El closantel se introdujo como antihelmíntico para el ganado en la década de 1970. Desde entonces se han reportado poblaciones de ciertos nematodos gastrointestinales y de duelas del hígado (Fasciola hepatica) resistentes a este compuesto en bovinos y ovinos en algunos lugares.

Por ahora el problema es notablemente menor que el de la resistencia a los benzimidazoles, a las lactonas macrocíclicas o al levamisol.

Las especies resistentes ms importantes son:

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Hay algunos reportes de otros parásitos que también han desarrollado resistencia al closantel, pero por ahora, dichos casos permanecen limitados a algunas regiones y/o no representan aún una amenaza global para el ganado, por lo que no se analizan en detalle en este artículo. Los casos dignos de mención son:

  • Duela del hígado (Fasciola hepática). Ya en la década de 1980 se reportó resistencia de F. hepatica al closantel en ovinos y bovinos en Australia. Pero no parece que hoy en día sea un problema extendido. Más recientemente se han reportado poblaciones resistentes en bovinos en Suecia (2015), y en ovinos en Iraq (2019). También hay casos de resistencia a otras salicilanilidas con resistencia cruzada al closantel, p.ej. a la rafoxanida en bovinos en 2008 en Turquía.

El closantel es un antihelmíntico de espectro reducido perteneciente a la clase química de las salicilanilidas. Es eficaz contra ciertos nematodos gastrointestinales, (p.ej. Bunostomum spp Haemonchus spp, Cooperia spp, Oesophagostomum spp, Teladorsagia spp, Trichostrongylus spp). contra la duela del hígado y contra algunas miasis de ovinos y bovinos (p.ej. Oestrus ovis, Hypoderma spp, etc.). No es eficaz contra las tenias (cestodos).

El closantel se empleó bastante en rumiantes hasta que antihelmínticos más eficaces y modernos (benzimidazoles, lactonas macrocíclicas, levamisol, etc.) lo reemplazaron progresivamente a partir de la década de 1980. A partir del 2000 el uso del closantel en rumiantes ha aumentado considerablemente a la par del dramático aumento de la resistencia de los nematodos gastrointestinales a dichos otros antihelmínticos en ovinos, caprinos y bovinos.

El closantel está disponible sobre todo en forma de soluciones o suspensiones orales y de inyectables para rumiantes, y también en pour-ons para bovinos, a menudo en mezcla con compuestos de otras clases químicas. Hay docenas de genéricos con closantel en numerosos países. Se usa muy escasamente en equinos. No se usa en porcinos, perros o gatos.

Otras salicilanilidas empleadas como antihelmínticos veterinarios son la niclosamida, la oxiclozanida y la rafoxanida. Se emplean bastante menos que el closantel.

Es una regla general que compuestos de la misma clase química muestran resistencia cruzada entre ellos, es decir: si una población de parásitos desarrolla resistencia a uno de ellos, será más o menos resistente a todos los demás compuestos de la misma clase química.


Parásitos con resistencia al closantel

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Donde las haya, atenerse a recomendaciones regionales o nacionales para prevenir la resistencia o manejarla, si ya está desarrollada.

Para evaluar los problemas de resistencia hay que considerar que la innovación en el campo de los parasiticidas para el ganado y equinos ha disminuido notablemente en las últimas décadas.

  • La última clase química de nematicidas realmente nueva para bovinos y equinos (ivermectina perteneciente a lactonas macrocíclicas) se introdujo en la década de 1980; para ovinos y caprinos en la década del 2000 (monepantel, derquantel)
  • La última clase química de garrapaticidas realmente nueva para bovinos (fluazurón, perteneciente a las benzoilureas) se introdujo en la década de 1990.
  • La última clase química de ectoparasiticidas para ovinos (diciclanil, spinosad) se introdujo en la década de 1990.
  • La última clase química de trematicidas para el ganado (contra las duelas; albendazol, triclabendazol, pertenecientes a los benzimidazoles) se introdujo en la década de 1970.

Esto significa que la probabilidad de que se introduzcan nuevas clases químicas con mecanismos de acción diferentes a los de los productos actuales es muy pequeña. La razón es que desde hace décadas, la inmensa mayoría de los laboratorios de salud animal ha enfocado su investigación y desarrollo en el mercado de mascotas, mucho más rentable que el mercado ganadero. La consecuencia es que, por lo que se refiere a la gestión de la resistencia, casi nada nuevo (es decir, con un mecanismo de acción nuevo) se ha introducido en las últimas décadas. Casi todos los nuevos productos comerciales introducidos han sido nuevas formulaciones o mezclas de viejas sustancias activas entretanto ya genéricas, es decir: más de lo mismo.


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