Enemigos naturales de los gusanos internos parásitos del ganado (helmintos)

Hay numerosos enemigos naturales indirectos o directos de los gusanos parásitos internos del ganado. Entre los indirectos están los que reciclan los excrementos del ganado y aceleran su desecación impidiendo el desarrollo de las larvas de los gusanos que necesitan de ordinario que los excrementos se mantengan húmedos. Se trata de varias especies de escarabajos peloteros, de las larvas de numerosos insectos –sobre todo moscas– que se desarrollan en los excrementos del ganado, de lombrices de tierra, etc. Otros, como los pájaros, consumen los hospedadores intermediarios de numerosos helmintos (caracoles, hormigas, saltamontes, etc.). Sin embargo, ninguno de ellos contribuye a reducir significativamente las infestaciones de los pastos con helmintos.


Los hongos nematófagos

Helminto atrapado en las hifas de Duddingtonia. Imagen tomada de www.orgprints.org

Entre los enemigos directos de los helmintos se encuentran los hongos nematófagos. Nematófago viene del griego y quiere decir que “comen gusanos”. Los hongos nematófagos son hongos del suelo o de los excrementos, que en algún momento de su ciclo de vida se alimentan de los estadios libres de los helmintos, casi siempre de las larvas. Algunos hongos penetran al interior del gusano al ser ingeridos como esporas. Una vez dentro del gusano las esporas germinan, producen hifas y acaban consumiendo al gusano. Otras veces, las hifas del hongo son capaces de «atrapar» a los gusanos en su micelio para consumirlos poco a poco tras penetrar en su interior.

Mientras que la inmensa mayoría de los métodos de control de los gusanos internos del ganado consisten en atacar a los estadios que infectan los hospedadores sobre el hospedador mismo, el uso de hongos nematófagos apunta por lo tanto a controlar los estadios de desarrollo de los gusanos libres en el medio ambiente, sobre todo los de los nematodos.

Duddingtonia flagrans para el control biológico de helmintos

Se han descubierto numerosas especies de hongos nematófagos, pero de todas ellas sólo hay una con la que ya se han realizado ensayos de campo prometedores: se trata de Duddingtonia flagrans, un hongo natural del suelo. Esta especie tiene la particularidad de que sus esporas (clamidosporas) son resistentes al paso por el tracto digestivo del ganado. Es decir, se pueden administrar al ganado (mezcladas con el pienso, el agua, o en forma de suspensión oral) y acaban en las heces del hospedador junto con los huevos o larvas del gusano parásito que se trata de controlar.

En las heces, las esporas eclosionan dando lugar a un micelio tridimensional de hifas en el que quedan a atrapadas las larvas de los gusanos que son seguidamente consumidas por el hongo. Esto hace que la reinfestación de los pastos se interrumpa de manera sustancial.

En las últimas décadas se han llevado a cabo numerosos estudios de campo para estimar la eficacia, determinar los factores que influyen en ella y evaluar también su impacto en el medioambiente. Estos estudios permiten concluir que la presencia masiva del hongo en la materia fecal causada por la administración de esporas al ganado no va en detrimento de la descomposición de dicha masa fecal, ni afecta a la otra fauna benéfica de los excrementos (escarabajos, larvas de insectos, etc.), ni disminuye las poblaciones de otros gusanos del suelo no parásitos del ganado.

Por lo que se refiere a la eficacia contra los gusanos gastrointestinales parásitos del ganado, estos estudios han constatado que es muy importante que, administrado al hospedador, el hongo alcance las heces junto con los huevos del gusano parásito. Si no es así, el hongo se desarrollará menos y apenas tendrá eficacia. Esto no siempre está garantizado, pues la excreción de huevos del hospedador a las heces puede ser intermitente y, en la práctica, un productor no tiene manera de saber cuál es el mejor momento para administrar el hongo.

Los niveles de eficacia, medidos comparando el aumento de peso del ganado, tratado con hongos y sin tratar, han dado hasta la fecha resultados contradictorios, tanto en bovinos como en ovinos. En algunos casos ha habido mejora del aumento de peso tras el tratamiento con hongos, pero no mayor que mejorando el sistema de pastoreo. En otros casos se logró reducir las poblaciones de gusanos parásitos en los pastos, pero no se eliminaron las infecciones del ganado de modo significativo. Una dificultad adicional para el uso de estos hongos es que su infectividad y su eficacia dependen en buena parte de las condiciones climáticas (temperatura, humedad, etc.). Esta puede verse reducida en tiempo seco y frío.

La administración de las esporas del hongo a un animal infectado con helmintos no tiene ningún efecto curativo o preventivo sobre dicho animal tratado. El único efecto por el mecanismo descrito es poblacional indirecto, es decir reducir el número de larvas que sobreviven en la materia fecal y por tanto el de las que infestan los pastos. Pero al animal infectado hay que tratarlo con un antihelmíntico si la infección que sufre es de importancia.

En 2018 se introujeron dos productos comerciales a base de Duddingtonia flagrans en Australia, BIOWORMA y LIVAMOL. Es de desear que pronto estén disponibles en numerosos países.

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