resultado porque las garrapatas que infectan a los caballos han adquirido ya resistencia. 

Aprenda más sobre qué es la resistencia y cómo manejarla.