¿Hay vacunas contra pulgas, garrapatas, piojos, moscas, gusanos, etc.?

Por las búsquedas que llegan a este sitio, es muy frecuente que se hable popularmente de «vacunas contra pulgas», «vacunas contra garrapatas», «vacunas contra piojos», etc., pensando en productos que se administran periódicamente, p.ej. una vez al mes.

Casi siempre, lo que interesa en realidad son las pipetas o spot-ons, inyecciones u otros productos contra las pulgas, garrapatas, piojos, etc., en perros y gatos, que de hecho no son propiamente vacunas sino antiparasitarios químicos síntéticos. Para consultar el artículo sobre pipetas o spot-ons en este sitio pulse aquí.

Para adelantar la respuesta: sí que hay algunas vacunas comerciales contra parásitos externos o internos del ganado y las mascotas, pero muy pocas, poquísimas, y sólo para el ganado. En concreto, contra las garrapatas Boophilus (=Rhipicephalus) microplus y contra la hidatidosis por Echinococcus granulosus (ver más abajo).


¿Qué es propiamente una vacuna?

Una vacuna es un medicamento que contiene casi siempre antígenos de un organismo vivo, en la mayoría de los casos de un microorganismo (bacterias, virus, etc.) que ataca al organismo humano o animal. El objetivo de la vacuna es estimular las defensas naturales del hombre o los animales (su sistema inmunitario natural) a producir anticuerpos contra tales antígenos y así combatir los organismos intrusos dañinos.

En algunos pocos casos la vacuna contiene no antígenos, si no ya anticuerpos contra el organismo atacante. Tanto antígenos, como anticuerpos son casi siempre proteinas naturales muy complejas. Es decir, una vacuna no contiene antiparasitarios químicos, ni sintéticos, ni naturales.

Muchas enfermedades del hombre y los animales las producen microorganismos intrusos como las bacterias y los virus, y son numerosos los que pueden combatirse con vacunas: la viruela, el cólera, la rabia, la gripe, la encefalitis, el tétano, etc. Los virus no son propiamente células, sino entidades infecciosas microscópicas que sólo se multiplican dentro de una célula. Las bacterias son organismos unicelulares (de una sóla célula) relativamente primitivos y pertenecientes al grupo de los PROCARIOTAS (que tienen un núcleo celular primitivo, sin membrana nuclear). Hoy en día, el 99% de las vacunas eficaces disponibles lo son sólo contra virus o contra bacterias.

Otras enfermedades son causadas por infecciones de microorganismos tambien unicelulares pero más desarrollados, del grupo de los EUCARIOTAS (que tienen un núcleo celular más organizado, dotado de membrana nuclear). También se les denomina PROTOZOOS. Ejemplos causadas por estos organismos son p.ej. la malaria o paludismo, la tripanosomiasis (enfermedad de chagas o del sueño), la amebiasis, la babesiosis, la piroplasmosis, etc. Estos organismos unicelulares son mucho más difíciles de combatir con vacunas que las bacterias y virus, pues han desarrollado mecanismos para engañar al sistema inmunitario del hospedador. De hecho prácticamente no hay vacunas propiamente dichas contra estos organismos.

Finalmente, otras enfermedades las causan organismos pluricelulares (con muchas células) superiores, igualmente EUCARIOTAS, y denominados también METAZOOS, como son todos los parásitos externos e internos tratados en este sitio: pulgas, garrapatas, piojos, ácaros, moscas, gusanos (helmintos), etc. Estos organismos son aún más difíciles de combatir con vacunas que los protozoarios. Hasta ahora sólo hay vacunas comerciales medianamente eficaces contra una sola especie de garrapatas del ganado. No las hay contra la inmensa mayoría de las demás garrapatas, ni contra pulgas, piojos, mosquitos, moscas, ácaros, gusaneras, etc. ni contra la inmensa mayoría de los gusanos helmintos.


Progresos hasta la fecha con vacunas antiparasitarias

En los últimos cincuenta años se ha investigado mucho en el desarrollo de vacunas contra los parásitos externos e internos del ganado, los perros y los gatos, pues algunos de ellos presentan condiciones teóricamente favorables para que el hospedador se defienda de las infestaciones mediante su propio sistema inmunitario (y porque sería un negocio inmenso...).

Es el caso de los parásitos que pasan mucho tiempo de su ciclo vital dentro del hospedador (p.ej. los gusanos helmintos, las larvas de Hypoderma, de Dermatobia hominis o de Oestrus ovis; o de los ácaros de la sarna) o en su superficie, bien sea prendidos para chupar sangre (p.ej. las garrapatas, las pulgas) o en heridas y llagas (p.ej. los gusanos barrenadores, las larvas de califóridos, Wohlfahrtia, etc.).

Algo similar puede decirse de la inmensa mayoría de los numerosos helmintos, si bien, desde el punto de vista inmunológico, es muy distinto que el gusano invada sólo el sistema digestivo (es el caso de la mayoría de los nematodos gastrointestinales, de los cestodos y de los trematodos), o penetre también al interior del organismo del hospedador (sistema circulatorio, respiratorio, musculatura, etc.) donde está mucho más expuesto a su sistema inmunitario.

La literatura al respecto es enorme. En este artículo damos una visión de conjunto de las especies con las que las investigaciones han avanzado más hasta la fecha, siempre sin haber llegado a soluciones comerciales concretas, con la única excepción de la vacuna contra las garrapatas Boophilus microplus (GAVAC, TICKGUARD, etc.) para bovinos disponible en algunos países, y de la vacuna contra la hidatidosis por Echinococcus granulosus (PROVIDEAN HIDATIL EG 95) para bovinos, ovinos y camélidos sudamericanos recientemente introducida (septiembre 2011) en Argentina.

Ocurre con todas las vacunas dirigidas contra organismos superiores (protozoos, pulgas, garrapatas, helmintos, etc.), que la eficacia no es tan grande ni fiable como la de las vacunas clásicas antivirales o antibacterianas. Entre otras razones porque la respuesta inmunitaria de cada animal individual es variable y depende de numerosos factores: su estado general de salud, su alimentación, la carga parasitaria, etc. En animales debilitados, hambrientos o enfermos por otros motivos, la vacuna corre el riesgo de ser poco eficaz.


Vacuna contra garrapatas Boophilus microplus para bovinos

Hembra adulta teleogina de Boophilus (Rhipicephalus) microplus

Todas las garrapatas duras pasan gran parte de su vida (días y hasta semanas) prendidas al hospedador chupando sangre. En este tiempo inyectan en el hospedador numerosos antígenos con la saliva y, a su vez, con la sangre del hospedador, ingieren los anticuerpos que se desarrollan en el organismo del animal atacado.

Sin embargo, se sabe que con la saliva de la garrapata se inyectan sustancias que reducen la respuesta inmunitaria del hospedador. Por lo que, si bien hay una respuesta inmunitaria del hospedador, esta no basta para matar la mayoría de las garrapatas, aunque puede disminuir algo el nivel de infestación.

Las vacunas disponibles contra Boophilus (=Rhipicephalus) microplus en algunos países se basan fundamentalmente en el antígeno "escondido" recombinante Bm86, un polipéptido del intestino de las garrapatas. Las garrapatas ingieren el anticuerpo correspondiente al chupar sangre de un hospedador vacunado. Los anticuerpos destruyen poco a poco las células digestivas de la garrapata y acaban causando su muerte. Algunas garrapatas mueren sobre el hospedador y otras una vez ya en el suelo, comenzada la oviposición. La viabilidad de los huevos depositados es variable.

Si se vacuna regularmente todo el hato que ocupa un potrero, la población de garrapatas en dicho potrero será decimada poco a poco hasta descender, tras varios años, bajo el umbral de daño económico.

Es importante comprender, que el antígeno Bm86 se dice "escondido" porque no se introduce en el hospedador durante la picadura natural de la garrapata, ya que se trata de un polipéptido del intestino del parásito que no pasa al hospedador con la saliva de la garrapata. Esto significa que la picadura natural no reactiva la respuesta inmunitaria de la res. Por ello hay que revacunar periódicamente al ganado.

Se dice "recombinante" porque se produce en bacterias en las que se ha introducido el gen de dicho antígeno para que lo produzcan en grandes cantidades, es decir la información genética del anticuerpo se ha recombinado con la información genética de la bacteria.

En el artículo sobre las garrapatas B. microplus en este sitio se incluye información adicional (enlace).

Hasta la fecha sólo se han desarrollado vacunas contra las garrapatas Boophilus (= Rhipicephalus) microplus en bovinos. Pueden mostrar cierta eficacia contra otras especies de garrapatas bovinas.

No hay vacunas contra las garrapatas para ovinos, ni para perros o gatos, ni para caballos, ni para ningún otro animal doméstico, ganado o mascota, y mucho menos para seres humanos. Ocurre sin embargo, como se ha dicho al principio de este articulo, que a menudo se habla popularmente de vacunas contra las garrapatas pensando en productos comerciales con garrapaticidas químicos (en pipetas, spot-ons, inyectables, etc.). Para consultar el artículo al respecto en este sitio pulse aquí.

Algunas vacunas comerciales contra las garrapatas de bovinos disponibles actualmente:


Vacuna contra el ácaro rojo de las gallinas

Por lo agudo del problema que suponen los ácaros rojos de las gallinas (Dermanyssus gallinae, enlace) en todo el mundo en ponedoras, debido sobre todo a la resistencia, la investigación sobre una posible vacuna se ha acelerado en los últimos años.

Estos ácaros son hematófagos obligados, como las garrapatas, y todos los estadios de desarrollo necesitan alimentarse de sangre del hospedador. Por ello se ha seguido hasta ahora un camino similar al de la vacuna contra Rhipicephalus (Boophilus) microplus, es decir, el uso de antígenos escondidos recombinantes. El progreso por ahora es modesto.

Estudios de campo con una vacuna consistente en extractos naturales de ácaros logró hasta un 78% de reducción de los ácaros. Pero cuando se empleó un cóctel de proteínas inmunogénicas recombinantes no se logró ningún control.

Evidentemente, una vacuna a base de extractos naturales de ácaros no es comercialmente viable, por ahora, por lo difícil que sería especificarla y estandarizarla, y por el alto costo de producción. Es decir, que la investigación continúa y harán falta muchos años hasta que se logren avances significativo que permitan lanzar una vacuna al mercado.


Vacuna contra la hipodermosis bovina

Como se describe en el artículo correspondiente (enlace), las moscas del género Hypoderma ponen los huevos sobre el hospedador, éstos penetran al interior del mismo y, hasta completar su desarrollo, pasan toda la vida dentro del animal en el que llevan a cabo una notable migración.

Es sabido que el ganado que ha sufrido infestaciones de Hypoderma desarrolla naturalmente inmunidad, por lo que parece razonable que ésta pueda lograrse con una vacuna adecuada. Se ha comprobado que las larvas L1 son especialmente sensibles al ataque inmunológico. Producen una serie de proteínas denominadas hypoderminas que intervienen en la digestión de los tejidos durante la migración y que son adecuadas para producir antígenos.

En vacunaciones experimentales se logró una protección de hasta el 90%. La hipodermina A se identificó como el mejor antígeno, se clonó y expresó en E. coli en una tecnología desarrollada por el USDA-ARS en colaboración con una empresa privada. La tecnología se licenció a otro laboratorio para su desarrollo y comercialización y, entretanto, se han secuenciado todas las hipoderminas. De hecho, se trata de la vacuna más avanzada tecnológicamente después de la vacuna contra B. microplus.

No obstante, hasta la fecha no ha aparecido ninguna vacuna comercial. Tal vez por lo "sencillo" que resulta en la actualidad el control de la hipodermosis con endectocidas.

Lea también el artículo en este sitio sobre el control de la hipodermosis en bovinos (enlace).


Vacuna contra miasis cutáneas ovinas por califóridos

Larvas (L3) de Lucilia cuprina

Las hembras de Lucilia cuprina ponen sus huevos en la superficie de las ovejas, y las larvas que emergen descienden hasta la piel. No necesitan de heridas previas para infestar el ganado. Poco a poco se van comiendo la piel y los tejidos subyacentes, produciendo graves heridas y llagas, las llamadas «miasis cutáneas».

Empleando anticuerpos de las así llamadas peritrofinas, proteínas de la membrana peritrófica del intestino de las larvas, se ha logrado perturbar su función y hacer que las larvas murieran por no poder nutrirse. Pero hasta la fecha tampoco contra estas miasis cutáneas hay vacunas comerciales disponibles en el mercado.

Lea también los artículos en este sitio sobre el control de miasis cutáneas por califóridos en ovinos (enlace).


Vacuna contra la sarna psoróptica en bovinos, ovinos y porcinos

Estos ácaros (Psoroptes ovis) permanecen toda su vida sobre el mismo hospedador, incrustados en su piel. Se han llevado a cabo investigaciones con diversos antígenos, sea del suero de animales inmunizados, sea de extractos más o menos purificados de los ácaros.

Las investigaciones llevadas a cabo tanto en ovinos como en bovinos no han superado hasta la fecha el estadio de estudios in vivo en animales individuales estabulados, con resultados poco prometedores hasta la fecha. Continúa la búsqueda de antígenos más idóneos.

Lea también los artículos en este sitio sobre el control de sarna en el bovinos (enlace), ovinos (enlace), porcinos (enlace) o aves(enlace).


Vacuna contra las pulgas de perros y gatos (Ctenocephalides felis, C. canis)

Pulga del gato hembra (Ctenocephalides felis)

Como ya se ha dicho, muchos dueños de perros y gatos buscan «vacunas contras las pulgas» refiriéndose a productos que se administran periódicamente, p.ej. una vez al mes, y que protegen a las mascotas contra las pulgas. Estos productos no son propiamente vacunas, sino antiparasitarios sintéticos clásicos, pero que se administranb una vez al mes, casi siempre en forma de pipetas o spot-ons. Para consultar el artículo al respecto en este sitio pulse aquí.

Hay abundante investigación sobre vacunas propiamente dichas contra las pulgas (Ctenocephalides felis), pero ninguna vacuna comercial por ahora.  En el caso de las pulgas, son los individuos adultos los que se trata de controlar, aprovechando que pasan relativamente mucho tiempo chupando sangre. El desarrollo de huevo a larva y a pupa tiene lugar fuera del hospedador.

Como antígenos se han utilizados proteínas "escondidas" del intestino de la pulga, de modo similar a la vacuna contra las garrapatas B. microplus. Tanto en conejos como en perros vacunados con estos antígenos se lograron niveles de control de cerca del 25% y también una reducción del número de huevos producidos. No obstante, hasta la fecha no se ha avanzado mucho más ni ha aparecido ninguna vacuna comercial contra las pulgas para mascotas o para el ganado.

Tal vez también por la introducción por parte de los laboratorios a partir de los años 90 del siglo pasado de toda una plétora de pulguicidas para mascotas altamente eficaces, que hacen que la vacuna resulte de momento inatractiva desde el punto de vista comercial.

En cualquier caso, no hay vacunas contra las pulgas para ningún animal, ni para perros o gatos, ni para el ganado.

Lea también los artículos en este sitio sobre el control de pulgas en el ganado (enlace) o en perros y gatos (enlace).


Vacunas contra otros parásitos externos

Se ha investigado también la posibilidad de inmunizar al ganado y a perros y gatos contra muchos otros parásitos externos chupadores de sangre (hematófagos) como la mosca de los cuernos (Haematobia irritans), las moscas negras (simúlidos), los jejenes (culicoides), los mosquitos o zancudos (Aedes, Culex y Anopheles), o contra larvas de moscas causantes de varias miasis como el tórsalo (Dermatobia irritans), la estrosis (Oestrus ovis), etc.

Pero se trata mayormente de intentos preliminares que no han superado la fase de estudio de la reacción inmunológica del hospedador o de la identificación de posibles proteínas diana para el desarrollo de antígenos adecuados.


Vacunas contra la hidatidosis y otros helmintos

Durante décadas se ha investigado intensamente en el desarrollo de vacunas para controlar gusanos parásitos internos del ganado o de las mascotas, sobre todo contra los más dañinos: en el ganado, los nematodos de los géneros Haemonchus, Dictyocaulus y Ostertagia; el trematodo Fasciola hepatica, la duela del hígado; Equinococcus granulosos, la tenia causante de los quistes hidatídicos; en perros y gatos el gusano del corazón (Dirofilaria immitis).

El balance actual de los resultados utilizables a nivel de campo por los productores o dueños de mascotas es decepcionante. De hecho, hasta hoy, sólo han alcanzado el mercado en algunos países las vacunas contra Dictyocaulus viviparus en bovinos, y contra Dictyocaulus filaria en ovinos. Estas vacunas se basan en el método de larvas irradiadas. Pero los resultados no son siempre satisfactorios. Los resultados de vacunas experimentales basadas en fracciones antigénicas o incluso antígenos individuales recombinantes han sido igualmente insatisfactorios hasta la fecha, a excepción de la vacuna contra la hidatidosis.

Un problema básico de las vacunas contra los helmintos, sobre todo los gastrointestinales, es que las infecciones son casi siempre mixtas. Si se dispusiera de vacunas eficaces contra una o dos especies, otras especies no serían afectadas por ellas y habría de todos modos que administrar antihelmínticos al ganado para controlar dichas especies.

Higado de cerdo afectado por quistes hidatídicos de Echinococcus granulosus. © J. Kaufmann / Birkhäuser Verlag

Vacuna contra la hidatidosis

Este balance negativo ha mejorado algo con la reciente introducción (septiembre 2011) en Argentina de una vacuna contra la hidatidosis por Echinococcus granulosus (PROVIDEAN HIDATIL EG95, de la empresa TECNOVAX) para ovinos, caprinos y camélidos sudamericanos. Una dosis procura hasta el 82% de protección, dos dosis hasta el 97% y tres dosis el 100%.

Se basa en el antígeno recombinante EG95 obtenido de huevos del parásito. Este antígeno es una proteína que actúa anivel de la adhesión celular, secretada abundantemente por las oncosferas del parásito, el estadio que infecta activamente a los hospedadores intermediarios, y de la que se supone que es esencial para que tales oncosferas puedan atravesar la pared intestinal del hospedador y alcancen el órgano de destino a través de los flujos flujo sanguíneos y linfáticos. 

Es de esperar que esta nueva arma contra tan peligroso parásito esté pronto disponible en muchos países ganaderos.

Por ahora esta vacuna no es adecuada para proteger a otros tipos de ganado (porcinos, equinos) ni a mascotas (perros, gatos, etc.) contra las infecciones por Echinococcus granulosus.


¿Futuro de las vacunas contra los parásitos veterinarios?

Es interesante constatar que la inmensa mayoría de las investigaciones en este campo se han llevado y se llevan a cabo en universidades u otras instituciones estatales de investigación. Las exigencias tecnológicas del desarrollo de vacunas contra organismos superiores como son los ectoparásitos superan de ordinario la capacidad de la mayoría de los laboratorios comerciales de talla media, nacionales e internacionales, que fabrican vacunas clásicas contra enfermedades bacterianas o virales, mucho más fáciles de desarrollar y fabricar.

Los grandes laboratorios multinacionales invirtieron mucho en el pasado en esta dirección, pero muchos de ellos se han retirado entre tanto, podría decirse que frustrados por lo lento de los avances y su considerable costo. Además, es muy difícil proteger comercialmente una vacuna mediante patentes, por lo que prefieren invertir en antiparasitarios clásicos, sintéticos o naturales, pero químicos al fin y al cabo.

Es opinión personal del autor de estas líneas, que deberán pasar aún decenios antes de que haya progresos sustanciales con las vacunas contra los parásitos externos a nivel de campo. Por un lado, todos los parásitos externos e internos son organismos enormemente más complejos que las bacterias y virus, capaces todos de «manipular» más o menos el sistema inmunitario del hospedador. Y esto hace muy difícil desarrollar vacunas.

Por otro lado, una vacuna es por definición específica del parásito contra el que se produce. Es decir, prácticamente todos los demás parásitos no se ven afectados por la vacuna. Esto implica, p.ej. que, con la vacuna contra las garrapatas B. microplus no se controlan suficientemente otras garrapatas que suelen infestar el ganado al mismo tiempo (Amblyomma, Dermacentor, etc.), y no tienen ningún efecto contra moscas picadoras, piojos, etc. Contra estos parásitos, si suponen un problema, habría que seguir tratando el ganado con antiparasitarios.

Como ya se ha dicho, algo similar ocurre con las vacunas contra nematodos gastrointestinales, pues la mayoría de las infecciones son mixtas, es decir, causadas por varias especies que conviven en el intestino.

Esto también se aplica a las mascotas: una vacuna real contra las pulgas no protegería contra garrapatas ni piojos, y viceversa, por lo que habría que seguir tratando a la mascotas con antiparasitarios clásicos.

Por último no hay que olvidar, que los mismos mecanismos biológicos que provocan la aparición de resistencia de los parásitos a los antiparasitarios químicos pueden provocar la aparición de resistencia a una vacuna, si llegara a usarse tan masivamente como los antiparasitarios.