¿Qué son los sinergistas?
Los sinergistas son compuestos sin efecto biocida propio contra los parásitos, pero que neutralizan en parte la posible resistencia de los parásitos a ciertos antiparasitarios externos, o refuerzan la eficacia de algunos insecticidas o acaricidas. A veces se incluyen en los productos ectoparasiticidas comerciales en mezcla con las sustancias activas (casi siempre organofosforados, carbamatos, piretroides o piretrinas).
El sinergista más frecuentemente empleado en la ganadería es el butóxido de piperonilo (=PBO), pero hay otros usados sobre todo en la agricultura, p.ej. el DEF (S,S,S tributil fosforotritioato) o el n-octil-bicicloheptano-dicarboximida
El efecto de cada sinergista depende tanto del insecticida con el que se mezcla, como de la especie de parásito contra la que se emplea el producto. Con algunas especies apenas funcionan, mientras que en otras resultan muy útiles. Hoy en día, p.ej., la mayoría de los sprays y aerosoles domésticos contra mosquitos (zancudos) y moscas llevan un sinergista. Su uso está también muy extendido en la agricultura.
En productos para el ganado se usa sobre todo en pour-ons mosquicidas y piojicidas.
En las mascotas se añaden a menudo en aerosoles, champús y sprays contra pulgas, mosquitos, piojos, etc.
El mecanismo de acción de la mayoría de los sinergistas consiste en bloquear los sistemas metabólicos enzimáticos que los insectos resistentes emplean para descomponer o detoxificar los insecticidas. Al frenar o impedir esa descomposición, las concentraciones del insecticida en el cuerpo del parásito alcanzan niveles más altos durante más tiempo, aumentando así su eficacia.
El problema es que la resistencia de los parásitos puede deberse a varios mecanismos de acción, a veces a más de uno a la vez. Y cada sinergista inactiva sólo uno de tales mecanismos de resistencia. Y un usuario casi nunca sabe o puede saber qué mecanismos(s) hace(n) resistente a los parásitos en su propiedad. Bien puede ser que dicho mecanismo no sea inactivado por el sinergista que lleva la formulación. Es decir, en el fondo es un lotería que el sinergista sirva para algo o no. De hecho, en la mayoría de los casos sirven para muy poco, o para nada, salvo para justificar un precio algo más elevado o para diferenciar el producto de otro similar con la misma sustancia activa.
Los sinergistas son considerados en sí no tóxicos y de ordinario no presentan problemas especiales de seguridad.