Fasciola hepatica (=Distomum hepaticum), la duela del hígado (también denominada saguaypé) es unaEjemplar adulto (conservado) de Fasciola hepatica (vista dorsal) especie de gusanos planos (duelas, trematodos) que infecta sobre todo a bovinos, ovinos, caprinos y camélidos sudamericanos, ocasionalmente también a caballos, perros, gatos, muchos otros mamíferos domésticos y salvajes en todo el mundo, especialmente en áreas húmedas de las regiones de clima templado.

La duela del hígado es uno de los parásitos helmintos de los rumiantes domésticos más abundante y dañino. En zonas endémicas propicias cerca del 100% de los ovinos y bovinos pueden estar infectados. La prevalencia e incidencia en regiones particulares depende mucho de las condiciones climáticas y ecológicas (p.ej. habitats para los hospedadores intermediarios, fauna salvaje, etc.) y de la gestión del ganado (tipos de pastoreo, carga de los pastos, etc.).

También puede afectar a porcinos con acceso al exterior. En caballos, perros y gatos se trata de ordinario de un problema secundario ocasional. Los seres humanos también se pueden infectar.

La infección con F. hepatica tanto en animales como en humanos recibe el nombre de fasciolosis (o fasciolasis o distomatosis).

Los animales infectados con Fasciola hepatica ¿son contagiosos para seres humanos

  • NO. Animales infectados con Fasciola hepatica no son directamente contagiosos para seres humanos, ni por consumo de carne, leche o sangre, ni por contacto con la piel, las heces u otros fluidos corporales.
  • PERO estudios experimentales sugieren que los seres humanos pueden contagiarse al consumir hígado crudo contaminado con duelas juveniles. Los seres humanos se contagian normalmente por consumir cercarias infectivas (ver ciclo vital abajo), no por ingerir duelas o sus hígados.

Localización de Fasciola hepatica

Los órganos predilectos de Fasciola hepatica son los conductos biliares del hígado y la vesícula biliar.


Descripción de Fasciola hepatica

Los adultos de F. hepatica tienen un cuerpo aplanado en forma de hoja, de unos 30 mm de largo y 15 mm de ancho. Son de color gris-rosado a parduzco. Su extremo anterior forma una proyección cónica que se extienden súbitamente para formar las así llamadas «espaldas». Tiene dos ventosas ventrales, ambas en la parte anterior del cuerpo.

La superficie del cuerpo está dotada de numerosas espinas. La boca desemboca en una porción cilíndrica muscular, la faringe, con la que chupa la sangre del hospedador.

Los huevos son de forma oval, de color amarillento a verduzco derivado de la bilis, están dotados de un opérculo y miden unas 80x140 micras.


Biología y ciclo vital de Fasciola hepatica

Huevo de Fasciola hepatica. © J. Kaufmann / Birkhäuser Verlag

F. hepatica tiene un ciclo vital indirecto, con un caracol anfibio (de ordinario del género Lymnaea) como hospedador intermediario.

Los adultos ponen los huevos en los conductos biliares del hospedador. Estos huevos llegan a la vesícula biliar y pasan en oleadas al intestino cuando se vacía la vesícula. De ahí se excretan con las heces. ¡Una única Fasciola adulta puede producir 25000 y más huevos a diario!

Una vez en el exterior, los huevos eclosionan en 7 a 15 días liberando los miracidios. Éstos pueden sobrevivir durante varias semanas sin encontrar un hospedador intermediario, siempre que el clima sea húmedo. Mueren rápidamente en un entorno seco. Los miracidios pueden nadar y penetran activamente en los caracoles, en donde pueden estar de 4 a 8 semanas, en función del clima, y allí se desarrollan sucesivamente a esporocistos, redias y cercarias. Un único miracidio puede producir hasta 600 cercarias.

Las cercarias maduras abandonan el caracol, se fijan a la vegetación, pierden la cola y forman quistes de 0,2 mm aproximadamente, las así llamadas metacercarias. Estas metacercarias son infectivas y pueden sobrevivir durante meses, también en hierba bien seca. El ganado ingiere las metacercarias con el forraje contaminado, ¡algo que también puede ocurrir al ganado estabulado!

Caracol del género Lymnaea, hospedador intermediario de Fasciola. Imagen tomada de www.weichtiere.at

En el interior del hospedador final, las jóvenes duelas eclosionan de los quistes, y en pocas horas, atraviesan la pared intestinal y entran en la cavidad abdominal. Tras tres semanas de migración llegan al hígado. Para introducirse en los conductos biliares deben pasar a través del tejido hepático, un proceso especialmente dañino para el hígado y que puede durar entre 6 y 8 semanas. Una vez en los conductos biliares completan su desarrollo a adultos y comienzan a reproducirse.

El periodo de prepatencia en bovinos jóvenes puede alcanzar los 60 días.

El ganado en pastoreo en regiones con una capa freática poco profunda o con inundaciones frecuentes corre un riesgo elevado de infectarse ya que, para sobrevivir, el hospedador intermediario –un caracol anfibio–, necesita hábitats húmedos que quedan sumergidos o inundados periódicamente. Microhábitats relativamente pequeños (canales de riego o drenaje, zanjas, charcas o diques para que beba el ganado, etc.) ofrecen condiciones suficientes para el desarrollo de los caracoles y permiten así la infección de los pastos. El ganado estabulado permanentemente también puede infectarse a través de heno contaminado en el que pueden sobrevivir los estadios infectivos.

Si no está familiarizado con la biología general de los trematodos parásitos pulse aquí para consultar el artículo correspondiente en este sitio.


Daños causados por Fasciola hepatica

Conductos biliares dañados por Fasciola hepatica. © J. Kaufmann / Birkhäuser Verlag

F. hepatica es un parásito enormemente dañino, sobre todo para ovinos. El daño mayor lo causan las duelas jóvenes durante su migración a través del tejido hepático y al penetrar en los conductos hepáticos. Este proceso destruye los tejidos del hígado y causa hemorragias. Las espinas irritan adicionalmente el tejido que reacciona inflamándose, lo que provoca fibrosis y muerte celular. Los hígados afectados se vuelven voluminosos y quebradizos.

Algunas duelas pueden acabar encapsuladas por los tejidos y formar quistes del tamaño de una nuez. También se ven dañados los conductos biliares: se dilatan e inflaman y pueden desarrollar incrustaciones (calcificación). Asimismo pueden ocurrir infecciones bacterianas secundarias. Además las duelas producen sustancias tóxicas que afectan negativamente al funcionamiento normal del hígado.

Como consecuencia de todo esto, numerosos procesos fisiológicos se ven perturbados en grado mayor o menor, según el nivel de la infección. De ordinario, la fasciolosis es más grave en ovinos que en bovinos. En ovinos, las muertes debidas a la fasciolosis son más frecuentes que en los bovinos o en otro tipo de ganado.

Aparte de las muertes posibles, el mayor perjuicio económico se debe a la condena de órganos en matadero y a la reducción del aumento de peso en ganado joven que puede superar el 30%, incluso en casos de infecciones relativamente leves. La producción de leche también puede disminuir sustancialmente en animales con infecciones relativamente leves.


Síntomas y diagnóstico de infecciones de Fasciola hepatica

La fasciolosis crónica, que es la forma más común en bovinos, puede provocar anemia por deficiencia férrica más o menos grave, fiebre, edema (p.ej. «quijada o mandíbula de botella»), diarrea o estreñimiento y pérdida progresiva de la condición que se manifiesta en reducción del crecimiento, de la producción de leche y del aumento de peso.

La fasciolosis aguda puede causar la muerte súbita: el riesgo de que esto ocurra es mayor en ovinos que en bovinos.

La detección de huevos en las heces confirma el diagnóstico. No obstante, como la liberación de huevos es intermitente, su ausencia en las heces no es concluyente, es decir, puede haber falsos negativos. También hay que tener cuidado en no confundir los huevos de F. hepatica con los de Paramphistomum spp. que tienen un aspecto similar.


Prevención y control no químicos de infecciones de Fasciola hepatica

Típico hábitat de caracoles vectores de Fasciola. Imagen tomada de www.ansgeulaiche.co.uk

La duela del hígado es uno de los parásitos más dañinos, sobre todo para ovinos, pero también para bovinos. Como puede infectar a numerosos hospedadores entre los animales domésticos, así como entre la fauna salvaje, de hecho es prácticamente imposible erradicar F. hepatica de una propiedad. Por ello, en regiones donde se sabe que hay Fasciola, son ineludibles las medidas para reducir la densidad de los caracoles vectores en los pastos y para restringir el acceso del ganado a pastos altamente infestados.

Los caracoles vectores son anfibios y viven tanto dentro como alrededor de puntos de agua permanentes (pozos, fuentes, represas, lagos, marismas, pantanos, ríos, etc.) así como en entornos vegetales húmedos (alrededor de bebederos, zonas periódicamente inundadas, acequias, zanjas, etc.). Son enormemente prolíficos: un sólo caracol puede producir hasta 100’000 caracoles ¡en un año!

Hay que fomentar cualquier cosa que mantenga los pastos secos. Asegurar un drenaje eficaz de las parcelas. Poner los bebederos sobre piso firme libre de vegetación. Hacer las zanjas, acequias, canales, etc. menos atractivos para los caracoles cubriendo los flancos con cemento, eliminando las hierbas y la vegetación en las orillas, dejándolos secar del todo periódicamente, haciendo los bordes muy empinados, etc. Los puntos de agua muy pequeños como huellas endurecidas de zapatos o de neumáticos también pueden servir de hábitats secundarios para los caracoles y deben evitarse en lo posible.

Debe vallarse el acceso del ganado a puntos de agua permanentes (pozos, lagos, lagunas, ríos, riachuelos, etc.) con alto riesgo de infección por contener abundantes caracoles.

Situación a evitar: ganado en zona encharcada con vectores potenciales de Fasciola. Imagen tomada de pa.water.usgs.gov-projects-microweb-blue_marsh

También se recomienda vivamente el pastoreo rotativo. Se desaconseja el uso simultáneo de los pastos por bovinos y ovinos.

El ganado, sobre todo bovino, puede adquirir una cierta inmunidad natural a Fasciola si está expuesto. Animales con infección crónica pueden recuperarse espontáneamente. No obstante, la resistencia suele ir acompañada de fibrosis hepática, de modo que una parte del daño no se puede ya evitar.

Por ahora no hay vacunas que protejan al ganado haciéndolo inmune a Fasciola hepatica.

Por ahora no hay tampoco métodos de control biológico de Fasciola hepatica mediante sus enemigos naturales. 

Puede interesarle el artículo en este sitio sobre plantas y remedios vegetales antihelmínticos (enlace).

Consulte los artículos sobre las medidas de prevención de infecciones en este sitio (pulse aquí).


Control químico de infecciones de Fasciola hepatica

Hay varios compuestos eficaces contra duelas adultas e inmaduras, p.ej. brotianida, closantel, nitroxinil, triclabendazol y rafoxanida. El triclabendazol es el fasciolicida más eficaz contra los estadios inmaduros.

Otros son eficaces sólo contra los adultos, p.ej. albendazol, bitionol, clorsulón, oxiclozanida, etc. Los productos que no controlan los estadios inmaduros de modo suficiente ofrecen una protección más corta, no interrumpen el daño causado por la migración de las larvas inmaduras, y de ordinario deben usarse más frecuentemente.

Las tablas siguientes muestran la eficacia de los diferentes fasiolicidas disponibles contra los diferentes estadios de desarrollo de Fasciola hepatica.

    OVINO  
    Edad de las duelas en semanas  
     Inmaduras Adultas  
Compuestos    1  2  3  4  5  6  7  8   9  10 11 12  
Albendazol                            
Clorsulón                        
Closantel                        
Nitroxinil                        
Oxiclozanida                            
Rafoxanida                       
Triclabendazol                 
    BOVINO  
    Edad de las duelas en semanas  
     Inmaduras Adultas  
Compuestos    1  2  3  4  5  6  7  8   9  10 11 12  
Albendazol                            
Clorsulón                        
Closantel                        
Nitroxinil                       
Oxiclozanida                            
Rafoxanida                       
Triclabendazol                 

Son bastante populares las mezclas de uno o más de estos compuestos con un nematicida genérico de amplio espectro (p.ej. levamisol, ivermectina, etc.) de modo que el producto pueda usarse tanto contra los nematodos gastrointestinales como contra Fasciola y otros trematodos.

Estos antihelmínticos están disponibles en varios tipos de formulaciones orales e inyectables. Para saber más sobre las ventajas e inconvenientes de estas formulaciones consulte los artículos específicos en este sitio: suspensiones o soluciones para la administración oral o intrarruminal (enlace) o de inyectables (enlace).

En el Menú de MARCAS comerciales (enlace) de este sitio puede encontrar información sobre numerosos antiparasitarios comerciales en la mayoría de países de América Latina y España, en concreto sobre:

En zonas endémicas es mejor el control estratégico preventivo que los tratamientos terapéuticos, porque cuando el ganado muestra los primeros síntomas, el daño ya está causado. Es muy importante determinar el momento adecuado de dichos tratamientos estratégicos de acuerdo con el clima y la epidemiología de los caracoles para limitar la contaminación progresiva de los pastos durante la temporada.

El control químico de los caracoles vectores con molusquicidas (p.ej. sulfato de cobre, pentaclorofenato de sodio, niclosamida, etc.) puede ser apropiado puntualmente para mantener limpios de caracoles los lugares donde se congregan el ganado (bebederos, comederos, lugares de reposo, etc.). Sin embrago, es prácticamente inútil tratar de erradicar los caracoles de una propiedad usando molusquicidas: porque los caracoles se reproducen muy fácilmente, reinfestan los pastos muy rápidamente y porque es muy improbable que el tratamiento alcance a todos los caracoles. Además será excesivamente costoso y nocivo para el ecosistema. De hecho, tales molusquicidas no están autorizados en muchos países.


Resistencia de Fasciola a los fasciolicidas

Hay ya numerosos reportes de resistencia de Fasciola a varios fasciolicidas en ovinos, y algunos en bovinos, sobre todo al triclabendazol, con resistencia cruzada al albendazol, ambos benzimidazoles. También hay reportes de resistencia al clorsulón. Para consultar el artículo en este sitio sobre la resistencia de Fasciola hepatica a los antiparasitarios fasciolicidas pulse aquí.

Esto significa que si un producto no procura el control esperado, el riesgo es real de que se deba a un problema de resistencia, y no a uso incorrecto o a que el producto empleado sea inadecuado para su control. No obstante, el uso incorrecto es la causa más frecuente del fracaso de productos antiparasitarios.

Consulte a un veterinario o a los servicios zoosanitarios de su región para obtener informaciones y recomendaciones más precisas adaptadas a las condiciones climáticas y ecológicas regionales y a la situación local de la resistencia.

Consulte los artículos sobre el uso correcto de antihelmínticos en este sitio (pulse aquí).