¿Qué son los organoclorados?

Los organoclorados constituyen la primera clase química de plaguicidas y antiparasitarios descubierta en el siglo XX y usada en cantidades industriales en la ganadería, en la agricultura y también en la higiene púplica y doméstica.

El compuesto organoclorado por excelencia es el DDT (dicloro-difenil-tricloroetano), históricamente el primer insecticida orgánico sintético de amplio espectro. Había sido ya sintetizado a finales del siglo XIX, pero su efecto insecticida contra parásitos externos humanos, agrícolas y veterinarios fue descubierto en 1939 por el químico suizo Paul Hermann Müller, que más tarde recibió el Premio Nóbel por ello. Tuvo una importancia crucial en la Segunda Guerra Mundial para proteger a las fuerzas aliadas del tifus y de la malaria en la campaña del Pacífico.

Fórmula química del DDT

En la agricultura y la ganadería, el DDT permitió sustituir a productos plaguicidas mucho más tóxicos como los arsénicos. Esto hizo que su uso para el control de los parásitos externos del ganado bovino, ovino, porcino y aviar se extendiera rápidamente a todos los países. Durante decenios fue el insecticida más comercializado en todo el mundo, con miles de toneladas anuales de consumo: p.ej., en 1960 y sólo en los EE.UU. se produjeron 74’000 toneladas.

Pero en los años 50 se descubrió que es considerablemente tóxico para muchas aves y se acumula en la cadena alimenticia. Es decir, lo que entra en un ser vivo, incluido el hombre – p.ej. si lo que come contiene residuos de DDT–, apenas se excreta o descompone por el metabolismo, sino que permanece almacenado y se va acumulando si continúa el aporte.

Todo esto llevó a una paulatina prohibición en todo el mundo para usos sobre seres humanos, en agricultura o en la ganadería. Hoy en día la OMS sigue recomendándolo para el control de los mosquitos (zancudos) en zonas de malaria endémica.


Sustancias activas de los organoclorados

Fórmula molecular del lindano

Otros antiparasitarios externos organoclorados de amplio espectro que siguieron al DDT y que se utilizaron en la ganadería son los siguientes:

* LD50 oral agudo ratas en mg/kg usando agua como vehículo: indicador de la toxicidad; cuanto menor la cifra, tanto más tóxico.

El dieldrin fue retirado del mercado hace tiempo, mientras que el lindano (=BHC, hexaclorociclohexano) se siguió utilizando en Europa en la ganadería hasta finales del siglo XX, y lamentablemente sigue usándose en la ganadería en algunos países. También persisten algunos usos en mascotas, en las que no se da el problema de la acumulación de residuos en la cadena alimenticia.


Mecanismo de acción y propiedades de los organoclorados

Los organoclorados actúan sobre la membrana de las células nerviosas perturbando el cierre de los canales de sodio durante la repolarización, y con ello la transmisión correcta del estímulo nervioso. A concentraciones bajas el insecto sufre de hiperexcitación, y a concentraciones altas se sigue la parálisis y muerte.

Como el DDT, la mayoría de los insecticidas organoclorados tienen un amplio espectro de acción, son eficaces contra muchos insectos, ácaros y garrapatas, actúan contra los adultos y las larvas, actúan por contacto o vía oral, poseen un largo poder residual y su toxicidad aguda para el hombre, el ganado y los mamíferos es comparable a la de los organofosforados.

Algunos organoclorados se emplearon como antihelmínticos fasciolicidas (enlace) para el ganado, si bien este uso ha desaparecido mayormente hoy en día.


Seguridad de los organoclorados

La mayoría de los otros organoclorados presentan una toxicidad aguda relativamente moderada para los mamíferos, pero son similares al DDT en lo relativo a su efecto nocivo sobre el medio ambiente y al riesgo de bioacumulación en la cadena alimenticia (residuos). Hoy en día su uso en el bovinos, ovinos, caprinos, porcinos y otros animales domésticos ha desaparecido casi por completo.


Resistencia de los ectoparásitos a los organoclorados

La resistencia al DDT fue ya documentada por primera vez en 1947 en la mosca doméstica y fue apareciendo sucesivamente en otros parásitos y para otros organoclorados distintos del DDT.

Hoy en día, aunque el uso de los organoclorados en el ganado es mínimo desde hace varios decenios, existen numerosas poblaciones de ectoparásitos que presentan aún resistencia a los organoclorados, sobre todo entre las moscas domésticas, las garrapatas Boophilus y los mosquitos (zancudos). También las pulgas desarrollaron poblaciones resistentes a los organoclorados, resistencia que aún perdura en algunas regiones.

Es conocido que algunas poblaciones de parásitos resistentes a ciertos organoclorados (p.ej. el dieldrin) presenta resistencia cruzada con algunos piretroides y fenilpirazoles.