Las garrapatas del género Boophilus son del tipo de 1 hospedador y se dan en regiones tropicales y subtropicales. Atacan sobre todo a los bovinos, a los ciervos yantílopes, pero también se fijan a los caballos y ocasionalmente a ovejas y cabras. No atacan a perros y gatos. Las especies del género Boophilus tienden a predominar en pastos desbrozados, con pocos arbustos o maleza.

Garrapata Boophilus microplus, hembra adulta repleta (teleogina)

Actualmente se prefiere incluir a estas garrapatas dentro del género Rhipicephalus. Pero por su singular biología y su enorme importancia para la ganadería, así como para facilitar la redacción, he preferido dedicarles un artículo específico con el antiguo nombre.


Biología y ciclo vital de las garrapatas Boophilus

Boophilus microplus, la garrapata común de los bovinos, es la garrapata más dañina en América Latina, Australia y varias islas del Pacífico. Machos y hembras son relativamente pequeños (3-5 mm) pero las hembras repletas pueden alcanzar 1,2 cm.

Cada hembra pone unos 4500 huevos. Estos tardan entre 2 y 20 semanas en eclosionar, según las condiciones climáticas: el calor y la humedad aceleran el proceso. Las larvas apenas se desplazan del lugar donde nacieron. Pero pueden ser fácilmente transportadas a otros pastos por hospedadores alternativos o por inundaciones. En períodos secos y templados pueden sobrevivir hasta 4 meses sin encontrar un nuevo hospedador. En el suelo, las larvas se suben a las hierbas o arbustos esperando que pase un hospedador para adherirse a él. Una vez sobre el hospedador se fijan a él, comienzan a ingerir sangre y completan su desarrollo a adultos en unas 2 semanas. Las hembras repletas de sangre se dejan caer al suelo donde ponen los huevos y mueren.

Boophilus decoloratus se da en el centro, este y sur de África. Su biología, importancia económica y ciclo vital son muy similares a las de B. microplus.

Garrapata Boophilus microplus hembra poniendo huevos

Boophilus annulatus es también similar a B. microplus. Se da en partes de México y de África. Fue erradicada de los EE.UU. en la primera mitad del siglo XX. Su ciclo vital es semejante al de B. microplus.

Estas tres especies transmiten Babesia (bovis, bigemina, divergens) un grupo de hemoparásitos responsable de la piroplasmosis o babesiosis bovina (popularmente llamada también tristeza). Infestaciones altas causan muertes frecuentes, especialmente si el ganado no estaba preinmunizado por vacunación o por infestaciones previas. B. microplus y B. decoloratus transmiten además Anaplasma marginale y centrale, y Borrelia theileri (espiroquetosis bovina), otros hemoparásitos que también pueden llegar a causar muertes en el ganado.

Si no está familiarizado con la biología general de las garrapatas pulse aquí para consultar el artículo correspondiente en este sitio.


Daño e importancia económica de las garrapatas Boophilus

Vaca infestada de Boophilus microplus

Las garrapatas Boophilus son sin duda el ectoparásito más dañino para el ganado bovino en América Latina, Australia y parte de África. Por un lado, cada garrapata que chupa sangre causa estrés y debilitación del animal afectado. A partir de unas 20-30 garrapatas por animal el daño empieza a tener efectos económicos (merma del aumento de peso o de la producción de leche, posible efecto negativo sobre la fertilidad, debilitamiento que favorece otras enfermedades, etc.).

Se ha calculado que una infestación de 50 o más hembras repletas de garrapatas Boophilus causan una reducción anual del aumento de peso de cerca de 500 gramos por garrapata. En ganado lechero la reducción de la producción láctea anual de un animal puede ser de 200 litros o más.

Mucho más grave que estos efectos son los debidos a la transmisión de los hemoparásitos arriba mencionados que pueden causar numerosas muertes en un hato.

Hay que mencionar, que tanto el estrés y el debilitamiento como la transmisión de hemoparásitos los causan no sólo las hembras repletas –que son las que se “ven”–, sino también las larvas y ninfas –que no se “ven”– y que son de ordinario más numerosas que las adultas repletas sobre una res infestada. De ello la importancia de no contentarse sólo con tratar el ganado cuando se “ve” que lleva garrapatas para derribarlas, sino de apuntar a reducir el nivel de infestación de los pastos con larvas, que son las que reinfestan al ganado y le causan tanto daño como las adultas o más (ver regímenes de tratamiento más abajo).


Prevención y control de las garrapatas Boophilus

Larvas de la garrapata Boophilus microplus encaramadas a la hierba

Se trata de un problema complejo. A pesar de cuantiosas inversiones en la investigación y desarrollo de nuevos productos y en campañas de erradicación, las garrapatas Boophilus siguen siendo una de las plagas más dañinas del ganado vacuno en Latinoamérica, África y Australia.

Su control es una materia compleja, imposible de resumir en un par de reglas simples de validez universal. Una cosa relativamente sencilla es matar unas cuantas garrapatas que han aparecido sobre una res, y otra muy diferente, mucho más compleja e importante es controlar las poblaciones de garrapatas que infestan los pastos de una propiedad. Hay muchos factores que juegan un papel, notablemente:

  • Las condiciones climáticas (temperatura, precipitación, etc.) y los factores ecológicos (vegetación, hospedadores alternativos, etc.), que influyen enormemente en el desarrollo de las poblaciones de garrapatas: lo que ocurre en una región particular puede no ser válido para otra región cercana.
  • El manejo de la propiedad y del hato ganadero (razas, densidad, gestión de pastos, propósito – leche, engorde, cría – etc.), que también afectan fuertemente al desarrollo de las poblaciones de garrapatas y, por lo tanto, las medidas adecuadas para su control.
  • La presencia o no de otras especies de garrapatas (a menudo p.ej. Amblyomma) y de otros parásitos (moscas de los cuernos, tórsalo, etc.) y la necesidad de controlarlos al mismo tiempo incide decisivamente en los métodos de control a utilizar.
  • La transmisión de enfermedades por parte de las garrapatas Boophilus, sobre todo la babesiosis, y el posible impacto en su epidemiología de las medidas de control de garrapatas deben tenerse siempre en cuenta.
  • La resistencia de las garrapatas Boophilus a muchos garrapaticidas, que está ya muy extendida y limita el número de productos disponibles en muchos lugares.
  • Las leyes y normas nacionales (campañas de erradicación, restricción de productos disponibles, etc.), que en algunos países imponen o limitan las soluciones o estrategias utilizables.


Prevención y control de las garrapatas Boophilus sin antiparasitarios químicos

Razas bovinas y susceptibilidad a las garrapatas. El origen de muchos problemas de garrapatas en regiones tropicales y subtropicales es la introducción en estas regiones de razas bovinas europeas puras (B. taurus), más productivas en leche y carne que las razas autóctonas o las cebuínas (B. indicus), pero mucho más susceptibles a las garrapatas y a las enfermedades transmitidas por ellas.

Bovino de raza europea (Bos taurus)

Se ha determinado que la supervivencia de larvas de B. microplus en reses cebuínas es hasta 15 veces menor que en reses B. taurus. Suponiendo, p.ej., que una res cebuína pura, una res Hereford pura y un híbrido de las dos se introducen en un potrero infestado con larvas de garrapata, si la res cebuína desarrolla una infestación con 10 garrapatas adultas, el híbrido deberá soportar entre 20 y 30 garrapatas adultas, y la res Hereford unas 150. Mientras que 10 garrapatas por animal apenas causan daño económico, 150 garrapatas están bien por encima del umbral de daño económico.

Dentro de las razas europeas, existen diferencias considerables. Las razas Angus, Frisona (Holandesa) o Hereford son mucho más susceptibles que, por ejemplo, la raza Jersey. Por otro lado, dentro de cada raza, los animales individuales muestran a veces diferencias considerables en su susceptibilidad a las garrapatas. Y también se sabe que cada animal individual es capaz de desarrollar una cierta inmunidad al ser expuesto a las garrapatas. Es por ello que los terneros son de ordinario más susceptibles que el ganado adulto.

Por todo ello, un modo obvio y probado de reducir los problemas de garrapatas es aumentar el contenido de sangre B. indicus en los hatos o regiones de alto riesgo. Si bien esto se ha realizado con cierto éxito en algunos países (p.ej. en Australia), en otros ocurre lo contrario. La razón es que muchos ganaderos se ven urgidos a aumentar su productividad: introducir sangre B. taurus en sus hatos es una de las opciones más sencillas de lograrlo, pues no precisa de inversiones fuertes en infraestructura o en el manejo de la propiedad. Factores culturales, de prestigio y también la ignorancia juegan a veces un papel decisivo.

Bovinos cebuínos (Bos indicus)

La quema anual de pastos es una práctica común al término de la temporada caliente en muchas partes del mundo. Así se consumen los tallos secos y otros restos vegetales, lo que hace que los brotes jóvenes sean más asequibles para el ganado. La experiencia general es que ayuda a disminuir algo las poblaciones de garrapatas en las parcelas quemadas, pero no basta para eliminarlas.

Arado y drenaje de los campos. El laboreo de los campos (rastrillaje, arado, siembra etc.) contribuye a reducir los hábitats y escondrijos húmedos de las larvas, las exponen al sol, etc., lo que disminuye su supervivencia en los pastos. No obstante no se logra eliminar del todo las poblaciones y no todos los pastos pueden someterse a este tipo de manejo.

La rotación de pasturas ayuda a reducir las poblaciones de garrapatas Boophilus. Se basa en el hecho de que la supervivencia de las larvas fuera de un hospedador es limitada. Dado que los bovinos son a menudo los únicos hospedadores de los que pueden alimentarse las garrapatas Boophilus, manteniendo los pastos sin ganado bovino durante un tiempo superior al de supervivencia de las larvas se pueden reducir fuertemente las poblaciones de garrapatas. Con tiempo cálido y húmedo, las larvas apenas sobreviven más de 4 semanas. Con tiempo templado y seco, la supervivencia puede llegar a los 4 meses. Por lo tanto, para ser efectiva, la rotación de pasturas debe hacerse en los meses cálidos y húmedos. No obstante, mantener los pastos sin ganado puede no ser viable por motivos financieros. En vez de mantener los pastos sin ganado se pueden introducir lanares durante ese periodo, pues Boophilus no sobrevive sobre lanares.

Garza consumidora de garrapatas

El control biológico de las garrapatas Boophilususando sus enemigos naturales permanece materia de investigación y no ha desembocado aún en soluciones prácticas. Algunas aves (p.ej. las garzas), pequeños roedores y varios insectos (p.ej. hormigas, himenópteros) se alimentan de garrapatas, pero su impacto en las poblaciones de los pastos infestados es muy pequeño.

Hay investigaciones prometedorassobre el posible uso de hongos entomopatógenos (Beauveria bassiana, Metarhizium anisopliae, etc.) para el control de garrapatas Boophilus. Pero hasta ahora la disponibilidad de productos comerciales y la experiencia con los mismos es limitada.

Para consultar los artículos en este sitio sobre el control biológico de garrapatas y ácaros pulse aquí.


Vacunas contra garrapatas Boophilus

Hay disponibles vacunas comerciales contra B. microplus en algunos países. Se basan sobre todo en el antígeno recombinante Bm86, un polipéptido del intestino de las garrapatas. Estas ingieren el anticuerpo correspondiente al chupar sangre de un hospedador vacunado. Los anticuerpos destruyen poco a poco las células digestivas de la garrapata y acaban causando su muerte. Algunas garrapatas mueren sobre el hospedador y otras una vez ya en el suelo, comenzada la oviposición. La viabilidad de los huevos depositados es variable. Si se vacuna regularmente todo el hato que ocupa un potrero, la población de garrapatas en dicho potrero será decimada poco a poco hasta descender, tras varios años, bajo el umbral de daño económico.

Las vacunas contra B. microplus están indicadas para el control de poblaciones de garrapatas, pero no para la protección a corto o medio plazo de las reses individuales contra las infestaciones, ni para derribar inmediatamente las garrapatas que ya infestan el ganado en un momento determinado.

Las vacunas tienen ventajas: son eficaces contra garrapatas resistentes a los productos químicos, y no dejan residuos en la carne o en la leche, lo que las hace particularmente atractivas para explotaciones lecheras.

El mayor inconveniente de estas vacunas es que el antígeno no se introduce en el hospedador durante la picadura, lo que exige inyecciones periódicas de refuerzo cada 6 a 10 semanas. Otro inconveniente es que la vacuna no evita que el ganado se infeste con las garrapatas presentes en los pastos tras la vacunación, lo que exige que el ganado vacunado siga siendo tratado con acaricidas clásicos hasta que los pastos se limpien poco a poco de garrapatas, algo que puede durar varios años: el número de tratamientos acaricidas necesarios disminuirá sólo lentamente.

Otro inconveniente de las vacunas es que la respuesta inmunológica individual de cada res puede variar considerablemente, y se ve reducida si la res sufre de estrés, está enferma o debilitada. Por lo tanto, dentro de un mismo hato la eficacia de la vacuna puede variar considerablemente, frenando el proceso de limpieza de los pastos y dando la impresión de que no trabaja porque algunos animales siguen llevando bastante garrapata.

Para más información consute los artículos en este sitio sobre algunas vacunas comerciales contra las garrapatas de bovinos disponibles:


Prevención y control de las garrapatas Boophilus con antiparasitarios químicos

Los productos químicos para el control de garrapatas Boophilus se basan en garrapaticidas de contacto, en endectocidas sistémicos o en inhibidores del desarrollo de las garrapatas.

Res infestada de garrapatas

La mayoría de los productos contra las garrapatas contienen garrapaticidas de contacto (también llamados acaricidas o ixodicidas) pertenecientes a los organofosforados, piretroides o amidinas. El fipronil también tiene actividad de contacto. La mayoría de estos productos están disponibles como concentrados para baños de inmersión o aspersión, o como pour-ons listos para el uso. Son eficaces contra las larvas, las ninfas y los adultos. Muchos de ellos también controlan otros parásitos de los bovinos como moscas, piojos, ácaros, etc.

El fluazurón, actualmente el único inhibidor del desarrollo de las garrapatas comercializado, actúa de modo sistémico y está disponible como pour-on. Es altamente específico de las garrapatas. No mata ningún estadio directamente, sino que interrumpe el ciclo vital al inhibir la muda de un estadio a otro o la eclosión de los huevos de hembras repletas afectadas.

Cada vez más productos garrapaticidas contienen endectocidas sistémicos que actúan a través de la sangre del hospedador cuándo la garrapata chupa sangre. También afectan a los estadios inmaduros y a los huevos de hembras repletas que sobreviven. Están disponibles como inyectables y pour-ons. Son también eficaces contra otros parásitos internos y externos: gusanos barrenadores, hipodermas, tórsalo, piojos, etc. Los endectocidas inyectables al 1% usados a la dosis habitual de 200 mcg/kg no suelen procurar de ordinario un control suficiente de garrapatas, y el efecto residual apenas supera los 10 días. En numerosos países no estan aprobados para este uso. Los endectocidas de alta concentración (3,15 a 4%) usados a la dosis habitual de 630 mcg/kg procuran una eficacia de ordinario suficiente (>90%) y un efecto residual de hasta 30 días. Pero ninguno de estos inyectables tiene efecto K.O., es decir, el ganado seguirá mostando abundantes garrapatas adultas durante hasta 2 semanas tras el tratamiento (según la dosis).

Hay reportes recientes de buena eficacia del spinosad contra las garrapatas Boophilus, pero hasta la fecha no se han introducido productos comerciales garrapaticidas con este compuesto.

Efecto residual e intervalo entre tratamientos

El proceso que sigue cada sustancia activa una vez aplicada sobre el animal es diferente y depende de su estructura química y de otros factores como la formulación, el método de aplicación, la dosis, etc. Aplicada sobre la piel de una res, la sustancia activa se evapora progresivamente, se descompone a la luz solar, o reacciona con las grasas de la piel, etc. Los productos sistémicos se metabolizan, excretan o almacenan en el tejido graso, etc. El resultado es que los productos mantienen su eficacia garrapaticida completa durante más o menos días. Es lo que se llama el poder o efecto residual.

En el campo, según la temporada, el ganado se reinfesta continuamente con más o menos larvas de Boophilus y necesita ser regularmente protegido. Según el efecto residual del producto, el intervalo entre tratamientos del ganado para mantenerlo debidamente protegido puede ser mayor o menor. El efecto residual oscila entre 5 y 10 días para los piretroides y el amitraz, y entre 3 y 5 días para el resto de productos. Los inyectables de endectocidas sistémicos (ivermectina, moxidectina, doramectina) de larga duración (con >3%) pueden permanecer eficaces durante 1 a 2 meses.

El objetivo de todas las medidas de control debe ser reducir las poblaciones de garrapatas en los pastos, no sólo derribar las garrapatas sobre las reses.

Ahora bien, las larvas que infestan a una res tardan unas tres semanas en desarrollarse hasta el estadio adulto, llenarse de sangre y desprenderse para empezar a poner huevos en el suelo. Si se trata la res en el momento en que se “ven” garrapatas repletas, se matan teóricamente no sólo las garrapatas repletas, sino todos los estadios previos que se encuentran en el animal en ese momento. Si el producto tiene un efecto residual de 7 días, eso significa que, teóricamente, las larvas que reinfesten al animal durante esos 7 días no sobrevivirán. Sólo las larvas que reinfesten al animal a partir del día 8 lograrán continuar su desarrollo. Como el desarrollo dura unos 21 días (3 semanas), se volverán a ver hembras repletas en la res a los 28 (=21+7) días, que es cuando habría que tratar de nuevo si se quiere evitar que las hembras repletas se desprendan vivas y pongan huevos que reinfesten el pasto y el ganado. Si un producto tuviera un efecto residual de 3 días, habría que tratar cada 24 (=21+3) días, etc.

Pero ocurre también que, según la sustancia activa que contienen, su formulación y el método de aplicación, hay diferencias considerables de eficacia entre los productos. Mientras unos pueden causar una mortalidad de las garrapatas superior al 99%, otros no alcanzan tal vez el 90%. Los productos basados en garrapaticidas de contacto y aplicados en baño de inmersión suelen tener una eficacia garrapaticida inmediata (efecto K.O.) mayor que los aplicados por aspersión, los pour-ons o los endectocidas sistémicos.

El amitraz se comporta de modo especial. Mata a muchas de las garrapatas sobre el hospedador pero también hace que otras se desprendan y caigan al suelo, donde la mayoría mueren al poco tiempo. También tiene un cierto efecto repelente que hace que muchas larvas no se suban al ganado mientras dura el efecto residual.

El fluazurón es también un caso especial por lo que se refiere al efecto residual. Una vez que alcanza el flujo sanguíneo del hospedador, se almacena en sus tejidos grasos, desde donde se libera poco a poco a la sangre y después se excreta. Esto permite mantener niveles eficaces en sangre durante 10 semanas y más. Pero en las vacas en lactación, el fluazurón se excreta también con la grasa de la leche, lo que reduce su efecto residual a unas 5 a 7 semanas, según la producción de leche. Esto a su vez puede ser útil para ganados de cría, pues la sustancia activa pasa enteramente a los terneros no destetados que de este modo quedan protegidos y no necesitan ser tratados individualmente.

Ver también el artículo en este sitio sobre garrapaticidas (enlace).

Larvas de la garrapata Boophius microplus

Regímenes de tratamiento

Según los criterios que se siguen para volver a tratar al ganado, pueden distinguirse varios regímenes de tratamiento: de erradicación, oportunista o pragmático, estratégico y de umbral de daño. Esto independientemente de que se trate el ganado por baños (inmersión o aspersión) o mediate pour-ons o inyectables.

El régimen de erradicación seguido en algunos lugares (p.ej. en la erradicación de B. microplus de los EE.UU., o en las campañas de erradicación de Argentina, Uruguay, etc.) se basa en el hecho de que tratar un hato a intervalos cortos regulares puede reducir substancialmente la población de garrapatas en los pastos, pues en muchas propiedades los bovinos son los únicos hospedadores en los que estas garrapatas pueden sobrevivir. Matando pues a las garrapatas que se encuentran sobre el ganado se evita que reinfesten el pasto. Las garrapatas Boophilus permanecen entre 16 y 25 días sobre el hospedador. Si un acaricida tiene 5 días de efecto residual, tratando con él el hato cada 21 días (=16+5) durante toda la temporada de garrapatas haría teóricamente imposible que sobrevivan garrapatas en la propiedad, y tras unos años esta quedaría libre de garrapatas. Este régimen ha logrado eliminar las garrapatas B. microplus en unos pocos países (p.ej. en los EEUU), en otros ha permitido mantener áreas considerables libres de garrapatas (p.ej. Australia, Argentina, Uruguay) y en otros ha fracasado (p.ej. en algunas islas del Caribe). En cualquier caso, su costo es enorme, entre otras razones porque exige una gran infraestructura para controlar los traslados de ganado y evitar que las zonas "erradicadas" vuelvan a contaminarse. Donde han sido exitosas se piensa que es más bien por tratarse de zonas que, climática y ecológicamente, no son del todo ideales para el desarrollo de B. microplus.

El régimen pragmático u oportunista consiste en tratar el ganado cuando ”lleva muchas garrapatas”. Es la práctica más común en vastas regiones de Latinoamérica y de África. Se basa pues en el criterio subjetivo y variable de cada productor, y también en su situación financiera, ya que cada tratamiento supone un gasto (producto y trabajo) que debe ser sopesado frente a otras necesidades de manejo de la propiedad. Esta estrategia apenas afecta a la población de garrapatas en los pastos. Es decir, no resuelve el problema: se puede decir que «reduce las llamaradas, pero sin apagar el fuego», pues quedan ascuas encendidas, es decir el pasto sigue bien infestado de garrapatas.

El régimen estratégico es el más recomendado y consiste en intensificar los tratamientos al inicio y al final de la temporada de garrapatas en regiones donde estas remiten espontáneamente durante la estación fría o seca. Intensificar los tratamientos al inicio de la temporada, cuando las infestaciones aún no son grandes, evita el desarrollo de grandes poblaciones de garrapatas en los pastos. Esto permite reducir el número total de tratamientos necesarios para mantener bajo el nivel de garrapatas durante toda la temporada. De hecho ha sido establecido que entre 5 y 10 hembras repletas por res apenas tienen un impacto económico sobre el hato (salvo en casos de alta incidencia de babesiosis). Al final de la temporada se intensifican de nuevo los tratamientos para reducir el número de garrapatas que invernarán en los pastos y que causarán las infestaciones en la temporada siguiente.

La razón por la que numerosos productores no siguen este régimen es que no creen que sea útil tratar el ganado al inicio de la temporada, cuando aún no ven que «lleve garrapata»: ¡craso error! ¡Se equivocan lamentablemente! Es precisamente en ese momento cuando más golpea el tratamiento a la población de garrapatas en los pastos, y cuando será más eficaz para prevenir que dicha población crezca durante el resto de la temporada.

El régimen de umbral de daño consiste en tratar el hato sólo cuando el número de garrapatas supera un cierto nivel o umbral predeterminado por encima del cual el daño económico se dispara. Este nivel concreto de la infestación de garrapatas puede variar para cada región o incluso propiedad, pues depende de qué nivel de garrapatas constituye allí el umbral de daño, es decir, por encima del cual vale la pena tratar, sea por el daño intrínseco que tal número de garrapatas ocasiona al ganado, sea por el riesgo de incidencia de hemoparásitos. Exige un monitoreo regular y disciplinado del ganado para observar el nivel de infestación, y haber determinado antes cuál es dicho nivel de infestación que, si se supera, provocará problemas. Es decir, es un régimen que exige bastante esfuerzo y tiempo para observar con disciplina al ganado, y para determinar cuál es el número medio de garrapatas por animal por encima del cual conviene tratarlo el hato con un acaricida.

El uso de pour-ons o inyectables garrapaticidas en vez de baños se

Ganado cebuíno, menos susceptible a las garrapatas y a los hemoparásitos

El control de garrapatas y su influencia en la infección del ganado con hemoparásitos.

El ganado cebú (B. indicus) y algunas razas autóctonas africanas y americanas son naturalmente inmunes a las garrapatas y a la babesiosis, la enfermedad más dañina y frecuente de las transmitidas por Boophilus. El ganado europeo (B. taurus) no lo es. Puede adquirir cierta inmunidad si se le expone al hemoparásito a través del contacto con garrapatas infectadas, o si se le vacuna contra el mismo.

En regiones con razas europeas y en las que las garrapatas han sido controladas eficazmente durante algún tiempo, puede ocurrir que los hatos hayan perdido la inmunidad contra los hemoparásitos. Si, por cualquier razón, dichos hatos sin inmunidad se ven de pronto infestados con garrapatas Boophilus y por tanto expuestos al hemoparásito, el daño puede ser enorme, a menudo fatal.

Hay que mencionar que, en el complejo garrapata-hemoparásito, la infectividad de las garrapatas y la virulencia del hemoparásito pueden variar notablemente. En una población de garrapatas, puede ser que sean pocas o muchas de ellas las que estén infectadas con el hemoparásito. Y este hemoparásito puede ser a su vez más o menos virulento. Esto hace que no se puede predecir a priori qué nivel de infestación de garrapatas causará problemas serios de hemoparásitos en el ganado. Si se trata de una cepa muy virulenta en una población muy infectada, unas docenas de garrapatas pueden bastar para crear serios problemas al ganado.

Ganado europeo, más susceptible a las garrapatas y a los hemoparásitos

Zonas o propiedades ”libres de garrapatas” situadas en regiones naturalmente adecuadas para el desarrollo de garrapatas corren un riesgo considerable de reinfestación más o menos repentina con garrapatas. Si bien las larvas de Boophilus apenas se desplazan, hay muchas maneras de que se extiendan a otros lugares: animales salvajes, inundaciones, cercas rotas que permiten el paso de ganado vecino infestado, compra de animales que llegan infestados a la propiedad (las larvas de Boophilus ¡no se ven a simple vista!), etc. Esto puede causar brotes agudos de babesiosis.

Al decidir qué régimen de tratamientos seguir en la propiedad, es pues esencial estimar los riesgos que se derivarían de una pérdida de inmunidad del ganado a los hemoparásitos si se eliminan las garrapatas.

Para muchas regiones de Latinoamérica, Australia y África con ganado europeo, es probablemente mejor permitir una cierta infestación de los pastos con garrapatas de modo que se mantenga la inmunidad del hato a los hemoparásitos. No obstante, el equilibrio no es fácil de lograr, y las poblaciones de garrapatas pueden dispararse en poco tiempo si surgen problemas de resistencia.

El mejor modo de evitar el problema de la babesiosis es claramente fomentar las razas dotadas de inmunidad natural. Lamentablemente, por exigencias de productividad y a veces de prestigio, la tendencia en muchas regiones va en la dirección contraria.


Resistencia de las garrapatas Boophilus a los parasiticidas

Hembras repletas (teleoginas) de la garrapata Boophilus microplus

La resistencia de Boophilus microplus a los acaricidas está muy extendida en Latinoamérica y Australia, igual que la de Boophilus decoloratus en África.

Se trata sobre todo de resistencia a los organoclorados, a los organofosforados, a los piretroides sintéticos y a las amidinas.

También se han descrito casos de resistencia a los endectocidas (p.ej. Brasil, México, India, Uruguay) y al fipronil  (p.ej. Argentinina, Uruguay, Brasil, México). Se trata en este caso de factores de resistencia medianos (5-90), menores que los de la resistencia a piretroides que puede alcanzar factores de >1000. Esto no hace menos preocupante la situación, pues, con la caída de los piretroides, el uso de ivermectina, otros endectocidas y fipronil para el control de las garrapatas ha aumentado considerablemente, es decir, es de temer que paulatinamente aparezcan más casos.

Debido a la resistencia cruzada, todos los compuestos de estas clases químicas mencionadas se ven afectados más o menos por la resistencia. No son raros los casos de poblaciones de garrapatas multiresistentes, es decir, resistentes a varias clases químicas al mismo tiempo.

Los primeros casos de resistencia de estas garrapatas al fluazurón han sido reportados en Australia (2010, no confirmado) y Brasil (2014). 

La incidencia de la resistencia varía mucho. Hay países (p.ej. Kenya, Cuba) donde hay relativamente pocos casos de resistencia a los piretroides, probablemente porque estos productos se introdujeron mucho más tarde que en otros países. En otros lugares el cuadro es fragmentario y complicado porque cada propiedad es un caso individual. Mientras que una puede tener serios problemas, otra vecina puede no tener ninguno.

La resistencia de Boophilus a los organofosforados disminuye su eficacia y acorta el efecto residual, pero los productos siguen procurando cierto control durante un tiempo. En cambio, la resistencia a los piretroides alcanza rápidamente unos niveles tan altos, que los productos se vuelven totalmente inútiles.

La resistencia de Boophilus a las amidinas está menos extendida que la de los organofosforados y piretroides. Las amidinas se introdujeron antes que los piretroides, pero estos se impusieron por su acción más rápida y porque también controlan a las moscas. Al extenderse la resistencia a los organofosforados y a los piretroides, las amidinas han vuelto a usarse más, pues son la única alternativa de bajo precio disponible para baños de inmersión o aspersión. Es de temer que al aumentar su uso se extienda también la resistencia.

Basándose en la experiencia pasada hay que contar con que de seguir así, la extensión de la resistencia al fipronil, a los endectocidas y al fluazurón es sólo cuestión de tiempo. Por ello resulta urgente elaborar y aplicar estrategias que retrasen su aparición y que hagan el control de garrapatas menos dependiente de productos químicos.

Para consultar el artículo sobre garrapatas resistentes (y otros parásitos externos también resistentes) a los ectoparasiticidas pulse aquí.