Hay varias especies de ácaros que pueden causar diversos tipos de afecciones de la piel - o dermatosis -  de perros y gatos de mayor o menor gravedad.

Las especies más importantes son:

  • Demodex spp, en perros (Demodex canis) y en gatos (Demodex cati)
  • Otodectes cynotis, sobre todo en gatos, ocasionalmente en perros
  • Notoedres cati en gatos
  • Cheyletiella spp, sobre todo en gatos, ocasionalmente en perros
  • Pneumonyssoides caninum, en perros
  • Sarcoptes canis, en perros

Estos ácaros se dan en todo el mundo. Son diminutos: no superan 0,5 mm de tamaño, las hembras son mayores que los machos. Viven en la piel de los animales (no invaden de ordinario los órganos internos) y pasan toda su vida sobre el hospedador, es decir, no tienen fases de desarrollo fuera del hospedador, p.ej. en el suelo. Completan el ciclo vital en 2-3 semanas, según el clima. Fuera del hospedador sólo sobreviven pocos días, máximo 1 o 2 semanas, según la especie y el clima.

Son todos muy contagiosos pero sólo se transmiten por contacto de un animal a otro (típcamente de la madre a los cachorros), no mediante vectores (p.ej. como moscas, mosquitos, etc.). Algunas especies pueden contagiarse temporalmente a los seres humanos, pero no transmiten enfermedades microbianas de una mascota a otra o a los seres humanos.

Puede interesarle el artículo sobre la biología general de los ácaros en este sitio (enlace).


Demodex spp en perros y gatos

Ejemplar de Demodex canis. Fotografía de M. Campos Pereira

Estos ácaros pasan toda su vida en los folículos pilosos a la base de los pelos donde se alimenta del sebo de las glándulas sebáceas. Se dan también en el ganado y muchos otros mamíferos. Tienen el cuerpo alargado y alcanzan una lóngitud de 0,3 mm. Lo más frecuente es que el hospedador tolere la infestación sin mostrar síntomas clínicos y sin daño a su salud. Pero si se debilita su sistema inmunitario por otras causas (vejez, malnutrición, infecciones, enfermades metabólicas, tumores, etc.) la infestación con Demodex puede explotar llegándose a encontrar hasta 75'000 ácaros por cm2 de pie.

En general, suele afectar más a perros que a gatos, y dentro de los perros más a los de pelo corto y a algunas razas particulares como Beagle, Boxer, Dackel, Dálmatas, Dobermann, Dogo, Bulldog inglés, Mops, Pointer, Shar Pei y Terrier.

La infección con Demodex se denomina demodicosis, sarna demodéctica o demodeccia. Se distingue entre demodicosis localizada y demodicosis generalizada.

La demodicosis localizada afecta típicamente a cachorros en partes del cuerpo que rozan más intensamente con el de la madre al mamar: belfos (labios), párpados y pequeñas zonas en las patas delanteras. Se habla de demodicosis localizada cuando no aparecen más de 5 pequeñas manchas con caida de pelo y escamación pero sin picor. Con una buena alimentación y una desparasitación correcta que mantengan al cachorro en buena forma y sin infecciones que lo debiliten, esta demodicosis localizada desaparece casi siempre de modo espontáneo.

La demodicosis generalizada es una enfermedad grave de la piel que puede desarrollarse en perros de cualquier edad y afectar a cualquier parte del cuerpo, con mayor o menor extensión. Siempre está relacionada con un debilitamiento del sistema inmunitario, típico p.ej. en animales viejos que padecen de tumores, otras enfermedades metabólicas, infecciones, parásitos internos, etc. Pueden seguirse infecciones bacterianas secundarias, engrosamientos y endurecimientos de la piel, aparición de espinillas grandes, pústulas, forúnculos, escamas, enrojecimiento, etc.

Sobre el control de la demodicosis y otras acarosis de las mascotas con antiparasitarios ver más adelante.


Otodectes cynotis, sarna otodéctica en perros y gatos

Hembra de Otodectes cynotis. Fotografía de M. Campos Pereira

Otodectes cynotis, el causante de la sarna otodéctica afecta sobre todo a gatos, y menos frecuentemente a perros, en especial a los cachorros. Ataca también a animales salvajes como zorros, martas, coyotes, etc. Es una de las causas principales de la otitis externa en gatos, es decir, una inflamación del canal auditivo externo.

Los ácaros de esta especie tienen forma más bien redondeada y tienen una talla entre 0,25 y 0,5 mm, las hembras son de mayor talla que los machos. Viven en el canal auditivo externo. No excavan túneles en la piel, como otras especies, sino que se alimentan de queratina y de los exudados de la piel, a la que atacan con la saliva. Estos ácaros son muy contagiosos, siempre por contacto de un animal a otro, aunque el contacto sea muy fugaz.

Como consecuencia de la infestación, la piel se hace coriácea con formación de escamas y costras, se produce eczema procedente de la excesiva producción de cera y otras exudaciones en la piel, como reacción a la saliva de los ácaros. En las orejas se acumula una secreción oscura, como poso de café: si se observa una muestra al microscopio de pueden observar los ácaros. En infecciones graves pueden también darse hemorragias locales con aparición de sangre en el oído. Una complición infrecuente es la perforación del tímpano, con la consiguiente sordera, tras la cual la infestación puede extenderse al oído interno, alcanzar las meninges e incluso el cerebro. El desarrollo de infecciones microbianas secundarias no es raro en casos de infestaciones masivas.

La mascota sufre de fuerte picor y se rasca enérgicamente, a veces hasta la automutilación. Los animales afectados reaccionan a menudo ladeando y agitando la cabeza, mostrando a veces movimientos incoordinados- El diagnóstico puede hacerse con el otoscopio con el que se pueden ver los ácaros.

Además del uso de acaricidas (ver ms adelante), es conveniente limpiar a fondo el canal auditivo con desinfectantes, extraer las costras y en su caso aplicar gotas con antibióticos para neutralizar posibles infecciones microbianas secundarias.

Sobre el control de estos ácaros con antiparasitarios ver más adelante.


Notoedres cati, sarna de la cabeza en gatos

Hembra de Notoedres cati. Fotografía de M. Campos Pereira

Notoedres cati afecta sólo a los gatos, pero puede infectar también a erizos. Se da en todo el mundo, pero la incidencia varía según las regiones. Como todos los ácaros se trasmiten por contacto, pero no hace falta que los animales se toquen, basta que hayan estado en el mismo cuarto.

Los adultos alcanzan entre 0,15 y 0,3 mm de tamaño. Se parecen a los ácaros del género Sarcoptes que afectan a los perros y al ganado, tanto morfológicamente, como por su modo de vida, el daño que producen y los síntomas clínicos.

La infestación suele empezar en la cabeza y orejas, se extiende después al cuello y de allí a todo el cuerpo. Las hembras excavan túneles en la piel (hasta el estrato granuloso) en los que ponen los huevos. Las larvas y ninfas se desarrollan en los túneles. Se alimentan de linfa y de líquidos tisulares. La saliva y los excrementos son fuertemente alergénicos. La mascota afectada muestra inflamaciones locales, caída de pelo, formación de costras, sobre todo en las puntas de las orejas. Todo esto le ocasiona un fuerte picor y reacciona rascándose y lamiéndose intensamente las partes afectadas.

El diagnóstico se hace mediante frotis de la piel en zonas afectadas e identificación de los ácaros al microscopio.

Estos ácaros pueden infectar temporalmente a los seres humanos, aunque no completan el ciclo en humanos. Eso sí, también producen picor. Mientras haya gatos infestados en la casa, pueden transmitirlo a los dueños. Si se alejan los gatos o se curan, desaparecerá la infección de los dueños en pocas semanas.

Sobre el control de estos ácaros con antiparasitarios ver más adelante.


Cheyletiella spp. en gatos y perros

Los ácaros del género Cheyletiella afectan sobre todo a los gatos, pero también a perros, zorros, conejos, e incluso al hombre. Alcanzan un tamaño de 0,4 mm. No excavan túneles en la piel, sino que viven en la superficie y se alimentan de queratina.

De ordinario sólo causan dermatitis ligeras, a menudo sin síntomas clínicos. En caso de infestaciones masivas producen fuerte picor, escamación y pérdida de pelo, a menudo en el torso de la mascota. Producen la «caspa migrante», migrante porque los ácaros mismos en movimiento transportan pequeñas escamas de piel, dando la impresión de que la caspa se mueve.

El diagnóstico puede hacerse en frotis de la piel al microscopio o simplemente aplicando un trozo de cinta adhesiva a la piel y observándolo al microscopio.

Esta especie también puede contagiar temporalmente a los seres humanos y producir picor, sobre todo en los brazos, la tripa y las nalgas. Pero no completa el ciclo en humanos.

Sobre el control de estos ácaros con antiparasitarios ver más adelante.


Pneumonyssoides caninum, en perros

Pneumonyssoides caninum en las fosas nasales de un perro. Imagen rinoscópica tomada de www.facebook.com

Pneumonyssoides caninum es un ácaro parásito de la nariz de perros y otros carnívoros, no muy frecuente. Normalmente infesta las fosas nasales profundas, pero algunos individuos pueden desplazarse hasta el borde exterior de las narices. De ordinario no causa síntomas graves, pero en caso de infestaciones masivas puede provocar estornudos crónicos, hemorragias nasales (epistaxis) y secreciones nasales crónicas.

Se transmite de un perro infectado a otro por contacto de las narices. El diagnóstico se confirma examinando una muestra de moco nasal al microscopio en la que se pueden observar numerosos ácaros. También pueden detectarse por rinoscopia, como en la imagen.

Esta especie no contagia a los seres humanos.

Sobre el control de estos ácaros con antiparasitarios ver más adelante. Por su ubicación en las fosas nasales sólo se pueden tratar con productos sistémicos, es decir, que actúan a través de la sangre, fundamentalmente endectocidas (p.ej. ivermectina, moxidectina, selamectina, etc.).


Sarcoptes scabiei, var. canis en perros

Hembra de Sarcoptes scabiei. Fotografía de M. Campos Pereira

Se trata de la variedad canina de Sarcoptes scabiei, el arador de la sarna, causante de la sarna sarcóptica o escabiosis en numerosos mamíferos, incluido el ganado y el hombre. Ocasionalmente puede afectar también a los gatos. La sarna también se denomina popularmente «roña» en algunos lugares.

Los adultos son de forma ovoide y alcanzan un tamaño de 0,15 a 0,545 mm. Las hembras excavan túneles en la piel (hasta el estrato granuloso) en los que ponen los huevos. Las larvas y ninfas se desarrollan en los túneles. Se alimentan de linfa y de líquidos tisulares. La saliva y los excrementos son fuertemente alergénicos.

La infestación suele empezar en la cabeza y las orejas, donde la piel es más fina, para extenderse sucesivamente a otras partes del cuerpo.

El perro afectado muestra inflamaciones locales, caída de pelo, fuerte escamación y típica formación de arrugas. Todo esto ocasiona un fuerte picor al perro que reacciona rascándose y lamiéndose intensamente las partes afectadas. Si no se trata, el animal se va debilitando progresivamente, pierde el apetito, adelgaza y el desarrollo puede ser fatal.

Sobre el control de estos ácaros con antiparasitarios ver más adelante.


¿Vacunas contra los ácaros para perros y gatos?

Repetidamente se oyen y leen afirmaciones sobre las supuestas «vacunas» contra los ácaros (y garrapatas y pulgas) de perros y gatos. Pues bien, no hay vacunas contra los ácaros ni para perros, ni para gatos, ni para ningún otro animal doméstico, ganado o mascota, y mucho menos para seres humanos.

Ocurre sin embargo que se habla popularmente pero incorrectamente de vacunas contra las garrapatas refiriéndose productos comerciales con antiparasitarios químicos, casi siempre spot-ons o pipetas (ver más abajo).

Claro que hay vacunas para perros y gatos (y para seres humanos y el ganado) contra ciertas enfermedades microbianas y virales, pero no, contra parásitos externos (ácaros, garrapatas, pulgas, insectos, piojos, etc.).

En resumen, NO HAY VACUNAS propiamente dichas PARA PROTEGER A LAS MASCOTAS O A SUS DUEÑOS CONTRA LOS ÁCAROS.

Para saber más sobre las vacunas contra parásitos externos e internos del ganado y las mascotas consulte el artículo correspondiente en este sitio (enlace).


¿Repelentes contra ácaros para perros y gatos?

La inmensa mayoría de los repelentes comerciales contra insectos, garrapatas y demás parásitos son para uso en seres humanos. Los hay con repelentes sintéticos (p.ej. DEET, icaridin) y con repelentes naturales (piretrinas, aceites esenciales y extractos de plantas). Hay algunos productos específicos para mascotas, pero muchos menos que para los seres humanos. No los hay para el ganado.

Ahora bien, los ácaros se transmiten por contacto con un animal infestado, es decir, un ácaro no va a la búsqueda o está a la espera de un hospedador, de modo que un repelente pudiera «disuadirle» de infectarlo. Además, el efecto repelente de la mayoría de estos productos es fundamentalmente contra los mosquitos (zancudos) y algo contra algunas especies de moscas (tábanos, jejenes, moscas negras, etc.). Y es común a todos estos repelentes que su efecto dura sólo unas horas, rara vez más de 6.

En resumen, NO HAY REPELENTES PARA PROTEGER A LAS MASCOTAS O A SUS DUEÑOS CONTRA LOS ÁCAROS.

Puede interesarle el artículo específico sobre repelentes en este sitio (enlace).


¿Control biológico de ácaros en perros y gatos?

No hay ningún método biológico para curar infestaciones de ácaros o para evitar que un perro o un gato atrape ácaros.

Pueden interesarle los artículos en este sitio sobre el control biológico de garrapatas y ácaros en el ganado (enlace).


Remedios naturales, vegetales o caseros

La verdad es que no hay muchos remedios naturales realmente eficaces –digamos contundentes– para evitar que una mascota atrape ácaros, y menos para curarlos. Algunos pueden reducir el riesgo de que las atrape, o mitigar el daño que producen, pero no son siempre muy fiables y el efecto no durará más que unas pocas horas.

En Internet hay numerosos sitios que proponen diversos remedios caseros, pero casi ninguno está apoyado por estudios serios. No obstante, probarlos cuesta poco y no se corre apenas riesgos. La mayoría se basan en piretrinas, aceites esenciales o extractos de ciertas plantas (citronella, lavándula, mamey, mandarina, masambey, nim, orégano, poleo, pomelo, romero, toronjil, etc.).

Algunos de estos extractos o aceites esenciales vegetales también forman parte de productos comerciales «biológicos» o «naturales» en forma de pipetas, champús, lociones, sprays, etc. Su eficacia suele ser notablemente inferior a la de los antiparasitarios químicos sintéticos comerciales, tanto el efecto curativo, como el preventivo (duración de la protección). A parte de tener una eficacia intrínseca menor que la de los antiparasitarios químicos sintéticos, muchos de estos productos apenas resisten al agua y al lavado, y la luz solar (los rayos UV) los descompone con mucha mayor facilidad que a los antiparasitarios sintéticos.

Conviene saber que, en muchos países, los productos calificados como «naturales» (p.ej. extractos de plantas) están sometidos a normativas mucho menos severas para recibir el permiso de comercialización que los antiparasitarios químicos sintéticos, tanto en lo referente a la eficacia contra los parásitos, como a la seguridad para las mascotas. Por ser naturales se supone que no son peligrosos... Y respecto a la eficacia, el usuario puede decidir si el producto le es eficaz o no... Es evidente que los costos de desarrollo de estos productos son sustancialmente menores que los de los antiparasitarios químicos sintéticos, lo que hace que en algunos lugares proliferen enormemente. Es imposible ocuparse de ellos aquí en detalle.

Puede interesarle el artículo en este sitio sobre plantas medicinales contra parásitos externos (enlace).


Control y prevención con antiparasitarios químicos sintéticos

Hoy en día, y según su modo de administración a la mascota y su eficacia hay fundamentalmente tres clases de productos químicos con antiparasitarios sintéticos contra los ácaros:

  • Spot-ons = pipetas (enlace)
  • Tabletas (enlace)
  • Inyectables (enlace)
  • El resto: champús, jabones, baños, sprays, aerosoles, etc. (enlace)

Los collares garrapaticidas no controlan los ácaros de perros y gatos

Consideraciones generales

Por tratarse de parásitos muy contagiosos, para curar infestaciones con estos ácaros hay que tratar a todas las mascotas que viven en la misma casa.

Para el propietario de mascotas y a efectos prácticos, importa poco saber qué especie de ácaros ha atrapado la mascota, y es imposible para él diagnosticar la especie. Es tarea del médico veterinario establecer el diagnóstico y seleccionar el producto más adecuado.

No todos los productos contra pulgas o contra garrapatas son automáticamente eficaces contra los ácaros, y viceversa. Lea atentamente la etiqueta del producto.

A veces será necesario esquilar las partes más afectadas de los animales, sobre todo si se trata de aplicar productos de administración local tópica (es decir sobre la piel), o si hay que administrar alguna pomada.

En la mayoría de los casos hay que tratar todo el cuerpo del animal, aunque los síntomas se vean sólo en ciertas partes del cuerpo, pues la mayoría de los ácaros pueden estar en cualquier parte del cuerpo, también en la cola. Si se emplea un antiparasitario sistémico (p.ej. un endectocida), esto ocurre automáticamente, por ello estos productos son los más fiables. Si se trata de un antiparasitario no sistémico (p.ej. amitraz, piretroides, etc.) administrado en pipetas, baños, aerosol, champú, etc., hay que asegurar que todo el cuerpo fue tratado, algo no siempre fácil de lograr.

No todas las marcas de productos mencionadas a continuación están disponibles en todos los países de habla española. Y las indicaciones de la etiqueta pueden variar de un país a otro.


Productos spot-on o pipetas

El término «spot-on» viene del inglés, del verbo «to spot» (= manchar, salpicar) + «on» (~encima). Está en relación con el término «pour-on», del verbo «to pour» (= verter, echar) + «on». Ambos describen modos de administrar productos de uso externo a los animales, sobre todo al ganado: «spot-on» y «pour-on».

Los «pour-ons» se vierten a lo largo de la línea dorsal del animal. Los «spot-ons» se aplican en uno o varios puntos (o manchas), en el lomo del ganado o de la mascota. Una vez aplicado el producto, la sustancia activa se distribuye por todo el cuerpo del animal: más o menos, mejor o peor, antes o después (según la sustancia activa, los vehículos o disolventes de la formulación, el pelaje del animal, su comportamiento...). Los spot-on o pipetas contienen formulaciones líquidas de antiparasitarios listas para el uso, es decir, no hay que diluirlas en agua, ni hace falta un equipo para administrarlas: se administran directamente, de la pipeta al animal.

Los spot-ons se comercializan en ampollitas de tamaño diferente según el peso de la mascota. Estas ampollitas han acabado por recibir la denominación popular de «pipetas», en sí impropia, pues las pipetas son instrumentos de laboratorio que sirven para trasladar pequeñas porciones de líquido de un recipiente a otro.

Aunque ya había algún spot-ons hace unos 30 años (p.ej. con triclorfón, un organofosforado) este modo de administración se impuso en el mercado de las mascotas a partir de mediados de los años 90 del siglo pasado. Hoy en día los spot-ons son la forma der administración de garrapaticidas y pulguicidas más extendida para las mascotas.

Puede interesarle el artículo en este sitio con más información sobre los spot-ons o pipetas (enlace)

Marcas más conocidas de spot-ons contra ácaros

Las marcas originales de spot-ons garrapaticidas para mascotas más conocidas son las siguientes, si bien no todas están disponibles en todos los países:

  • ADVOCATE = ADVANTAGE MULTI (con imidacloprid y moxidectina) de BAYER, para perros y gatos. El imidacloprid es un neonicotinoide que sólo tiene efecto pulguicida, usada también en la agricultura, la higiene y algo en ganadería. La moxidectina es una lactona macrocíclica endectocida, sobre todo antihelmíntico, pero también acaricida, que actúa de modo sistémico contra prácticamente todos los ácaros de perros y gatos, incluidos los del género Demodex. Se usa abundantemente en la ganadería. Ambas sustancias activas se introdujeron en la última década del siglo pasado. Apenas hay aún genéricos por ahora.
  • FRONTLINE (con fripronil) de MERIAL; disponible para perros y gatos en todo el mundo. Es sobre todo pulguicida y garrapaticida. Puede ayudar en el control de algunos ácaros, pero no tiene efecto sistémico. El fipronil es una molécula del grupo de los fenilpirazoles que se usa abundantemente como plaguicida en la agricultura y en el ganado. Hay ya numerosos genéricos. FRONTLINE PLUS es otra marca que contiene fipronil y metopreno. El metopreno es un inhibidor del desarrollo de los insectos, que hace que si alguna pulga no muere al menos quede esterilizada y no se reproduzca. Introducida a mediados de los años 90 del siglo pasado.
  • REVOLUTION /STRONGHOLD (con selamectina) de PFIZER, para perros y gatos. La selamectina es una lactona macrocíclica endectocida. Es sobre todo un pulguicida y antihelmíntico, con efecto sistémico, también eficaz contra ácaros como Otodectes y Sarcoptes. Aunque no está incluido en las indicaciones dela etiqueta, también ha dado resultados positivos contra Cheyletiella y Notoedres, pero no se ha logrado curar infecciones con Demodex. Se introdujo en casi todo el mundo en los años 1999-2000. No hay aún genéricos por ahora.
  • ADVANTIX, K-9 ADVANTIX, y PRAC-TIC, NO CONTROLAN LOS ÁCAROS DE PERROS Y GATOS

Seguridad de los spot-ons contra garrapatas

Para los propietarios de las mascotas los spot-ons no presentan de ordinario un problema de seguridad. Pero si los niños pequeños juegan mucho con las mascotas, las agarran, abrazan, etc., es recomendable evitar que lo hagan algunos días tras el tratamiento de la mascota con un spot-on.

En los EE.UU. ha habido problemas serios de intoxicación de mascotas tras el uso de algunos spot-ons, especialmente en gatos y en perros pequeños. Según un informe de la EPA del 2010, la mayoría de los problemas han ocurrido con spot-ons a base de permetrina, fenotrina (=sumitrina) y amitraz, no autorizados para gatos, pero usados indebidamente en ellos, tal vez por despiste o confusión. También ha habido casos en perros, sobre pequeños y por dosis excesivas, p.ej. porque el usuario ha comprado pipetas para mascotas más grandes (salen más baratas...) con la intención de usarlas varias veces, y luego ha aplicado demasiado producto al animal más pequeño. Parece también que los perros pequeños tienen simplemente la piel más sensible que los grandes y pueden reaccionar negativamente al tratamiento.

Otra causa de intoxicaciones e intolerancias parece que debe atribuirse a los vehículos inertes (disolventes) de algunas formulaciones, no investigados lo suficiente y que parecen no ser tan inocuos como ingenuamente se suponía.


Productos orales contra los ácaros

Por ahora sólo hay muy pocos productos con eficacia contra los ácaros de perros y gatos disponible en formulaciones de administración oral.

  • INTERCEPTOR (con milbemicina oxima) de NOVARTIS, sólo para perros. La milbemicina oxima es es una lactona macrocíclica endectocida, sobre todo nematicida, empleado mucho en algunos países como preventivo del gusano cardíaco. Es eficaz contra ácaros del género Sarcoptes y Demodex. En algunos países NOVARTIS comercializa SENTINEL, una mezcla de  milbemicina oxima y lufenurón para el control simultáneo de pulgas, gusano cardíaco y otros helmintos en perros. Apenas hay aún genéricos. NOVARTIS también comercializa MILBEMAX para perros y gatos en algunos países, con milbemicina oxima y praziquantel: pero la dosis de milbemicina es muy inferior a la de InTERCEPTOR, insuficiente para el control de ácaros.

HEARTGARD (MERIAL), la formulación original de ivermectina en tabletas para el control del gusano del corazón y otros nematodos no es eficaz contra los ácaros de perros y gatos

Desde el punto de vista de la seguridad, por administrarse por vía oral, estos productos no dejan residuos químicos al exterior de la mascota, lo que puede ser deseable para algunos usuarios que no les gusta que sus mascotas estén «contaminadas» con sustancias químicas, sobre todo si los niños juegan mucho con ellas.

Puede interesarle el artículo en este sitio con más información sobre formulaciones orales sólidas (enlace)


Productos inyectables contra los ácaros

Los únicos productos inyectables autorizados para el control de los ácaros en perros en algunos países de América Latina son genéricos de ivermectina, casi siempre la clásica formulación inyectable al 1%. Es muy infrecuente que estas formulaciones también estén indicados para el uso en gatos

Uso extra-etiqueta «off label» de endectocidas inyectables

Ocurre sin embargo, que se emplean a veces formulaciones inyectables ganaderas de ivermectina y de otros endectocidas (p.ej. abamectina, doramectina, moxidectina) para perros y gatos, y otros animales no incluidos en la etiqueta (conejos, cuyes, cobayas, etc.). Se trata de un claro uso extra-etiqueta. En numerosos países el médico veterinario puede llevar a cabo este tipo de tratamientos, pero bajo su entera responsabilidad.

Es evidente que no estando incluido en las indicaciones de la etiqueta, falta información sobre la dosis recomendada, y no es difícil equivocarse, ya que no se puede siempre extrapolar la dosis adecuada en mg/kg de un animal a otro, o de un parásito a otro. Y siempre se corre el riesgo de administrar una dosis tóxica para el animal, o ineficaz contra el parásito, o ambas cosas a la vez.

Especial cuidado se requiere en mascotas, pues hay razas de perros y gatos especialmente sensibles a algunos endectocidas.

Puede interesarle el artículo en este sitio con más información sobre los inyectables (enlace)


Champús, jabones, baños, sprays

La característica general de estos productos es que ninguno es sistémico, y por ello la eficacia y la duración de la protección contra la infestación por ácaros es menos fiable que la de los productos sistémicos.

Muchos de estos productos contienen sustancias activas sintéticas a las clases de los piretroides (cipermetrina, deltametrina, permetrina, etc.), organofosforados (clorfenvinfos, clorpirifos, cumafós, diazinón, diclorvos, triclorfón, etc.) y amidinas (amitraz) o bien sustancias activas de origen natural como las piretrinas, el d-limoneno, el linalool, y otros aceites esenciales vegetales. Como los spot-ons y los collares, casi siempre tienen también efecto contra las pulgas y otros parásitos.

Unos están listos para el uso (champús, jabones, lociones), otros hay que diluirlos en agua antes del empleo (concentardos para baños).

La eficacia de estos productos suele ser notablemente menor (70-80%) que la de los productos sistémicos, según el producto, aunque algunos pueden también alcanzar >90%. Si la mascota se moja (llovia, chapuzón, baño) después del tratamiento, algunos productos puede perder casi toda su eficacia. Otro inconveniente es que pueden dar bastante trabajo, y no siempre es fácil bañar un gato...

Desde el punto de vista de la seguridad, hay que tener especial cuidado con los productos concentrados que deben diluirse antes del uso. Una dilución incorrecta puede ocasionar sobredosis tóxicas para la mascota o subdosificación e ineficacia contra las garrapatas.

Puede interesarle el artículo en este sitio con más información sobre los champús, jabones, etc. (enlace)


Clases químicas de los garrapaticidas

Los garrapaticidas comerciales contienen una o más sustancias activas que pertenecen a una clase química determinada. A continuación se enumeran las principales clases químicas y sustancias activas de garrapaticidas disponibles hoy en día para uso sobre mascotas. Los enlaces remiten a artículos en este sitio con información adicional sobre las clases químicas individuales.

  • ORGANOFOSFORADOS (enlace): Garrapaticidas, acaricidas e insecticidas de amplio espectro, no sistémicos, eficaces también contra muchos otros parásitos externos (piojos, pulgas, moscas, mosquitos, etc.). Se emplean en collares, champús, jabones, spot-on, baños, etc. Principales organofosforados acaricidas son: clorpirifos, clorfenvinfos, cumafós, diazinón, diclorvos, etión, triclorfón. Son los más antiguos de los acaricidas actualmente disponibles, descubiertos en los años 50-60 del siglo pasado. Todos son genéricos, es decir su patente ha expirado. Los gatos no toleran algunos organofosforados (p.ej. el diazinón).
  • AMIDINAS - Amitraz (enlace). Garrapaticidas de amplio espectro, eficaces también contra piojos y ácaros, pero no contra puögas, moscas y mosquitos. Se emplean sobre todo en baños, pipetas (spot-on), y collares. Sólo para perros: ¡el amitraz es tóxico para los gatos!. Todos son genéricos.
  • PIRETROIDES (enlace). Garrapaticidas, acaricidas e insecticidas de amplio espectro, no sistémicos, eficaces también contra muchos otros parásitos externos (piojos, pulgas, moscas, mosquitos, etc.). Se emplean en collares, champús, jabones, spot-ons, baños, etc. Principales piretroides acaricidas son: cipermetrina, deltametrina y permetrina. Se introdujeron en los años 60-70 del siglo pasado. Todos son genéricos, es decir su patente ha expirado. ¡La permetrina es tóxica para los gatos!.
  • ENDECTOCIDAS (enlace) o lactonas macrocíclicas: insecticidas, acaricidas y antihelmínticos de amplio espectro. Todos son sistémicos. Se emplean sobre todo en pipetas, tabletas e inyectables. Los endectocidas empleados en mascotas contra los ácaros son la selamectina, la milbemicina y la moxidectina. Los demás endectocidas (ivermectina, abamectina, etc.) no son de ordinario eficaces contra los ácaros de perros y gatos a las dosis terapéuticas. Habría que aumentar mucho la dosis, pero resultarían tóxicos para algunas mascotas. Se introdujeron en los años 80-90 del siglo pasado. Todos son genéricos, es decir su patente ha expirado.
  • FENILPIRAZOLES (enlace). Garrapaticidas e insecticidas de amplio espectro, no son sistémicos. Se emplean sobre todo en pipetas (spot-on) y sprays. Principales fenilpirazoles garrapaticidas son: fipronil y piriprol (éste por ahora sólo para perros). Su eficacia contra los ácaros es mediocre o nula. Son también muy eficaces contra las pulgas. Se introdujeron entre 1990-2005. El fipronil es ya genérico.

Resistencia de los ácaros a los antiparasitarios

No hay reportes de resistencia de los ácaros de perros y gatos a los antiparasitarios actualmente empleados.

Se puede afirmar pues sin miedo a equivocarse que no hay un problema de resistencia a los antiparasitarios con los ácaros que de ordinario atacan a perros y gatos en España y América latina. Por ello, si un producto no da el resultado esperado será porque se usó inadecuadamente (administración incorrecta, o producto no indicado para el problema concreto), o porque se trata de un producto de mala calidad, no porque haya un problema de resistencia.

Si desea saber más sobre la resistencia de los ácaros a los antiparasitarios garrapaticidas pulse aquí.